Tras el exitoso resultado de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente el pasado domingo, una de las primeras opciones que surge para el poder originario es la propuesta presentada varias veces durante la campaña por el constituyente electo, Diosdado Cabello, de que la imagen de Simón Bolívar y Hugo Chávez sean colocadas de nuevo en los muros del Palacio Federal Legislativo.
Texto: Ciudad Caracas
El planteamiento de Cabello constituye un desagravio a la falta de respecto cometida contra el Libertador y el Comandante Eterno por el entonces presidente de la recién instalada Asamblea Nacional en 2016, Henry Ramos Allup, quien apenas al día siguiente de ser juramentado ordenó la remoción de los cuadros que estaban colocados en varias paredes del Palacio Legislativo.
Durante el cierre de campaña celebrado el pasado jueves en la avenida Bolívar de Caracas, el dirigente socialista pidió al pueblo llevar un cuadro del Libertador y otro del Comandante Eterno al Capitolio, una vez instalada la Constituyente, para que nunca más vuelvan a salir de ahí, tal como lo hizo la derecha, que pretendió que sus seguidores lo olvidasen.
“Muy al contrario, nos sembró profundamente en el corazón la decisión de ser bolivarianos, de ser profundamente chavistas y de seguir impulsando el proyecto socialista en nuestra Patria”, aseveró Cabello en esa oportunidad.
Previo a esta declaración, el constituyente electo por el estado Monagas llamó en un acto de masas celebrado en esa entidad, a quienes “se burlaron de Bolívar y de Chávez”, a meterse “la lengua en un bolsillo”, puesto que “más nunca van a lograr” que el mandatario fallecido en 2013 “salga del corazón de nosotros”.
El dirigente revolucionario lanzó otra propuesta aún más contundente: que el día en que se instale la Asamblea Nacional Constituyente, cada una de las personas del pueblo bolivariano que acuda al evento lo haga con un retrato de Bolívar y otro de Chávez, para darle un escarmiento al fascismo encarnado en la derecha radical.
El origen de la polémica
“Ese cuadro llévenlo para el horno, pa’l carajo, aquí no queremos velorios, hacia abajo, que se lo lleven pa’ Sabaneta; el que quiera prenderle velas que se lo lleve pa’ Sabaneta, que se lo manden a las hijas, a las viudas (…) esta vaina no es cementerio, y ese Simón Bolívar falsificado también lo sacan de aquí, ese no es ningún Simón Bolívar, ese es un invento de ese señor, una vaina loca, sáquenme toda esa vaina de aquí. Ese no es ningún Simón Bolívar”.
Estas palabras, emitidas el 6 de enero de 2016 en horas de la tarde en el Palacio Legislativo por el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, corresponden a un video que circuló por las redes sociales ese mismo día y que fue ampliamente difundido por distintos medios que fueron la chispa que encendió la polémica.
“No quiero ver un cuadro aquí que no sea el retrato clásico del Libertador. No quiero ver ni a Chávez, ni a Maduro. ¡Llévense toda esa vaina para Miraflores, o se la dan al aseo. Yo no sé dónde ustedes pondrán esa vaina, pero aquí nada!, Añadió el jefe parlamentario para echar más leña al fuego.
Por si esto fuera poco, Ramos Allup también pretendió en aquel momento que las fotos que representan la línea de mando del Poder Ejecutivo, colocadas en el puesto de la Guardia Nacional, situado en el ala noreste del Palacio de las Leyes, fuesen removidas, situación que no fue permitida por los oficiales ahí asignados.
Luego de esta acción, la indignación del pueblo bolivariano no se hizo esperar, así como el reclamo de dirigentes revolucionarios y funcionarios del Gobierno, quienes consideraron la actuación del parlamentario adeco como un arrebato de autoritarismo, sectarismo y provocación.
Mientras que el personal obrero de la Asamblea Nacional procedía a trasladar los cuadros, simpatizantes chavistas reclamaron la acción apostándose en la puerta este del Capitolio y en las inmediaciones de la Plaza Bolívar, a pocos metros del lugar.
“¡Mira lo que están haciendo con nosotros. Nunca van a acabar con la Revolución!”, gritó un hombre cuando avistó la remoción en carretillas de las imágenes en las adyacencias del Palacio Legislativo.
Otro grupo cercano, al observar los cuadros y pendones, comenzó a gritar en tono de protesta: “Sí va a caer, sí va a caer, esa Asamblea va a caer” y a abuchear a los parlamentarios de la oposición.
“Hay formas de cuidar en el Parlamento la expresión democrática de todos los factores y no pueden borrar la imagen de Hugo Chávez, más allá de que lo manden a cambiar o no de un cuadro”, advirtió el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Víctor Clark, a las puertas de la Asamblea, al constatar lo que estaba ocurriendo.
Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas, hizo un llamado a través de su cuenta en la red social Twitter @jorgerpsuv para protestar en contra de la medida de Ramos Allup. “R. Allup insultó a nuestro Libertador y a Chávez. Mañana 10 am pza Bolívar el pueblo desagravia a nuestros gigantes”, escribió el burgomaestre en ese entonces.
Por su parte, Ernesto Villegas rechazó que Ramos Allup hablase de un “cuadro clásico del Libertador”, cuando la historia había demostrado suficientes formas de concebirlo, interpretarlo y plasmarlo a través de la pintura.
Entre tanto, Tareck El Aissami escribió en su cuenta en la misma red @TareckPSUV lo siguiente:
“¡La derecha venezolana intenta hacer lo mismo con el legado de BOLÍVAR y de CHÁVEZ!”.
Comentario similar fue emitido por el parlamentario socialista Héctor Rodríguez, quien en un tuit señaló que: “Con la llegada del pasado dejamos de ver el cuadro de Bolívar y Chávez, pero están con nosotros en la calle”.
Este mensaje de Rodríguez se inscribe precisamente en la decisión tomada el pasado domingo, por el pueblo venezolano, de que el ejercicio del poder esté verdaderamente en sus manos y no en manos de una cúpula política, que pretende mantener los vicios creados durante cuatro décadas.