Goudreau, líder de la operación Gedeón, reconoció participación de la CIA en apagones y explosión de refinería de Amuay

En una entrevista reciente con el periodista Max Blumenthal, del medio The Grayzone, el exmilitar y “contratista” estadounidense Jordan Goudreau ofreció una versión detallada sobre las causas del fracaso de la Operación Gedeón —también conocida como “Operación Edgement“—, el intento fallido de incursión armada ocurrido en Venezuela el 3 de mayo de 2020, que buscaba derrocar al presidente Nicolás Maduro y dejó al menos 23 personas detenidas.

Texto: AVN, Alba Ciudad (LBR) y Telesur

Apodada irónicamente como la “bahía de los cerditos” por su ejecución desastrosa, el mercenario Goudreau sostiene que su plan era sólido, pero fue saboteado tanto interna como externamente y el principal factor del colapso fue el sabotaje de la inteligencia estadounidense.

Entre diferentes afirmaciones que se hacen a lo largo de la entrevista, Goudreau afirma en el minuto 21 que la empresa The Rendon Group (una empresa de “relaciones públicas” que trabaja junto a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, desde los años 90) llevaba una década facilitando o ayudando a hacer ataques a infraestructuras en Venezuela, que la CIA supervisaba a través de empresas privadas.

Esto pasa “cada vez que se apagan las luces en Venezuela”, dijo. Mencionaron los apagones ocurridos en Venezuela en 2019, pero también hablaron sobre “una refinería que fue atacada” en la que “decenas de venezolanos murieron”, refiriéndose probablemente a la explosión en la refinería de Amuay en agosto de 2012, que dejó 39 personas muertas y 80 heridas. “Este ataque fue llevado a cabo por la inteligencia estadounidense en colaboración con saboteadores de la oposición venezolana. Así que hay una larga historia de la CIA trabajando con ellos”, dijo Goudreau.

Jordan Goudreau destapa el papel de EE. UU. en el fallido golpe de Venezuela

En la entrevista, el mercenario también afirmó que la CIA entregó las coordenadas de los operativos a través de sus vínculos con miembros de la oposición venezolana, lo que permitió al gobierno de Maduro interceptar la incursión sin resistencia. Además, asegura que la agencia no tenía interés real en un cambio de régimen en ese momento, y que figuras como Juan Cruz, Lester Toledo y George Betancurt actuaban en desacuerdo con la administración Trump.

Otro golpe decisivo fue la detención del general Cliver Alcalá por parte de Estados Unidos. Su arresto generó temor y desconfianza entre los colaboradores internos, debilitando la estructura operativa.

Varios opositores venezolanos de alto perfil estuvieron directamente involucrados en la planificación del operativo, según Goudreau y documentos judiciales.

  • Juan Guaidó, entonces reconocido como presidente interino por varios gobiernos, fue señalado como financista y beneficiario político del golpe. Goudreau afirma que Guaidó firmó el contrato de la operación, hecho que habría quedado registrado en una llamada de Zoom. Sin embargo, los activos militares que apoyaban la misión desconfiaban de él, tolerando su rol solo por necesidad táctica.
  • Leopoldo López, por su parte, es descrito como el “padrino del ala golpista”, con respaldo internacional y vínculos directos con los operadores clave.
  • Entre los enlaces operativos destacan George Betancurt y Lester Toledo, hombres de confianza de López, quienes habrían actuado como intermediarios con la CIA y la inteligencia colombiana. Goudreau los acusa de haber filtrado coordenadas sensibles que facilitaron el fracaso de la misión. Betancurt, en particular, habría mantenido contacto directo con altos funcionarios estadounidenses como el secretario de Defensa Mark Esper y su asesor Clayborn Cardona, además de expresar su lealtad exclusiva a la CIA.
  • Otros nombres mencionados incluyen a Christopher Figuera, María Corina Machado y Henrique Capriles, todos vinculados en distintos niveles a la estrategia opositora, aunque con diferencias tácticas y cuestionamientos sobre liderazgo.
  • Goudreau sostiene que la operación contó con respaldo desde los niveles más altos de la administración de Donald Trump. Según documentos judiciales y archivos del FBI, el plan era conocido por asesores cercanos al entonces vicepresidente Mike Pence y al presidente Trump. Afirma que su equipo fue contratado y dirigido por funcionarios vinculados directamente al poder ejecutivo, y que recibió luz verde a través del asesor Drew Horn, quien habría transmitido la autorización política desde el entorno de Pence.
  • También señala que figuras clave del círculo íntimo de Trump participaron en la planificación. Menciona a Keith Schiller, exjefe de operaciones de la Casa Blanca, quien habría contactado a altos funcionarios como el almirante Craig Faller y Elliot Abrams; y a George Sorial, abogado de la Fundación Trump, junto con Travis Lucas, vinculado a Mike Pompeo.
  • Asegura que Abrams y John Bolton estaban al tanto de la operación. Tras firmar el contrato con Guaidó, Goudreau mantuvo reuniones en el hotel Trump y posteriormente en la Casa Blanca, aunque evitó reunirse directamente con el presidente para preservar su capacidad de negación.

