(Versión a partir del dibujo original de Manuel Loayza)
Ya lo escribió Farruco Sesto: “una vez más llegó marzo cruel con sus cuchillos”. Hoy, el país llora la ausencia física del maestro Ramón Palomares, el poeta de todos, hombre humilde y de valiosos principios que hicieron de él un poeta excepcional y con una humanidad envidiable. Para honrar su memoria el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Fundación Editorial El perro y la rana, realizará una Lectura Colectiva de su obra este lunes, 07 de marzo de 2015, en la Librería del Sur de la esquina de Gradillas a partir de las 4 pm.
Texto: Prensa FEPR
Palomares, quien arribó a sus 80 años el pasado 7 de mayo, conversó en visperas de su cumpleaños con el equipo de Por Donde Pueda, programa radial de la Editorial El perro y la rana transmitido por Alba Ciudad 96.3 FM y comentó que la poesía representa mucho en su vida: “mi gusto y mi ser, desde niño ha sido una relación profunda y hermosa que me ha dado valor y vigor para enfrentar muchas cosas”.
Escucha la entrevista aquí:
O el programa completo aquí.
Agregaba el poeta que “la poesía es tan útil al ser humano, que sin ella no hay nada; es la dicha el mundo cierto, la verdad profunda, a ella estamos sometidos y entregados para poder disfrutar; la poesía es una actitud frente a la cual las cosas adquieren su máxima expresión”.
Ramón Palomares ofreció un consejo a las y los jóvenes que desean iniciarse en la escritura de la poesía: “la poesía de hoy es la poesía de siempre. Los jóvenes deben ser amorosos, una estrella permanente, persistentes a lo que sueñan, a lo que desean para los demás, y a la belleza del existir. En eso está la constancia y la relación con la poesía”.
Dice el poeta, nacido en Escuque, pueblo del estado Trujillo y considerada la ciudad de las nubes, que la constancia es fundamental para poder escribir, “no solo para la poesía sino para todo; escribir es un placer, disfruta de la escritura, disfruta de ese máximo saber que se expresa con la poesía”.
Durante los años sesenta, el poeta formó parte de los grupos vanguardistas más importantes de la época. Sardio auspiciaba la integración de las artes, por eso reunía a escritores, artistas plásticos y gente de cine, como Guillermo Sucre, Rómulo Aranguibel, Elisa Lerner, Salvador Garmendia, Francisco Pérez Perdomo, Carlos Contramaestre, Edmundo Aray, Caupolicán Ovalles, Elizabeth Schön, Manuel Quintana Castillo y Mateo Manaure, entre otros. Más tarde, formarían la agrupación vanguardista El Techo de la ballena.
Su poesía está llena del paisaje andino, sus páramos y sus formas, así como sus afectos familiares. El entorno rural en el que nació, las costumbres propias del campesino han servido de inspiración para realizar sus escritos. Bolívar también lo inspira, en parte de su obra se encuentra la historia nacional y la de sus héroes. El reino (1958), Paisano (1964), Honras fúnebres (1965), Santiago de León de Caracas (1967), El vientecito suave del amanecer con los primeros aromas (1969), Poesía. Antología (1985), Adiós Escuque(1974), Elegía, el viento y la piedra (1984), Mérida, elogio de sus ríos (1985), Alegres provincias (1988),Lobos y halcones (1997), En el reino de Escuque (2006) y Vuelta a casa (2007), son las obras que publicó el poeta trujillano durante sus ocho lustros de vida.
La Fundación Editorial El perro y la rana, siempre comprometido y reconociendo el valor de la palabra venezolana, siente profundamente la partida del poeta y comparte con todos su Antología poética en versión digital. Descárgalo aquí http://goo.gl/QQaUoG
T/ Prensa FEPR