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“La cultura no está separada de la fe. Por esa razón la derecha ataca los espacios de fe de los pueblos”, afirmó este martes la ministra del poder popular para la Cultura, Alejandrina Reyes, durante el acto en homenaje a la memoria del monseñor salvadoreño Arnulfo Romero. Desde la Sala José Félix Ribas, del Complejo Teatro Teresa Carreño, la titular de Cultura señaló que en la Revolución renace la esperanza y la fe de los pueblos que luchan por su emancipación y su soberanía, apegados a la espiritualidad que las derechas mundiales buscan solapar.
Texto y fotos: Prensa MPPC
“Nos hace feliz estar aquí. Nos encontramos en un acto de fe y de alegría frente a la barbarie y los ataques del imperio. Estamos desde donde seguiremos fortaleciendo los lazos de hermandad y de solidaridad”, indicó durante el conversatorio sobre la Vigencia del Pensamiento y la Obra de Arnulfo Romero.
Recordó la lucha revolucionaria del pueblo de El Salvador que sufrió el genocidio de una dictadura militar, al referirse al momento histórico que vive Venezuela, amenazada por el imperialismo norteamericano por haber celebrado elecciones libres, soberanas y democráticas para instalar la Asamblea Nacional Constituyente.
“El presidente Nicolás Maduro nos llama a la espiritualidad, a la fe y a no perder la esperanza, al convocar un acto como este. Desde esa acción podemos constatar de qué está hecha una persona, que frente a tantos problemas no dejó pasar la conmemoración del natalicio de Monseñor Romero”, dijo.
En este sentido, criticó que los medios privados no mencionaron a Arnulfo Romero porque “lo que buscan es borrar la historia del Monseñor pero no podrán hacerlo, no pueden lograr el plan macabro en el que están montados desde la década de los 70 que es acabar con todos los movimientos y las formas de organización que esté vinculado a la fe del pueblo”.
Exhortó a los presente a continuar “juntando voluntades” para hacer frente a la amenaza que se cierne sobre Venezuela de una intervención militar por parte de Estados Unidos. “Vamos a seguir juntándonos, juntando fe y esperanza para impedir que el imperio pise nuestra tierra, la tierra sagrada de (Simón) Bolívar y (Hugo) Chávez”, aseveró Reyes.
En el homenaje también estuvo presente el embajador salvadoreño Domingo Santacruz Castro, quien recordó la experiencia revolucionaria de su país y elogió el papel que jugó el Monseñor Arnulfo Romero en la causa del pueblo y en la organización de los campesinos desplazados.
“A mí me tocó de alguna manera estar en una trinchera cuando la lucha de pueblo salvadoreño nos arrastró en los años 60, cuando apenas comenzaba a escucharse sobre la Teología de la Liberación. En aquellos momentos apareció la figura de Arnulfo Romero, cuando ya la sociedad no soportaba más el sistema de opresión de la dictadura militar”, afirmó.
Por su parte, el padre Numa Molina recordó a Romero como un arzobispo mártir que llevó “la voz de los que no tenían voz en su tiempo”, y lo calificó como el “comunicador del evangelio”.
Romero nació el 15 de agosto de 1917 en El Salvador, se destacó como arzobispo metropolitano de la ciudad capital, San Salvador, donde bajo su labor como sacerdote impulsó la lucha en defensa de los derechos humanos. Asesinado en 1980, su beatificación fue aprobada por el papa Francisco. Fue considerado “la voz de los sin voz” por su defensa de los derechos humanos y sociales en los años previos a la guerra civil salvadoreña (1980-1992).
