Ignacio Ramonet y Maurice Lemoine debatieron en Filven sobre la ilusión del mundo post-Covid y la trampa neoliberal

Foto: Filven 2021

Después de casi dos años de cotidianas noticias sobre la pandemia del Covid, parece que no habría mucho que decir. El objetivo común de la humanidad entera esta vez coincidiría como nunca antes: El retorno a la «normalidad». La ilusión -mediatizada- del mundo postpandemia en-cubre las condiciones de vida de las grandes mayorías y señala ingenuamente el camino neoliberal.

Texto: Filven 2021

Si el Coronavirus provoca una crisis, no será precisamente sufrida por los grandes capitalistas, al contrario, su tasa de ganancia aumenta, así como la desigualdad y el acceso diferencial a bienes y servicios. «El sueño de los neoliberales es la pesadilla de los pobres», recuerda el viceministro Raúl Cazal durante su intervención en la presentación del libro «Ante lo desconocido. La pandemia y el sistema-mundo», junto a Ignacio Ramonet (co-autor) y Maurice Lemoine (intérprete de ocasión) durante la 17ª Filven.

El mundo postpandemia se dibuja mediáticamente como un retorno a la vida «normal», ignorando no sólo la «normalidad» oculta que hoy en día la pandemia desnuda, sino también la indeseable continuidad entre el mundo prepandemia y el mundo postpandemia. ¿Quiénes y a cuál pretendida «normalidad» querríamos regresar?

Pensar la pandemia obliga a ver mucho más allá de los temas sanitarios. Ramonet advierte que el Coronavirus es quizás el primer «hecho social total», capaz de afectar «el conjunto de las relaciones sociales. La Covid es un elemento totalizante y por eso nuestras vidas y sociedades van a salir completamente transformadas». Por tal razón, prosigue el semiólogo francés, las consecuencias del Coronavirus no sólo deben ser atendidas en las múltiples dimensiones de la vida sino, además, en un período de tiempo que excede el de su propia existencia, es decir, mucho más allá del tiempo pandémico.

Cabría preguntarse, entonces, el sentido de la transformación que el Covid provoca en el mundo. Ramonet nos ofrece un abreboca: «Ha sido una fuente de enriquecimiento colosal para las empresas digitales y las plataformas. Sus ganancias se han multiplicado escandalosamente», mientras, por otro lado, la deuda adquirida por los Estados para poder atender las exigencias sanitarias del Covid, incluyendo la compra de vacunas, obliga a los gobiernos a tomar medidas de recaudación tributaria que, hasta hoy, han sido fuertemente rechazadas por los pueblos en los países que se ha propuesto, como el caso de Colombia o Costa Rica.

De modo que el mundo que se vislumbra presagia crisis e inestabilidad política a la par de una profundización en las lógicas de acumulación y reproducción de capital. Los Estados y sus gobiernos pierden fuerza mientras las empresas se fortalecen. Cualquier parecido con los principios del neoliberalismo es pura coincidencia. Los más afectados, antes, durante y después de la pandemia parecen ser los mismos de siempre: las grandes mayorías. Eso, al menos, desde las relaciones sociales de producción

La diferencia colonial, la desigualdad Norte-Sur (global y local), se refleja en una gran cantidad de indicadores, entre los cuales destaca la tasa de vacunación y el acceso a la salud, mayormente privatizado. Ramonet destaca la excepción de Venezuela y Cuba, con sistemas de salud pública que, aún afectadas por el bloqueo, demostraron mayor capacidad y dedicación para atender la emergencia, a diferencia de países de Europa o el propio Estados Unidos, donde el sistema sanitario se ha visto desbordado en varias ocasiones.

Las consecuencias del Coronavirus, señala Ramonet, también son psicológicas y, junto a la profesora Orietta Caponi, podría decirse que afectan profundamente la cultura, en particular por la dinámica de distanciamiento social que favorece el individualismo neoliberal y limita el encuentro y las luchas colectivas por los derechos.

En la revista Arkia, del Centro de Estudios para la Seguridad y Desarrollo Integral, presentada minutos antes que el libro firmado por Ramonet, Abel Prieto y Atilio Borón, se profundizan no sólo los aspectos culturales, sino también los relacionados con la experiencia educativa y las consecuencias en temas de seguridad.

Sobre este último punto, valdría la pena cerrar retomando la advertencia de Ramonet sobre el uso de la tecnología en el contexto de pandemia: «Las bases de datos favorecen la vigilancia sobre la gente, no sólo de los gobiernos sino sobretodo de las empresas , que acumulan información sobre nosotros».

Sin duda alguna, urge hablar sobre el Covid y, sobretodo, hablar de los espejismos que nos distraen y sirven para encubrir la línea de continuidad y radicalización neo-liberal que aumenta la vulnerabilidad de la mayoría en el planeta.

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