La película Bolívar, el hombre de las dificultades podría estrenarse este mes, informó su director, Luis Alberto Lamata en una entrevista en el programa Dando y Dando este viernes. Esta cinta llevará a la pantalla grande una etapa poco difundida de El Libertador, en la que emerge de la derrota para rearmar su estrategia en pro de la causa independentista. La película, protagonizada por Roque Valero, fue escrita por José Antonio y José Luis Varela, y centra su historia en un período de la vida de Bolívar, que va de mayo de 1814 a mayo de 1815.
Texto: AVN
“Llegamos a este rodaje a final del año pasado en diciembre, produciendo una película muy compleja que, sin embargo, se hace en tiempo muy corto en la medida en que se incorporaron cientos de profesionales. Pocas veces en mi vida he trabajado en una película donde tanta gente aporte creativamente”, expresó Lamata.
La película arranca con un Bolívar derrotado, desterrado en Jamaica, que en vano buscó el apoyo del imperio inglés para luchar contra España debido a que ambos se alían para derrotar a Napoleón, en Francia. Luego de salir victoriosa, la corona española recobra fuerzas para apuntar a América, y arma una poderosa expedición a cargo de Pablo Morillo. Ante esto Bolívar da un giro inesperado para buscar el respaldo de Haití, una república de esclavos, con Alexandre Petión como presidente. Una alianza que fue mal vista por los independentistas mantuanos y esclavistas.
Finalmente, el Libertador logra armar una expedición para llegar a Venezuela y decreta la libertad de los esclavos, pero pasarían décadas para que se hiciera realidad. Bolívar, el hombre de las dificultades, además resalta la claridad del pensamiento del Libertador, así como su fuerza espiritual y madurez política que lo llevaron a tomar las decisiones pertinentes.
“Es una película en la que buena parte del rodaje se hizo en Trinidad, Cuba y Puerto Cabello (Venezuela). Los efectos especiales se hicieron en Buenos Aires (Argentina), y el sonido en Madrid. Es una película que recorrió buena parte del mundo recogiendo distintas creatividades”, manifestó el cineasta venezolano.
Recordó que Bolívar, el hombre de las dificultades forma parte de la Serie Libertadores, largometrajes en los que cada país de Suramérica cuenta la historia de su prócer fundamental.
Industria del cine venezolano prevé producir unas 30 películas este año
“Este año aspiramos a tener 30 películas. Eso sería una cifra nunca vista en nuestra industria”, expresó Lamata. La producción cinematográfica en el país -indicó el cineaste- se ha incrementado en los últimos por el aumento en los niveles de compromiso de quienes producen y dirigen las cintas.
Además, explicó que hay una generación joven, preparada, con propuestas frescas e interesantes. “Siento que lo fundamental es que los venezolanos queremos vernos en pantalla. Creo que es la esencia de todo, y queremos vernos desde distintos ámbitos”, añadió.
Lamata enfatizó que todas las películas nacionales puestas en cartelera han tenido buena receptividad del público. “Lo interesante es que los cineastas no están defraudando a su público, que de alguna manera no se trata sólo de un problema de cantidad, de que estamos estrenando más películas. Siento que estamos haciendo mejores películas también”, agregó.
Azú: Otra mirada sobre la esclavitud
Lamata también se refirió a su película Azú, que cuenta la historia de una niña africana que ha sido secuestrada y llevada a la fuerza a tierras americanas, donde posteriormente es vendida como esclava. “La esclavitud es una etapa de nuestra historia que mucha veces pasamos como tradición, y estamos hablando de más de 300 años de esclavitud en el país, que no se cuentan o que se cuentan mal”, expuso.
Esta producción surgió de una idea de la investigadora y crítica de cine Patricia Kaiser, quien tomó un aviso de prensa de la época, en el que se pedía señas de esta esclava fugada. La cinta es protagonizada por Flora Sylvestre y cuenta con la actuación de Juvel Vielma, Pedro Durán y Maryelis Rivas.
Rodada en Chirimena, Curiepe y Curupao, estado Miranda, en Azú más de 300 personas hicieron el papel de esclavos y cimarrones cubiertos con unos harapos construidos con el esfuerzo de la vestuarista Catalina Prino Requena, quien lijó y decoloró las telas para envejecerlas.
“Hubo un trabajo previo muy importante que es lo que está en la película. No fue un gesto improvisado (…) Por Azú tengo un cariño muy especial. Siento que es una película que consigue del público un afecto y una mirada entrañable, como pocas veces es logrado en el cine”, acotó Luis Alberto Lamata.