Según él, su actual enjuiciamiento por tráfico de armas es un intento de encubrimiento liderado por el asesor legal John Eisenberg, quien habría estado presente en las reuniones iniciales.

Sabotaje a la operación desde Colombia

Goudreau también denunció actos de sabotaje por parte de la inteligencia colombiana, como la detención de un vehículo cargado de armas en un control, cuyos ocupantes no fueron interrogados y cuyo conductor murió en circunstancias sospechosas un año después. Para él, este episodio fue una señal temprana de que la operación estaba comprometida.

En cuanto a los conflictos internos, reconoce que la desconfianza entre facciones opositoras fue otro obstáculo. Aunque Alcalá contaba con respaldo, muchos no confiaban en su alianza con Guaidó, cuya rebelión previa había fracasado por falta de apoyo militar. Esta fragmentación minó la cohesión necesaria para ejecutar el plan.

Finalmente, Goudreau aclara que su estrategia no consistía en una invasión directa como la que proponía Eric Prince, sino en movilizar unidades venezolanas para capturar al alto mando político venezolano, incluyendo al presidente Nicolás Maduro.

La CIA creó el Cártel de los Soles

Goudreau también aseguró que el llamado “Cártel de los Soles” fue una estructura creada por la CIA mucho antes de la llegada del presidente Hugo Chávez Frías al poder. “Ya en los años 90, el cártel de los soles fue creado por la CIA. Esto no es ningún secreto, quiero decir, esta es la verdad”, declaró Goudreau. Asimismo, añadió que esta misma estructura es la que ahora se utiliza para acusar al presidente Nicolás Maduro, a pesar de que “puede que en realidad ya no exista”.

Al ser consultado para confirmar si la CIA fue la creadora de dicha organización, el mercenario respondió enfáticamente: “Oh, absolutamente. Eso no es nuevo”.

Goudreau fundamentó su afirmación citando a una alta fuente de la inteligencia de su país. “Según lo que el exjefe de la Administración para el Control de Drogas (DEA) le dijo a Mike Wallace, este envío de drogas llegó aquí gracias a lo que él llamó tráfico de drogas por parte de la CIA en asociación con la Guardia Nacional de Venezuela”, detalló.

El ex boina verde también desmitificó el nombre de la supuesta organización, calificándolo como “casi una broma” entre los círculos de inteligencia. “Ellos no se pusieron ese nombre. Hay un parche en su uniforme con un sol y supongo que la DEA o quien fuera los llamó así por eso”, explicó.

No obstante, Goudreau insistió en el punto central de su revelación: “la facilitación del tráfico de drogas por parte de la CIA a través de este grupo está bien documentada”.

En su análisis, el mercenario sostuvo que el Gobierno de Estados Unidos, sin importar la administración, busca proteger los recursos que obtiene a través del narcotráfico. Argumentó que la presión actual sobre Venezuela se enmarca en una actualización de la Doctrina Monroe para impedir la influencia estratégica de Rusia o China en la región, una política que irónicamente denominó «la doctrina Maduro».

Cierre de embajada dificultó las cosas

También afirmó Goudreau que el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, al cerrar la embajada de Estados Unidos en Caracas, “hizo prácticamente imposible para la CIA llevar a cabo operaciones significativas de inteligencia humana. Eso significa que habrían hecho lo mismo que yo: obtener acceso, posicionamiento y lealtad entre los generales de Maduro, Cabello y Tarek, o quien fuera. Habrían hecho exactamente lo mismo, pero el hecho de que Pompeo cerrara esa embajada lo hizo imposible para la CIA. No lo sabía en ese momento, pero había una guerra civil en la Casa Blanca”.

Sus palabras evidenciaron el alcance y los poderes que puede tener el órgano federal estadounidense para llevar adelante operaciones de desestabilización y de “cambio de régimenes” a través de sus sedes diplomáticas.

Al tiempo que la entrevista se llevaba a cabo, es importante destacar que Goudreau enfrentaba cargos penales en Estados Unidos por contrabando de armas. Había sido arrestado en julio de 2024 y liberado bajo fianza a la espera de un juicio.

Es importante recordar que Goudreau, durante la operación, emitió amenazas de muerte a través de redes sociales contra la periodista venezolana Érika Ortega Sanoja, quien entonces trabajaba en el medio ruso RT, lo que trajo un inmediato repudio de numerosos comunicadores sociales. “A los mercenarios se les paga. Para librar al mundo de cómplices de Maduro como tú, yo haría ese trabajo gratuitamente con mucha alegría”, dijo el mercenario en ese momento.

 

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