El escritor y creador, reconocido como uno de los grandes renovadores del género infantil en Venezuela, Armando Carías, continúa celebrando sus 50 años de vida artística en la 19ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), y en esta ocasión, este jueves impartió sus conocimientos sobre los actos culturales asociados al cierre de un año escolar.
Texto: Prensa MPPC (Franquis Toledo) / Fotos: Luis H
Desde la sala Ana Enriqueta Terán del recinto ferial, se llevó a cabo el taller: ¿Cómo preparar un acto de fin de curso y no morir en el intento?, donde Carías expuso un cúmulo de anécdotas sobre las experiencias vividas por los docentes, estudiantes y representantes, durante la planificación de los tradicionales cierres culturales de año escolar en instituciones educativas de Venezuela.
Carías explicó que el nombre de la actividad está en forma de pregunta irónica, porque “hablar de los actos de fin de curso tienen su lado amable y su lado traumático”, a lo que agrega que muchas personas, aún después de adulto recuerdan placenteramente algún personaje representado en un acto cultural del salón de clase o de la escuela en su infancia.
“Un acto de fin de curso es una representación escénica en la que por medio del teatro, la poesía, la música, el canto, la danza, o cualquier otra expresión artística, incluso deportiva, científica, ecológica, o de otra naturaleza, todos los integrantes de una comunidad educativa celebran el cierre de las actividades escolares con una reunión en la que se muestran los logros, se describen las destrezas y se comparten valores y alegría”, expresó mientras comentaba algunos fragmentos del capítulo “Un acto de fin de curso”, tomado de su libro “Chichones de mi cabeza”, presentado recientemente en Filven.
Con la participación de jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte), y docentes de otras instituciones educativas caraqueñas, el homenajeado indicó que debe existir una formación encaminada a reflexionar la vocación artística de los niños y niñas desde las escuelas.
“Como creador, yo veía como los niños prácticamente eran obligados, por no decir maltratados, a salir en escena y repetir mecánicamente un texto que no sabían qué significaba”, reflexionó Carías.
Añadió que los actos de cierre escolar son una oportunidad para descubrir si un niño o niña está forjando o frustrando una vocación artística, por lo que recomendó aprovechar múltiples puestas en escenas liberadoras adicionales al cierre del año escolar, entre las que mencionó el Día de las Madres, el Día del Niño, el Día del Árbol, entre otras, “para que los valores que promovamos en el aula se correspondan con la realidad”, dijo.
Carías habló también sobre el proceso de preparación previo que conlleva una manifestación artística que cataloga más importante que el resultado final. “Para ejecutar bien una danza, por ejemplo, debe haber un largo proceso de ensayo, y ese proceso debe ser gratificante y agradable, sin presiones”.
Al respecto, una de sus estudiantes de teatro, es Sofía Carreño, integrante de la Compañía Nacional de Teatro, quien comentó sentirse gratificada por formar parte del grupo de teatro que dirige Armando Carías.
“Hoy podemos decir que queremos ser algo de lo que cuando estábamos niños ni pensábamos que queríamos ser y ahora seguimos otra carrera que realmente nos gusta”, sostiene con entusiasmo.