David Cuartielles, cofundador de Arduino, estuvo en el Teresa Carreño

Comenzó dando clases de programación a estudiantes de arte, creó la plataforma de hardware libre más usada del mundo y vino a Venezuela a explicarlo

David Cuartielles, uno de los creadores de la plataforma Arduino. Foto: Luigino Bracci Roa

La sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño se quedó pequeña para la conferencia dictada por David Cuartielles, cofundador de Arduino, y Jason Strickland, gerente de ventas de esta empresa, pioneros en hardware abierto. Cuartielles es ingeniero en telecomunicaciones, pero comenzó a dar clases de programación de computadoras y electrónica digital a estudiantes de arte de la Universidad de Malmö, en Suecia. Ponía a los futuros artistas a soldar resistencias y condensadores en un circuito impreso, buscando maneras de hacer llegar la ingeniería y la programación a todo el mundo.

Texto y fotos: Luigino Bracci Roa, Alba Ciudad

David Cuartielles, creador de Arduino (hardware libre): Charla en Caracas

Arduino fue creado en 2005 con la idea de democratizar el acceso a cierto tipo de conocimiento que, en aquel momento, sólo estaba disponible para ingenieros especializados, pero que Cuartielles y sus compañeros quisieron poner al alcance de cualquier persona.

Nació como una pequeña placa o circuito electrónico con componentes integrados, que se puede conectar a un computador a través de un puerto USB y se le pueden dar instrucciones con un programa especial que es software libre. “Arduino es como un ordenador que no tiene pantalla y no tiene teclado. Tú empleas cualquier computador, escribes tu programa, y luego se lo cargas a Arduino a través de un cable USB”, explicó Cuartielles.

Esta placa tiene un costo relativamente bajo (en Venezuela el Arduino Uno se vende por 30 dólares, y las imitaciones se consiguen a 10 dólares).

A la izquierda, una placa Arduino Uno. A la derecha, un Arduino conectado a un computador.

A esa placa se le pueden conectar sensores, motores, servos, cámaras, relés, medidores de humedad, de temperatura, de luz, cerraduras, válvulas y similares. Desde una computadora se le puede introducir órdenes para que responda a estímulos de los sensores, y en base a ello abra o cierre el paso de líquidos, mueva piezas, arranque o detenga un motor o ejecute acciones, siendo de gran importancia en el mundo industrial.

Sólo es necesario conectarla a un computador para programarla; una vez programada, puede funcionar autónomamente.

Abajo, dos Arduinos siendo usados en proyectos diversos.

Cuartielles es ingeniero de telecomuncaciones. “Aprendí antenas y controladores, se me van muy bien. Suspendí redes, luego las aprobé”, bromeó.

Actualmente trabaja en la Universidad Malmö en Suecia, una universidad de investigación pronta a cumplir 25 años. Es el director del máster en diseño interactivo, y se dedican a investigar nuevos dispositivos electrónicos. También trabaja para la empresa Arduino y es CEO de Arduino Suecia, donde trabajan 32 personas.

Quienes esperaban una charla en inglés o en sueco quedaron decepcionados, pues Cuartielles nació en Zaragoza, España, y habla en perfecto castellano.

Foto: Luigino Bracci Roa

Haciendo un breve recuento de su vida señaló que, tras graduarse de ingeniero en telecomunicaciones, envió su currículum a 115 lugares en Alemania, pues el alemán era su segunda lengua. Recibió 10 ofertas de trabajo; aceptó una que le ofrecía hacer microchips, pero la dejó a los 9 meses porque “era algo aburridísimo”. Aunque le gustaba mucho ser ingeniero y hacer circuitos electrónicos, en ese trabajo estaba frente a un computador diseñando circuitos por horas y tenía muy poca interacción con personas. “A mí lo que me gusta es dar clases”, contó.

Enseñando programación a estudiantes de arte

“La universidad de Malmö ofrecía un puesto como profesor de programación para estudiantes de arte, y dije: ¡esto es lo mío! Empecé a dar clases de programación para artistas en el año 2000. Para 2003, me dije: el mundo no es sólo software. En el mundo hay cosas físicas. Hay gente que interactúa con objetos físicos, y cada vez la tecnología va a ser más pequeña e interactuaremos más con ella”. Explicó que hoy, un automóvil típico lleva 7 microcontroladores, un ascensor tiene 2 o 3 microcontroladores y un horno microondas tiene al menos uno.

