Entrevistado el pasado sábado por la emisora Alba Ciudad 96.3 FM durante el III Congreso Nacional de Cultura, el ministro Reinaldo Iturriza se refirió al debate tras publicarse una entrevista en Últimas Noticias el pasado 21 de septiembre, titulada “A mí me gustan el rock, el reguetón y el merengue”. El intelectual y sociólogo también se refirió al Consejo Presidencial de la Cultura, que se instalará el 21 de octubre. “Será un espacio de interlocución directa con el Presidente”, donde las y los cultores “tienen la responsabilidad de hacer un ejercicio de reflexión que no sea un ejercicio autoreferente. Se trata de discutir y hacer propuestas” y demandas específicas.
Texto: Luigino Bracci Roa, Alba Ciudad
El ministro del Poder Popular para la Cultura, Reinaldo Iturriza, aclaró algunos puntos el sábado pasado en torno al debate ocurrido en las redes sociales, luego de publicarse una entrevista titulada “A mí me gustan el rock, el reguetón y el merengue”, hecha por el diario Últimas Noticias, en la que él defendió la diversidad de géneros dentro de la música que debe apoyar el Estado revolucionario. Entrevistado por Randolph Borges, de la emisora Alba Ciudad, Iturriza señaló que en ningún momento defendió o apoyó letras que denigraran de la mujer.
“Yo no hice una defensa crítica ni del perreo ni del lenguaje machista de algunos autores que, difícilmente, se puede decir que son realmente artistas. pero esa es mi opinión personal”, señaló. “De la misma manera que defendí a Tego Calderón, puedo haber dicho perfectamente que no me gusta el hip hop gangsta, o que no me gusta Wisin y Yandel; me parecen una aberración de la industria cultural. ¡Pero hay gente que les gusta! Por supuesto, desde mi trinchera trato de construir una cosa distinta”.
Para el intelectual, sociólogo y titular del despacho cultura, “construir una sociedad distinta tiene que ver, en primer lugar, con no desconocer realidades. En segundo lugar, con tener amplitud de mente y de perspectiva. La firmeza en las ideas propias no quiere decir que uno tenga que condenar las ideas de los demás, incluso cuando uno está absolutamente convencido de que aquella persona está equivocada”. Señaló que, si bien hay cosas que son innegociables, como el derecho a la vida, sin embargo “en los gustos tenemos que ser más respetuosos, mucho más tolerantes”.
“Una sociedad democrática es aquella donde caben todas las opiniones y todas las ideas”, señaló el ministro. “Yo no estoy militando en esta revolución porque quiera que todos piensen como yo. Quiero que mis hijos crezcan en un país que yo no tuve nunca; en un país donde la persona que opina distinto a mí pueda expresarse. Nosotros nunca tuvimos eso; la sociedad venezolana nunca tuvo la dicha. Ahorita no sólo los que adversan esta revolución la tienen, sino que se abusa de ese derecho. Yo creo en una sociedad donde la gente tenga el derecho de expresar su desacuerdo, aunque sin el abuso. Y cuando se trata de gustos, estamos obligados a ser mucho más amplios y poner en práctica la amplitud de perspectiva”.
Respecto a la entrevista en Últimas Noticias, dijo: “Creo que esas cosas no tenemos que tomárnoslas a pecho. Por supuesto que eso fue en alguna medida una provocación. Creo que, sobre estas cosas, hay que discutir de manera desprejuiciada”. Sin embargo, aclaro que le parece lamentable “que haya gente que se haya formado una idea de lo que yo planteé, con ver únicamente el titular de la entrevista; sin haberla leído. Eso es pésimo, uno no puede dejarse llevar así por los titulares, parece que no hubiéramos aprendido nada en todos estos años de revolución”.
No rechazar lo popular
“Lo que me parece más peligroso es que mucha gente que se dice de izquierda, tiene un prejuicio contra lo popular… ¡que es una cosa para agarrar palco! Detrás de ese supuesto rechazo al reguetón lo que hay es un rechazo por cualquier género (popular)”, opinó en la entrevista realizada el pasado sábado.
“Hoy es chévere decir que a uno le gusta la salsa brava, pero: ¿qué no se dijo aquí de la salsa hace 20 ó 30 años? Con el hip hop pasaba algo muy parecido al principio, porque era un género que venía del norte. En fin: en materia cultural tenemos que ser mucho más amplios, y yo creo que ese es espíritu de este III Congreso Nacional de Cultura”.
