Reproducimos este especial del Correo del Orinoco a un año de la victoria del pueblo venezolano en su defensa ante el intento de invasión, disfrazado de entrega de ayuda humanitaria, ocurrido el pasado 23 de febrero de 2019.
Texto: Correo del Orinoco (Jimmy López Morillo)
Sintiéndose guapo y apoyado -al fin y al cabo, por órdenes de sus amos se había autoproclamado “presidente” poco menos de un mes antes, bajo el embrujo de los mercenarios del periodismo, rodeado de badulaques jurando que “ahora sí” cumplirían sus deseos de acabar con el rrréeegggimennn- el recién estrenado títere soltó la estridente amenaza aquel 12 de febrero:
-¡El 23, la ayuda humanitaria entrará sí o sí a Venezuela, determinada y decididamente!
Las reacciones orgásmicas no se hicieron esperar entre quienes ensoberbecidos por el odio veían llegado el momento de cobrarle a la Revolución Bolivariana todas las deudas desde que el comandante Hugo Rafael Chávez Frías los desalojó del poder. Colgantes las babas en las comisuras de los labios, habían encontrado en la crisis provocada por quienes la esgrimían como excusa el ingreso de la supuesta “ayuda” con el fin de invadir nuestro territorio.
Ante la delirante concurrencia el prefabricado “líder” lanzó un “ultimátum”a los integrantes de nuestra gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), pensando que estos, temblorosos, echarían por tierra su honor y atenderían su llamado:
-“La Fuerza Armada Nacional Bolivariana tendrá algunos días para ponerse del lado de la Constitución y de la humanidad”, vociferó, mientras quienes asistían al show en la avenida Francisco de Miranda alcanzaban el paroxismo.
En una muestra de la que luego se revelaría como uno de los rasgos de su retorcida personalidad, mentir con descaro y sin rubor, arrojó cifras hiperbólicas, sin ninguna sustentabilidad, sobre unos supuestos 250 mil “voluntarios” para distribuir la “ayuda”.
Así, fue repitiendo el guión previamente preparado por los designados para tal fin por sus amos imperiales, como parte de la trama urdida para la anunciada fecha, en la cual los genocidas de Washington juraban que ingresarían a Venezuela a lomos del caballo de Troya del cargamento “humanitario”, como invasor por su casa, sin encontrar resistencia.
El tinglado se montaba en connivencia con el gobierno narcoparamilitar de Iván Duque, por el lado colombiano, y del aspirante a dictador Jair Bolsonaro, por la parte brasileña, con el respaldo servil de otras autoridades como las de Curazao y Puerto Rico, desde cuyos territorios se anunciaban la partida de un avión y un barco, presuntamente cargados con alimentos y medicinas para la población venezolana.
Concierto en la Frontera
Por supuesto, todo show, además de pan -el supuestamente representado por la “ayuda”- también exige circo y para completarlo, ávido de obtener su tajada de las riquezas venezolanas tan pronto se concretara la invasión, el multimillonario británico Richard Branson anunció la celebración la noche previa a la fecha fijada para la invasión del concierto “Venezuela Aid Live” en el lado cucuteño de la frontera con nuestra nación, en el cual se proponía recaudar nada menos que ¡100 millones de dólares!
De inmediato los deseos de figurar en el lucrativo mercado estadounidense llevaron a muchas y muchos a saltar, ofreciéndose para actuar en el espectáculo. Incluso, uno llamado Don Omar, se regodeó dejando saber que aportaría un milloncejo de los “verdes” para la causa.
Sin embargo, el bajista también británico Roger Waters, cofundador de la legendaria banda de rock Pink Floyd, ripostó advirtiendo que las intenciones del empresario solo tenían que ver “con Richard Branson”.
-«No tiene nada que ver con las necesidades de los venezolanos, nada que ver con la democracia, no tiene nada que ver con la libertad y no tiene nada que ver con la ayuda», puntualizó.
Esa noche del 22 para el 23-F, de aquel lado, nombres desesperados por figurar en los escenarios mayameros o neoyorquinos. Los representantes de la “prensa libre”, los enfermos del odio, babeantes, no podían esperar la llegada del amanecer parar ver cumplidos sus sueños invasores, camuflados en “ayuda humanitaria”.
Simultáneamente y en contraposición, muy cerca de allí, en territorio venezolano, se celebraba otro concierto, pero con artistas, cultores y cantores populares. Todas y todos los asistentes, esperando la nueva alborada, dispuestos a defender la patria con la vida si fuera necesario.