“Vi que había que traerle eso a los estudiantes de diseño y arte, y este fue mi primer ordenador para ellos”. Ese ordenador o computador, por delante, se veía así:

Pero, por detrás, se veía así:

Él ponía a jóvenes que no sabían absolutamente nada de electrónica a armas estas placas (cada estudiante tenía que hacer la suya), y tardaban unas 12 horas en hacerlo. Luego, los estudiantes usaban estos circuitos para automatizar tareas repetitivas, y dio ejemplos divertidos: escuchar a la gente en un confesionario de una iglesia católica y darles penitencias, o crear una silla que dice frases a medida que la gente se sienta en ella y finge tener crisis de soledad cuando la gente se va. 

Para hacer las cosas más fáciles, Cuartielles creó una placa que también requería soldar con estaño, porque para él era importante que los jóvenes aprendieran sobre electrónica básica. Allí los componentes estaban más ordenados y ya era más intuitiva. A medida que los estudiantes iban soldando los componentes, alguien les explicaba cómo funcionaba cada uno: resistencias, diodos o condensadores; el paso de los electrones por las resistencias, el calor generado, el flujo de negativo a positivo, etc., siempre teniendo como objetivo la facilidad de aprendizaje.

Foto: Luigino Bracci Roa

Explicó Cuartielles que, al ver el éxito de esto, fueron a una fábrica, mandaron a hacer 300 placas como esas, y decidieron hacerlas de color azul, que hoy es el color emblemático de Arduino. Luego, él y sus estudiantes hicieron el primer proyecto con esas novedosas placas: hacer que un voluntario reciba pequeños electroshocks en las articulaciones al ritmo de una canción, que lo hacían bailar.

Así nació Arduino.

Más de 20 millones de placas vendidas

“Es la placa más copiada en la historia”, señaló su co-creador. Cuartielles indica que ellos han vendido más de 20 millones de placas, pero saben que hay en circulación más de 80 millones, pues algunas empresas las copian cambiándoles el logo y la marca, ilegalmente. También saben que hay competencia y muchas otras placas parecidas, lo que significa que la idea de un circuito electrónico que fuera fácil de programar tenía mucho sentido.

Imitaciones de Arduino en una tienda en Caracas. Foto: Luigino Bracci

Se han desarrollado 60 modelos distintos de placas Arduino, lo que ha obligado a hacer una fuerte plataforma de documentación: una página web que tiene más de 60 millones de visitantes al año, y tiene licencia Creative Commons 4.0 Share Alike. “Aquí está toda la documentación de Arduino. Ni siquiera tiene cláusula comercial. Usted puede tomar la información de esta página web, traducirla a su idioma, hacer un libro y venderlo”. Indica que unas 20 personas de Arduino se dedican solamente a hacer la documentación.

Crearon un modelo de Arduino con cámara muy pequeña, que puede ser programada con el lenguaje MicroPython, y luego crearon un Arduino llamado Nicla Vision, que también tiene cámara, Wifi y Bluetooth, es de 2,5 x 2,5 centímetros y se puede programar con inteligencia artificial para reconocer objetos y hacer un robot sencillo.

“Este tipo de circuito se emplea en muchos laboratorios del mundo para hacer la prueba de concepto de nuevos proyectos”, señaló.

¿Por qué hacerlo abierto y libre?

Sobre la filosofía de Arduino, Cuartielles explica: “El diseño en sí mismo es abierto. El software para programarlas es abierto. El contenido para aprender a programarla es abierto. Y la interacción con otros sistemas también es abierta. La placa, que tiene Wifi, la puedes conectar a la nube de Arduino, o a la nube que tú quieras. No hay ninguna limitación, ni intentamos impedir que Arduino se conecte a otros sistemas”.

La sala José Félix Ribas del Teresa Carreño se llenó por completo. Foto: Luigino Bracci Roa

Fue sincero y acotó que hacer un proyecto abierto implica ciertas complicaciones:

  • Inversionistas le han dicho que hacer Arduino como un proyecto abierto es problemático, porque “permite que otra gente se beneficie de tu trabajo y puedan copiarse. Eso les da mucho miedo”.
  • Hay que documentarlo, para que la gente pueda colaborar. “A veces, hacer un proyecto abierto implica no escribir el software de la mejor forma posible, sino de una forma que permita que la gente pueda participar en la cocreación del software”.
  • También implica solucionar errores o responder preguntas de la gente en los foros de discusión, en un tiempo razonable.
  • Requiere tomar a veces decisiones incómodas, como cuando dos personas proponen soluciones distintas a un problema; hay que escoger una solución y a veces esto no le gusta a la persona descartada.

Cuartielles dice que muchas veces le han preguntado: “Sabiendo que has tenido todos estos problemas y retos que implica hacerlo abierto, ¿lo harías otra vez?”. Y se responde a sí mismo: “¡Sí, lo haría cada vez!”

“Hay buenas cosas sobre compartir”. Señaló que la creación de Arduino causó una amplia discusión que derivó en la creación de las primeras licencias de hardware abierto, y causó cambios a su juicio muy importantes.

