“Las arañas del niño arañero eran sabrosas golosinas que su abuela preparaba a base de jugo de papaya y algunos ingredientes heredados de la cocina indígena. Nadie sabía, nadie sabe por qué se llamaban con tan injusto nombre a esos dulces que alegraban la boca y alegraban a los enfermos, y redondeaban los muy escasos ingresos de la familia. Y yo quiero dedicar la lectura de esta noche a ese hombre, que nunca traicionó al niño que había sido. Voy a dedicar la lectura a Hugo Chávez”. Con esas hermosas palabras, seguidas de un estruendoso aplauso, inició Eduardo Galeano la lectura de su libro Los hijos de los días, en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño de Caracas. Y continuó el escritor uruguayo: “Hay quien dice que murió, pero yo no me lo creo”. También compartió con el Presidente Nicolás Maduro, mientras se reunía con mujeres de la Patria y movimientos feministas y por la igualdad de género, que le hicieron entrega del Plan Mamá Rosa 2013.
Fuentes: AVN, Telesur, Prensa Presidencial y Alba Ciudad
Galeano, nacido en 1940 en Montevideo, Uruguay, es considerado uno de los más destacados escritores de América Latina. Memorias del fuego (1986) y Las venas abiertas de América Latina (1971) han sido sus libros más conocidos, y han sido traducidos a veinte idiomas. Con gritos de “¡Chávez vive, la lucha sigue!” y fuertes aplausos, el pueblo venezolano recibió a Galeano, quien estuvo acompañado del vicepresidente para el Área Social, Héctor Rodríguez; el ministro para la Cultura, Fidel Barbarito, y el escritor venezolano Luis Britto García, entre otros invitados.
Los hijos de los días es un texto lleno de reflexiones, que encierran un discurso profundamente humanista, crítico y antiimperialista. “El nombre del libro proviene de algo que escuché en una comunidad maya hace ya muchos años, de alguien que dijo: ‘nosotros somos hijos de los días’, porque en la cultura maya, el tiempo es fundador del espacio. Esa mosca me anduvo dando vueltas en la cabeza, y de a poquito fue naciendo este libro”.
“Los humanos estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias, y si cada uno de nosotros está hecho de historias, entonces cada día ha de tener una buena historia que contar”. El libro está escrito en forma de calendario, con 366 historias: cada día cuenta una historia distinta.
También leyó algunos cuentos sobre Juan Carlos Dávalos, Nelson Mandela, Rosa Luxemburgo, Roque Dalton, Santiago Ramón y Cajal, José Martí, las pinturas en la caverna de Altamira y dos impresionantes textos contra el racismo, uno de ellos además relacionado con su deporte favorito: el fútbol.
La nueva Venezuela tendrá que ser parida en la igualdad de géneros
Tras finalizar la lectura en la sala José Félix Ribas del Complejo Cultural Teresa Carreño, Galeano pasó a la adyacente Sala Ríos Reyna, donde el Presidente Nicolás Maduro se reunía con mujeres de la Patria y movimientos feministas y por la igualdad de género, que le hicieron entrega del Plan Mamá Rosa 2013. Allí, Galeano, escoltado por el intelectual venezolano Luis Britto García, aplaudió estas iniciativas, que dijo son fecundas y “están fundando una nueva Venezuela”. Destacó que la nueva Venezuela, que se construye en Revolución, tendrá que nacer de la igualdad y la equidad de géneros.
“La nueva Venezuela tendrá que ser parida en la igualdad de géneros”, agregó.
Sobre su libro Los hijos de los días, indicó que el texto está lleno de reflexiones históricas y humor. “La mayoría de las historias, son historias de mujeres, justamente porque las mujeres han sido las más invisibles entre los visibles”, acotó el uruguayo.
Maduro encontró en la página 176 del libro, un relato sobre la guerrera y mártir francesa Juana de Arco, y Galeano leyó al público parte del relato. “Juana de Arco se convirtió en la heroina preferida de la Iglesia Católica y el Reino de Francia, que eran los que la habían quemaron. Es muy fácil glorificar a las mujeres después de quemarlas vivas, y convertirlas en santas, heroínas y símbolos de la Patria, como lo es Juana de Arco, que es el símbolo de Francia”.
Continuó Galeano: “Pues este símbolo de Francia es una joven de 19 años que fue quemada viva por un juzgado compuesto por representantes de la Iglesia y autoridades de Francia, en un ejercicio de la Hipocresía y uno de los millones de episodios que caracterizan la historia machista de la condición humana, que maltrata a las mujeres desde hace siglos, siglos y más siglos”.
Galeano también leyó otro texto dedicado a la patriota del Alto Perú, Juana Azurduy, quien batalló contra el imperio español en los siglos XVIII y XIX. Recordó Galeano que Azurduy recibió el grado de teniente coronel en 1816 por parte del gobierno de Buenos Aires, “en virtud de su varonil esfuerzo” en la Guerra de Independencia contra el poder colonial, dirigiendo la tropa de los honderos (usaban hondas indígenas para atacar con piedras a sus enemigos). Su esposo y cinco de sus seis hijos habían muerto en la guerra, “y ella finalmente murió en la pobreza; pobre entre los pobres, y fue arrojada en una fosa común. Mucho tiempo pasó, y casi dos siglos después, el gobierno argentino presidido por una mujer ascendió a Juana Azurduy a generala del Ejército. Y entonces sí se dijo la verdad: ‘en homenaje a su femenina valentía’, decía el decreto”.
También recordó a la líder obrera boliviana Domitila Barrios, quien desde la localidad minera de Llallagua impulsó la lucha contra la dictadura de René Barrientos Ortuño y Hugo Banzer Suárez en las décadas de los 60 y 70.
Galeano destacó fortaleza de la democracia venezolana con la Revolución Bolivariana
Tras finalizar el evento, el escritor uruguayo Eduardo Galeano destacó, en declaraciones a la prensa, la fortaleza de la democracia en Venezuela, al referir que a lo largo de los 14 años de gestión del comandante Hugo Chávez realizó 18 procesos electorales. “Por primera vez en la historia de la humanidad un presidente sometió su poder tantas veces al veredicto popular”, refirió.
Recordó el momento en que conoció al líder de la Revolución Bolivariana, a quien le expresó: “Pareces un ser humano. No se puede creer las cosas que dicen de ti, que eres un demonio o un emisario del infierno. Me encanta darme cuenta que no eso no es así”.