“De aquel lado estaba el concierto VIP, de la gente rica y de este el de la gente humilde, pobre, evidenciándose la lucha de clases”, comparó los dos eventos la concejala caraqueña Nancy Villegas, quien integró el contingente de más de un centenar de personas que, luego de una travesía de casi 30 horas, se presentaron en nuestra frontera para impedir la incursión extranjera.
Del monto de lo recaudado y su destino, solo saben el títere imperial y su grupo hamponil.
¡Por la independencia!
Nancy Villegas no solamente fue testigo sino protagonista en aquellas épicas horas en las cuales un pueblo determinado a ser libre, independiente y soberano, en amorosa, fraterna y decidida unidad con los integrantes de nuestra gloriosa FANB, impidió el ingreso de quienes pretendían mancillar la patria.
-“Fue como una nueva batalla cívico-militar por la independencia, define la edil. Fuimos a defender la patria. La Dirección Política de Caracas nos pidió a un grupo de militantes del partido que asistiéramos al concierto patriótico de Las Tienditas. Por La Vega fuimos nueve personas, de un total de 187. Salimos mujeres, hombres, adultos mayores, en una odisea de 26 horas, pues en el camino nos colocaron ‘miguelitos’, nos lanzaron piedras”, detalla.
La también dirigente regional del PSUV, relata que “…la madrugada del 23 se escucharon detonaciones. En la mañana, en un acto cerca del puente Simón Bolívar, en la plaza La Esperanza comenzó a correrse la voz de que unos guardias nacionales apátridas habían robado una tanqueta y trataron de pasarla al lado colombiano, con intenciones de generar violencia y justificar la intervención extranjera, cuando llegaran Juanito Alimaña y sus compinches de otros países”.
A las 7:00 de aquella tensa mañana, tres desertores de la GNB se apoderaron de dos vehículos blindados, lanzándose contra la vallas colocadas en nuestro principal puente fronterizo, arrollando a varias personas, incluyendo la reportera gráfica chilena Nicole Kramm. “¡Son nuestros! ¡Son nuestros!”, gritaron los prófugos José Manuel Olivares y Vilca Fernández, del lado del vecino país, en el que fue el primer falso positivo de la jornada.
-“Ellos tenían sus periodistas, sus mercenarios, todo su show montado. Nosotros estábamos tranquilos, en la plaza La Esperanza, cuando como a las 8:00 comenzaron a escucharse gritos desde la calle Venezuela. Junto a los cuerpos policiales nos trasladamos hasta ahí. Del lado colombiano intentaban cruzar. Esa era la orden, generar violencia, para activar a quienes estaban en Migración Colombia. Comenzaron a lanzar piedras, objetos contundentes, tiros. No querían dialogar con nadie”, continúa Nancy Villegas.
La batalla había comenzado en aquella zona limítrofe entre ambos países, cerrada por el Gobierno venezolano horas antes.
Las transnacionales mediáticas, magnificaban a quienes intentaban abrir paso a una penetración extranjera a nuestro territorio. Varios de los integrantes de la basura política del continente se congregaban en la acera del frente: Elliott Abrams, Sebastián Piñera, Luis Almagro, el narcoparaco Iván Duque, el paraguayo Mario Abdo Benítez y, por supuesto, el recién autojuramentado, quien para llegar había utilizado los servicios express del transporte de la tenebrosa banda “Los Rastrojos”.
-“Con nosotros estaban, entre otros, Darío Vivas, Vilma Vivas, Julio Zerpa, Jesús Faría, constituyentes; el ministro Eduardo Piñate, Freddy Bernal, Reinaldo Simancas, David Graterol, Ángelo Avendaño, Andy, gente de la Esquina Caliente. Los opositores se ponían más agresivos. Tenían hasta paracos montados en las montañas, piedras, bombas molotov, pistolas, estaban hasta por debajo del puente. Hubo muchos heridos de nuestra parte, quemados, tanto policías como civiles, inclusive señoras mayores. Un camarada sufrió fractura de clavícula. Ahí fue donde el pueblo se organizó, las mujeres, los hombres, nuestros abuelos, en unión cívico-militar, para dar una respuesta, defendiéndonos con piedras. Tuvimos que agarrar hasta las tapas de los potes de basura para protegernos”, rememora la concejala capitalina.