“Aquí está el Frente Nacional de Badas Rebeldes. ¿Cómo tú vas a desconocer eso? ¿Cómo vas a desconocer el valor que tiene Paul Gillman en la historia del rock venezolano?“. Opinó que “al final pudiésemos estar reproduciendo posiciones de pretendidas élites que nosotros decimos rechazar de la boca pa’ fuera, pero que terminaríamos pareciéndonos mucho a lo que nosotros cuestionamos”.
Indicó Iturriza que “estoy completamente en desacuerdo conque en una emisora del Ministerio de la Cultura no pueda sonar Michael Jackson. Insisto: me parece una aberración. Me parece una mentalidad conservadora que no se corresponde con la amplitud de mente que tenía el Comandante Chávez”, recordando que él también cantaba música de Juan Gabriel o de Rocío Durcal. “Como si el machismo grosero de muchas de las líricas de reguetón no lo encontráramos en otros géneros musicales”, acotó.
III Congreso de Cultura
“Estoy disfrutando mucho el III Congreso, recorriendo los espacios y escuchando las discusiones”, señaló el ministro Iturriza en la entrevista, realizada en el espacio que el Centro Nacional de Artesanía ofreció a la emisora Alba Ciudad dentro de la feria, que estuvo ubicada por cinco días en la Universidad Nacional de las Artes (Unearte).
“Estoy ansioso por el momento post-congreso, en el que uno tiene que garantizar que estos espacios de interlocución continúen para elaborar políticas. La discusión tiene que expresarse en hechos concretos siempre; tiene que expresarse en planes de trabajo, y esos planes tienen que tener objetivos, porque sino serán debates muy interesantes, pero más nada. La labor de gobierno pasa por construir políticas y la política se construye con el pueblo organizado”.
Señaló haber visitado las seis mesas en la Galería de Arte Nacional, el Museo de Bellas Artes y la Unearte, donde conversó con numerosos cultores y participantes. Calificó como uno de los momentos cumbre del Congreso al proceso de discusión en el que todos los voceros se reunieron para identificar los problemas de cada estado y generar las propuestas.
Indicó que la cultura comunal, la Ley Orgánica de Cultura y la recuperación de infraestructura cultural figuran entre los temas más mencionados por los cultores. Sobre este último punto, señaló que “es evidente que hace un plan de trabajo para recuperar la infraestructura cultural; es uno de los objetivos que nos hemos propuesto con este congreso”. Indicó que se han hecho muchos análisis sobre el funcionamiento del Sistema Nacional de Culturas Populares, con una variedad de posiciones. “Lo que hay que subrayar es que la discusión ha sido muy intensa, muy sugerente, muy constructiva”.
Consejo Presidencial dará insumos para las políticas culturales
Explicó Iturriza que “hay que concebir cómo va a ser el espacio del Consejo Presidencial de Cultura”, que se instalará el próximo 21 de octubre. “Será un espacio de interlocución directa con el Presidente”, donde las y los cultores “tienen la responsabilidad de hacer un ejercicio de reflexión que no sea un ejercicio autoreferente. Se trata de discutir y hacer propuestas, las demandas específicas”, señaló. “Pero hay que pensar en la cultura de cara a la sociedad venezolana. La cultura es un fenómeno transversal, no es simplemente la presentación artística, los derechos sociales de los cultores o de los trabajadores culturales, que es sumamente importante pero no se trata solamente de eso”, explicó.
“Aquí nosotros vamos a tener insumos que de otra forma sería muy difícil tenerlos, para elaborar políticas y seguir acercando toda la institucionalidad de la cultura al pueblo venezolano, para que nosotros cumplamos los objetivos: darle sentido a la revolución cultural y articularnos directamente con las experiencias culturales, entre muchas otras cosas que están pendientes”.
Conciencia del pueblo
Sobre el tema de la conciencia colectiva, Iturriza señaló que “no se produce una revolución sin que el pueblo adquiera conciencia sobre su propia fuerza, sobre su historia. No hay Revolución si el pueblo no construye horizontes políticos, es decir: si no se produce un cambio que es, en primer lugar y fundamentalmente de sí mismo. Un pueblo que se revoluciona es un pueblo que pone como uno de los valores fundamentales de su existencia la necesidad de cambiar. Y para cambiar hay que tener una voluntad muy grande”.
