Sistema normativo wayuu preserva la armonía social desde el saber ancestral

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La paz social, el entendimiento, el respeto mutuo y la armonía de los indígenas wayuu, población asentada en la Península de La Guajira, entre Venezuela y Colombia, es posible a través de su sistema normativo, que cuenta, desde la sabiduría ancestral, con una serie de procedimientos y ritos que guían la conducta tanto social como espiritual de esta población originaria.

Texto: AVN

Cuando la paz social se perturba en el pueblo wayuu, los mecanismos se activan entre ofendidos y ofensores, a través del Pütchipü’üi o, en castellano, Palabrero, cuya función es preservar esa armonía social que ha reinado por siglos entre estos hombres y mujeres color arena y de mirada profunda.

“Si la paz de nuestro pueblo se altera, entonces las personas mayores y los interesados de cada familia, agredidos y agresores, acuden al Pütchipü’üi para que se restaure la paz social que se ha alterado. El agravio se enmienda a través de una indemnización, como entrega de ganado, limpieza del conuco, la indiferencia, pero nunca la cárcel”, explicó Noelí Pocaterra, secretaria de Asuntos Indígenas de la gobernación de Zulia y miembro del Consejo Indio de Venezuela (Conive).

Indicó que el Pütchipü’üi es un hombre probo e íntegro, quien utiliza la palabra para restablecer la armonía en el entorno familiar y social.

Esta práctica permanece en un país cuyo carácter pluricultural es reconocido por su Constitución, refirió Pocaterra, quien llamó a los especialistas y autoridades de las escuelas de Derecho del país a que incluyan en sus pensum de estudios el Sistema Normativo Wayuu y al poder judicial a que se tome en cuenta a la hora de hacer justicia.

Guillermo Ojeda Jayariyu, quien escribió acerca de este sistema normativo, refiere que se maneja a través del Derecho wayuu, fundamentado en el principio de reparación y compensación, que significa que “todo agravio o daño ocasionado a un individuo, de forma voluntaria o involuntaria, debe subsanarse a través de la indemnización”; la palabra, como herramienta más eficaz para resolver el conflicto; el restablecimiento del orden social; la compensación, el valor simbólico de las indemnizaciones, y la reconciliación, el acto final para recuperar la armonía.

Caminos hacia patrimonio de la humanidad

“Esta normativa va a seguir teniendo vigencia, va a continuar aplicándose en nuestro pueblo”, expresó Pocaterra en una reunión con palabreros realizada en el municipio Guajira el pasado 3 de marzo y donde se contó con la presencia de Benito Irady, viceministro para la Identidad y Diversidad Cultural.

Allí, palabreros que habitan en los municipios Guajira, Machiques, Colón, Mara y Maracaibo iniciaron el proceso con el acompañamiento del Gobierno nacional para preparar el expediente que llevará Venezuela a la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para la Declaratoria de la Normativa Wayuu como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, procedimiento que ya cumplió Colombia.

El Pütchipü’üi o palabrero Fermín Montiel, del clan Ipuana de la guajira venezolana, destacó la importancia de reconocer la normativa que los rige desde tiempos ancestrales: “El mayor aporte para la humanidad de nuestro sistema normativo va desde lo colectivo a lo cultural, en la revitalización de la educación propia como elemento de la sociedad wayuu, lo cual contribuye a la paz y a la armonía que necesitan los pueblos del mundo”.

En ese mismo sentido, el alcalde de Guajira, Eberth Chacón, reconoció que la declaratoria es un elemento importante que ayudaría a cohesionar más al wayuu y a fomentar otros valores culturales como el concepto del territorio, las prácticas médicas tradicionales y el sistema productivo, entre otros.

Fuerza constitucional

El viceministro para la Identidad y Diversidad contó que este séptimo expediente que se inicia se realizará conjuntamente con Colombia, que en 2010 logró ingresar la normativa a la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

“Sobre este expediente hemos realizado reuniones con la parte colombiana desde 2010 (…) El año pasado sostuvimos adelantos igualmente con la Junta de Palabreros de Colombia y reuniones con practicantes de esta manifestación de la parte venezolana”, expuso Irady.

Ahora se trata de aportar los elementos de la parte venezolana para consolidar, antes de marzo de 2018, un documento que admita la alianza entre los dos países que permita la declaratoria binacional, una vez reunido los requisitos de rigor.

Desde 2012, Venezuela suma cinco declaratorias de patrimonios inmateriales y se espera la sexta, que se realiza conjuntamente con Colombia: los Cantos del llano colombo-venezolano, cuya evaluación está prevista este año en Corea del Sur.

Lograr tal número de declaratorias en cinco años consecutivos se basa en la participación protagónica del pueblo en la elaboración del expediente, pues lo que valora esencialmente la Unesco es cómo el estado demuestra que la comunidad participó.

“Lo más importante y la ventaja que hemos tenido en Venezuela, es que nuestra Constitución Bolivariana desde 1999, nos dio la condición excepcional de que el poder se ejerce desde el pueblo y Venezuela es toda una comunidad organizada. (…) Nosotros, desde los espacios del Ministerio para la Cultura, solo hacemos un acompañamiento. Transmitimos una forma metodológica de trabajo para que esa sabiduría de la comunidad quede suficientemente representada en el documento que se presenta. Por tener una comunidad tan participativa y organizada, es que Venezuela ha podido ocupar el puesto que tiene”, explicó.

El pueblo wayuu venezolano considera estos pasos un momento histórico en el que no descansarán en contar cómo sus ancestros se organizaron para la convivencia y la paz entre sus habitantes.

Así lo ve el Pütchipü’üi José Efraín Paz, perteneciente al clan Jarariyu: “Nosotros estamos haciendo nuestra propia historia y para ello contamos con el apoyo del Estado y del pueblo. Siempre llevamos la palabra de paz, de solidaridad y sobre todo, de mantener nuestras costumbres. Eso nos enaltece como pueblo wayuu”.

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