Es falso que la Asamblea Nacional haya sido desalojada del Palacio Federal Legislativo

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El Hemiciclo de Sesiones (arriba) y el Hemiciclo Protocolar (abajo) son dos salones gemelos, donde sesionaron hasta 1999 la Cámara de Diputados y la de Senadores del antiguo Congreso. Hoy se diferencian por el tipo de mobiliario que usan.

A través de diferentes medios nacionales e internacionales se ha estado difundiendo, desde el domingo en la noche, el supuesto desalojo de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, del Palacio Federal Legislativo, por parte de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Las principales “evidencias” que han ofrecido al respecto, es la supuesta “ocupación” por parte de las autoridades de la ANC del salón donde se hacen las reuniones del Parlamento venezolano. Pero en realidad, los medios intentan confundir al público aprovechando que el Palacio Federal Legislativo cuenta con dos salones idénticos: el Hemiciclo Protocolar (donde se realizó la sesión de la Constituyente este martes) y el Hemiciclo de Sesiones (que es el sigue usando el Parlamento en desacato).

Texto: Alba Ciudad (Luigino Bracci Roa)

Diferentes medios de derecha nacionales e internacionales, como El Impulso, El Nacional, La Razón (España) o La Patilla, denunciaron un supuesto asalto o toma por parte de la ANC de los espacios donde supuestamente se reúne la Asamblea Nacional opositora, en algunos casos denunciando falsamente que la misma había sido expulsada del Palacio Federal Legislativo.

Pero, como dijimos antes, el Palacio Federal cuenta con dos salones ídenticos: uno es el el Hemiciclo de Sesiones, lugar donde se reúne la Asamblea Nacional venezolana. Por otro lado, también está el Hemiciclo Protocolar, que hoy se usa para reuniones y actos especiales, y es donde se efectuó este martes la sesión en la que se hizo un acto revindicato a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Aunque ambos son visualmente idénticos, pueden distinguirse a simple vista porque el Hemiciclo de Sesiones cuenta con un mobiliario especial (mesas y sillas cómodas con rueditas) para los diputados, facilitándoles la permanencia en las largas sesiones de horas que caracterizan a todos los parlamentos, así como el llevar computadores portátiles y otros instrumentos de trabajo a las sesiones. Por esta razón, caben muchas menos personas en dicho salón.

Hemiciclo de Sesiones

El Hemiciclo Protocolar, en cambio, cuenta con sillas simples, pues está habilitado para permitir el ingreso de una mayor cantidad de personas, aunque las reuniones allí efectuadas duran menos tiempo.

Hemiciclo Protocolar

El ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información, Ernesto Villegas, lo explica mejor en su artículo “Pude, pero no quise” publicado este miércoles:

El Hemiciclo Protocolar, donde ayer (martes) sesionó la Asamblea Constituyente, es el salón donde antiguamente sesionaba el desaparecido Senado de la República. La Asamblea Nacional continúa sesionando en el salón donde, en tiempos de la IV República, funcionaba la Cámara de Diputados. Para el ciudadano común y también para el desprevenido o prejuiciado corresponsal extranjero ambos lugares pudieran parecer el mismo, pero no lo son. Cada uno está ubicado en un extremo (Este y Oeste) del Palacio Federal Legislativo”.

“Con la entrada en vigor de la Constitución Bolivariana, la de Chávez, el Senado desapareció y su Hemiciclo quedó reservado para actos protocolares. De allí su actual nombre. Y la Asamblea Nacional quedó funcionando en el salón de sesiones de la antigua Cámara de Diputados, también conocida –no es mi culpa- como la ‘cámara baja’”.

Villegas también informó que la Constituyente aprobó este martes un decreto de armonización de funciones con los poderes constituidos, que contempla su propia coexistencia con éstos –incluido obviamente el Parlamento-, aunque dejando sentada su subordinación ante la instancia del poder originario que preside Delcy Rodríguez.

A continuación, su artículo completo.

Pude, pero no quise

Autor: Ernesto Villegas Poljak

Fuente: La Tabla

9 agosto, 2017

En mis primeros años de reportero, cuando frecuentaba el Palacio Federal Legislativo, en aquellos ya lejanos años 90, viví y escuché muchas anécdotas sobre la vida parlamentaria.

Estaba en desarrollo una sesión conjunta del entonces bicameral Congreso de la República, antecesor de la unicameral Asamblea Nacional, cuando un senador y un diputado se enfrascaron en un acalorado debate. El senador, anciano, perdió los estribos, enrojeció y soltó improperios contra el diputado, quien, condescendiente, trató de tranquilizarlo apelando a su propia juventud:

-No se ponga así, senador. Mire que usted podría ser mi padre.

Y viejo le respondió matador:

-¡Pude, pero no quise!

La anécdota, que creo recordar en labios de José Miguel Uzcátegui, vino a mi mente anoche, cuando leí las notas de BBC Mundo y Radio y Televisión Española que –erradamente- reportaron disuelto al Parlamento venezolano por obra y gracia de la soberanísima Asamblea Nacional Constituyente.

Ambas se basaban en el hecho de que la Constituyente decidió sesionar ayer en el Hemiciclo Protocolar del Palacio Legislativo, lo que erradamente fue interpretado y/o reportado como un desalojo de la unicameral Asamblea Nacional de su lugar habitual de sesiones.

Resulta que no. El Hemiciclo Protocolar, donde ayer sesionó la Asamblea Constituyente, es el salón donde antiguamente sesionaba el desaparecido Senado de la República. La Asamblea Nacional continúa sesionando en el salón donde, en tiempos de la IV República, funcionaba la Cámara de Diputados. Para el ciudadano común y también para el desprevenido o prejuiciado corresponsal extranjero ambos lugares pudieran parecer el mismo, pero no lo son. Cada uno está ubicado en un extremo (Este y Oeste) del Palacio Federal Legislativo.

Con la entrada en vigor de la Constitución Bolivariana, la de Chávez, el Senado desapareció y su Hemiciclo quedó reservado para actos protocolares. De allí su actual nombre. Y la Asamblea Nacional quedó funcionando en el salón de sesiones de la antigua Cámara de Diputados, también conocida –no es mi culpa- como la ‘cámara baja’.

Si el periodismo estuviera en mejores condiciones, los corresponsales se habrían percatado de que la soberanísima Constituyente aprobó ayer un decreto de armonización de funciones con los poderes constituidos, que contempla su propia coexistencia con éstos –incluido obviamente el Parlamento-, aunque dejando sentada su subordinación ante la instancia del poder originario que preside Delcy Rodríguez.

Nos toca ahora a nosotros divulgar hasta el hastío el contenido de este decreto para recoger el agua por otros derramada. Óigase bien: la Asamblea Nacional de Venezuela no ha sido disuelta por la Constituyente, aunque quepa un –muy de Chávez- “por ahora” y también un muy senatorial “pude, pero no quise”.

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