A la opinión de ciertos inversionistas, que dicen que al abrir los proyectos otras personas se beneficiarán del mismo, él responde que ellos también se benefician del trabajo de quienes los ayudan: Si alguien toma Arduino y lo mejora, él puede tomar esas mejoras. Dio como ejemplo el sistema de traducción del software de Arduino a otros idiomas, que fue diseñado por un joven japonés, y luego ellos tomaron su modificación para implementarla de forma oficial en el software.

Terminas siempre aprendiendo, lo que te da muchísima resiliencia para enfrentarte a retos complejos. El hecho de saber cómo funciona las cosas te permite arreglarlas cuando no funcionan. Te permite enfrentarte a problemas, y te prepara emocionalmente para poder arreglarlos. Y haces amigos para toda la vida, haces amigos que jamás hubieras imaginado”.

Señala que seguir ese camino “es un acto de valentía”, pues “te enfrentas a riesgos que no habías visto antes”. Por ello, señala que vivir esto vale la pena.

Foto: Luigino Bracci Roa

Explicó que esta es la segunda vez que visita a Venezuela, y que si no fuera por Arduino, él sería un académico más haciendo cosas en un laboratorio y trabajando con sus alumnos, pero jamás hubiera tenido oportunidad de conocer tantísima gente.

Algunos proyectos

Mostró muchos vídeos de proyectos que se han hecho en Arduino, incluyendo robótica, uno en el que se usaba Arduino para manejar un vehículo Chevrolet (tuvieron que adquirir un servo capaz de mover 60 kilos, y usarlo para girar el volante), proyectos industriales, proyectos educativos y de entretenimiento, y algunos relacionados con aviación, globos, lanzamiento de cohetes amateur y similares. También han sido usados para instrumentos musicales.

El primer uso de Arduino para robótica fue de manos de un estudiante chino

Uno de los proyectos que mostró es de un aparato hecho con Arduino, que tuitea automáticamente cuando una planta no ha recibido suficiente agua. El mismo fue reseñado en The New York Times.

Si no riegas tu planta, todo el mundo se enterará en Twitter/X. Foto: Luigino Bracci Roa

Sala copada

La charla se iba a realizar en el auditorio del ente organizador, el Ministerio de Ciencia y Tecnología en la torre Ministerial de Caracas, pero pronto los formularios de registro hicieron comprender a los organizadores que el espacio no sería suficiente, así que el evento fue mudado a la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño, y aún así hubo personas que lamentablemente no lograron ingresar. La sala, con capacidad para 350 personas, se llenó, demostrando el inmenso interés por las tecnologías libres.

Autoridades, profesores y estudiantes de la Universidad Simón Bolívar (USB), de la Escuela de Computación de la Universidad Central de Venezuela (UCV), de la Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas (Unexca), de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) y de diferentes entes del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología estuvieron presentes, incluyendo los viceministros Francisco Durán y Gloria Carvalho, y el presidente del Centro Nacional de Tecnologías de Información (CNTI), Carlos Parra.

La sala José Félix Ribas. Foto: Luigino Bracci Roa

Y es que un país sometido a sanciones y medidas coercitivas unilaterales, como Venezuela, necesita con urgencia mecanismos para diseñar sus propias tecnologías y no depender de productos tecnológicos de terceros, y nada mejor para eso que las tecnologías libres, que han revolucionado al mundo desde los años 90, justamente como reacción a las grandes empresas que intentaron privatizar el conocimiento.

Desde 2004, Venezuela tiene un decreto que insta a la Administración Pública a migrar sus sistemas informáticos a software libre; el decreto, firmado por el entonces Presidente Hugo Chávez, fue convertido en Ley por la Asamblea Nacional en 2013. Aún no hay legislación en materia de hardware libre y abierto, pero se nos informó extraoficialmente que el país cuenta con la capacidad de fabricar a nivel industrial prototipos en Arduino que cuenten con el mercado suficiente.

Arduino ecológico

  • Están buscando cómo crear un Arduino en el que el sustrato de las placas electrónicas se pueda descomponer con microorganismos. “Toda la ciencia ya está hecha, pero el problema es industrial”, señala pues el plástico que se propone (PLA) se derrite a los 220°C mientras que la soldadura se hace a 350°C, por lo que hay que buscar cómo soldar circuitos a menos de 200°C para que no se queme el plástico.
  • Cuartielles también tiene una afición muy fuerte por el ciclismo, acostumbra andar con colectivos de ciclistas y mostró una bicicleta que tuvo, cuyo marco estaba hecho con bambú.

Con Carlos Parra, presidente del Centro Nacional de Tecnologías de Información (CNTI)

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