La película Almelina, del realizador Jorge Solé, será proyectada este viernes a las 6:30 de la tarde en la plaza Bolívar de Caracas, informó el Ministerio para la Cultura. Este “docu-drama”, como el cineasta lo califica, es una versión libre de la historia de la enfermera Almelina Carrillo, quien fue una de las 140 personas que perdieron la vida durante las “guarimbas” o protestas violentas que la oposición lideró en 2017 para intentar derrocar al presidente Nicolás Maduro. Carrillo murió cuando una persona, desde un piso alto de un edificio de la urbanización La Candelaria, lanzó un frasco con agua congelada contra una marcha chavista, impactándola a ella cuando se dirigía a su trabajo y acabando con su vida.
Texto: Alba Ciudad y AVN
“La obra trata de un homicidio. Al menos uno de los personaje es la víctima, pero luego hay otros personajes, y distinguir el grado y la condición de culpabilidad de cada uno queda, hasta cierto punto, en la mente del usuario -generalmente llamado espectador- de la película. Es muy posible además, que se descubra que la víctima no es una sola”, afirmó Solé en una entrevista difundida días atrás por la Agencia Venezolana de Noticias.
El realizador, quien ostenta una amplia filmografía y es conocido por haber realizado en 1969 el documental TVenezuela, análisis Crítico de la televisión latinoamericana, explicó que en Almelina los personajes son gente común, habitantes de la ciudad, además de los medios de comunicación y las redes virtuales, que también forman parte de la trama.
“Si la película es buena, aquél que la haya visto debe preguntarse (o haberse preguntado y respondido durante la proyección): ¿Dentro de mí hay un homicida escondido?”, subrayó Solé, quien agregó que Almelina es el primer capítulo de un seriado en el que está trabajando, que cuenta la historia de un asesino en serie.
“La frontera entre el cine documental y el de ficción es cada vez más difusa. Almelina trata de un hecho real, público y notorio y este docu-drama utiliza, para transmitirlo a su público, técnicas narrativas tanto documentales como dramáticas. El hecho fue tratado por noticieros y programas de televisión, que fueron oportunamente grabados y ahora utilizados para componer la obra. El tema fue investigado por un grupo grande de periodistas y otros profesionales. Algunos de los personajes que no están hoy en libertad, fueron visitados por el director en el sitio de reclusión”, explicó Solé sobre el proceso de realización del filme y las técnicas utilizadas.
“Hay acontecimientos, sentimientos e intenciones que no fueron grabados por los programas de televisión. Estos fueron incluidos -en una versión libre de los mismos-, y se entregan al usuario por medio de diálogos y acciones, escritas por los realizadores e interpretadas por los actores y actrices”, dijo.
“La película es revolucionaria en varios sentidos. Es una película construida con nuevas herramientas que le permiten un costo muy bajo y gran velocidad de realización, con un grupo mínimo de gente. Es un arma de lucha. Y su forma de distribución también será revolucionaria”, enfatizó.