“Venimos de la gran farsa y de la gran ilusión consumista de la Venezuela Saudita (de los años 70), a una crisis económica brutal y la decadencia del sistema político (en los años 80 y 90). Estamos hablando de un pueblo venezolano que es, en buena medida, muy incrédulo. Un pueblo que dejó de creer. Ese es el pueblo que se lanzó a la calle el 27 de febrero de 1989”, explicó. “Tres años después aparece ese referente ético que es el Comandante Chávez, en el que el pueblo comienza a creer con mucha fuerza. Se va reconstituyendo, se va convirtiendo en otra cosa, se va transformando como pueblo en eso que conocemos como ‘pueblo chavista'”, un término que reivindica y que forma parte de nuestra identidad.
“El chavismo implica hacer una lectura radicalmente distinta de la Historia a la que nosotros nos habituamos. Implica aprender una nueva cultura política, apropiarnos de ella. Nosotros no podemos decir que el pueblo no tiene conciencia luego de ver todo esto que ha ocurrido. Ese es un riesgo enorme: asumir que nosotros, a estas alturas, somos agentes civilizadores que vamos a llevar la conciencia y la cultura a la gente. Esa es la mentalidad clásica de las élites en la política, en la cultura y en general de las élites que gobernaron este país”.
“Nosotros tenemos que reconocernos en eso que nosotros fuimos capaces de hacer en los noventa, en ese proceso de constitución del chavismo como proceso político e histórico”. Llamó a reconocernos en las victorias de Chávez en 1998, de la Constituyente, en el contragolpe de 2002 y en la resistencia frente al paro petrolero de ese mismo año. “Son hitos y conquistas populares”.
Guerra económica y la conciencia colectiva
Sobre los problemas especulativos, de contrabando y de escasez que se viven en estos momentos en Venezuela, explicó el ministro de Cultura que “en esta guerra económica, que también es política y psicológica, tenemos que asumir qué significa la revolución cultural y cuales son los desafíos que plantea el presente. ¿Cómo nos cobran los poderes fácticos en Venezuela el hecho de que el venezolano tenga capacidad de acceder a los bienes de consumo? Quitándonos los bienes, poniéndolos a precios por las nubes. ¿Cómo nos cobran los poderes fácticos y el latifundio urbano el hecho de que hayamos construido más de 600 mil casas? Que ahora es imposible alquilar en la ciudad. Es imposible adquirir un apartamento. La que se ve afectada fundamentalmente es la clase media, de donde se nutre la base social de la oposición. ¡Esto es un toma y dame!”, indicó.
El gobierno respondió “restituyendo progresivamente derechos, fundamentalmente al pueblo más excluido y a las clases populares, y los poderes fácticos cobrándonos”, explicó el ministro.
“Este es un pueblo que tiene la conciencia -pero tiene que fortalecerla más aún- de que, cuando falta un producto en el anaquel, está faltando porque esto es una guerra. No es por alguna razón misteriosa, por un capricho. Y no fundamentalmente por ineficiencia gubernamental. Reconociendo, por supuesto, que nosotros cometemos errores”, pero esa no es la razón principal de los problemas de escasez. “Eso nos plantea una infinidad de problemas en el plano cultural, que son los que tenemos que atacar ahorita”.
Asesinato de Serra y Herrera: Crimen contra toda la juventud
Iturriza describió como “muy doloroso y abobinable” el asesinato de Robert Serra y María Herrera. “Lo interpretamos como un crimen contra toda la juventud venezolana, que es víctima de este sistema de muchas maneras. Es una juventud que se ha visto dignificada por la juventud venezolana como nunca antes, que tratan de estupidizar, de mediatizar. Cuando no se le criminaliza, se la trata de convertir en masa de maniobra de la derecha facha”. Refiriéndose en particular a aquel sector que es usado por la derecha, Iturriza opinó que “es una juventud formada en los valores de la antipatria, del desprecio por lo popular, por lo venezolano. Son muchos jóvenes que tristemente no se sienten parte de esta tierra, que no la aman, que ven lo popular como algo ajeno y a lo que se tiene rechazo”.
“Es verdaderamente doloroso el progresivo proceso de deshumanización que pesa sobre una parte -por fortuna minoritaria- de la sociedad venezolana”, señaló Iturriza. “¡Eso es lo que hace el capitalismo con nuestros jóvenes!”.
Iturriza también felicitó a Alba Ciudad por haber reanudado sus transmisiones de calle. “Es un placer verlos en la calle, donde deben estar permanentemente. La radio tiene que hacerse también desde la calle, como debe hacerse todo en revolución”. Señaló que, “más que hacedores de gestión, somos hacedores de política; y la política revolucionaria se hace en la calle”.
“Me contenta mucho que nuestra segunda participación en la radio Alba Ciudad sea en estos hermosos espacios de la Unearte a propósito de este III Congreso”, acotó.