-“Estuvimos desde las 8:00 hasta las 6:00 de la tarde resistiendo. Ahí había un pueblo decidido a defender hasta con la propia vida la patria, el legado de nuestro comandante Hugo Chávez, de nuestro presidente Nicolás Maduro Moros. No pasaron y nos vivimos con la victoria. Sabíamos que esa era la única manera de regresar”, se regocija ahora, mientras sigue dando el vistazo a aquella intensa jornada.
La violencia, el arma predilecta del fascismo, sumada a la manipulación mediática, imperaba. Dejaban correr rumores. “La ayuda pasó la frontera de Brasil y llegó a Santa Elena de Uairén”, tuiteó el títere imperial, siendo desmentido rápidamente. Otro falso positivo se dio con lo de la quema de los camiones con su cargamento. Espumeantes las bocas, desorbitados los ojos, los mercenarios del periodismo, desaforados, estallaron:. “¡La dictadura de Maduro, los colectivos de Maduro, quemaron los camiones con comida y medicamentos!”, lanzaron al mundo la infamia.
Verdad desnuda
Esa fue la especie que se encargaron de mantener incluso por varios días, mientras rumiaban la amarga derrota sufrida en aquella frontera. La verdad, enarbolada una y otra vez por el Gobierno del presidente legítimo y constitucional de Venezuela Nicolás Maduro Moros finalmente tuvieron que reconocerla cuando fue reflejada por un medio insospechado como The New York Times.
El rotativo, cuya línea editorial ha sido radicalmente antichavista, publicó a comienzos de marzo una investigación audiovisual en la que demostraba de manera incuestionable que los vehículos con el supuesto cargamento “humanitario” fueron incendiados con bombas molotov lanzadas por los oficiantes del odio.
«Se lanzó una bomba casera hecha de una botella hacia la policía, que estaba bloqueando un puente que conecta a Colombia y Venezuela para evitar que los camiones de ayuda lleguen. Pero el trapo usado para encender el coctel molotov se separa de la botella, volando hacia el camión de ayuda. Medio minuto después, ese camión está en llamas», desnudó TNYT.
Además, el medio reveló que del video distribuido por el gobierno del narcoparaco Iván Duque fueron eliminados 13 minutos previos al incendio, evidenciando sus intenciones de distorsionar lo sucedido.
Victoria popular
Ya entrada la tarde, el legítimo y constitucional jefe de Estado Nicolás Maduro Moros, frente a miles de manifestantes en la avenida Urdaneta, anunció el fracaso del intento de violentar la soberanía nacional:
-“¡Hemos derrotado el golpe de Estado! ¡El que se meta con Venezuela se seca!”, exclamó, ante la masiva concentración frente al Palacio de Miraflores.
-“Lo que tenemos en Venezuela es un Estado protector del pueblo, no lo tienen Colombia, Perú ni Chile. Aquí estamos, deseosos de defender a nuestra patria y enfrentando al imperialismo”, remarcó.
De inmediato, anunció la ruptura de relaciones con el servil Gobierno colombiano:
-“No se puede seguir prestando el territorio colombiano para provocaciones contra Venezuela. En 24 horas, todo el personal diplomático de ese país debe salir de Venezuela”, ordenó.
Un año después de aquella épica victoria popular, la edil Nancy Villegas reflexiona sobre lo vivido juntos a cientos más aquel 23-F en plena frontera con Colombia:
-“Hay que destacar el ejemplo de todas esas mujeres, todos esos jóvenes, hombres, que pudieron contra todo lo que intentaron los fascistas. Pudimos más que ellos. Demostramos la gallardía de un pueblo de libertadores frente a esos ataques. Hoy podemos decir que valió la pena. No pasaron y no pasarán. Todos esos héroes y heroínas anónimas, quienes nos ayudaron inclusive a picar piedras, nos daban agua, defendiendo nuestra soberanía, si nos toca de nuevo ir a defender la patria lo haremos sin dudarlo”, recalca.
-“Venezuela está en paz. No habrá ningún imperio que quebrante la paz de quienes decidimos ser libres. Estamos venciendo. La moral, el patriotismo, en alto. Aquí hay un pueblo que decidió ser libre. El imperio nos conseguirá en pie de lucha cada vez que lo amerite, en esta Patria de Bolívar y Chávez”, remata Nancy Villegas.
Fue la primera de innumerables derrotas sufridas por el imperialismo a manos del pueblo venezolano, desde el inicio de su «experimento» con su títere autoproclamado…¡y las que faltan!
T/ Jimmy López Morillo