El 14 de julio, estudiantes de diez escuelas falconianas estrenaron en el Teatro Armonía de Coro, sus obras cinematográficas producidas desde el aula, en conmemoración de los 200 años de la desaparición física de Francisco de Miranda, precursor de la Independencia Hispanoamericana.
Texto y fotos: CNAC (Mawarí Basanta Mota)
A sus diez años, Tomás Martínez tiene una capacidad asombrosa de lectura e interpretación. De esta cualidad se percató su tutor, Giovanny Gómez, cuando el niño prestó su voz al personaje de Francisco de Miranda en el cortometraje animado en stop motion, “Francisco, Héroe Universal”.
Fue un trabajo intensivo durante dos semanas, que comenzó en abril de este año, tiempo en el que Giovanny Gómez enseñó a 16 niños y niñas, de edades comprendidas entre los nueve a doce años, a realizar su primer cortometraje, en la Escuela Bolivariana Coto Paul, del municipio Falcón en la Península de Paraguaná, estado Falcón.
Giovanny no fue el único tutor que formaba parte de la producción de una obra audiovisual, pensada y dirigida por alumnos de la segunda etapa de educación primaria; otros 14 formadores se desplegaron en distintas instituciones educativas de todos los municipios del estado Falcón.
La idea era centrar la atención en un prócer lleno de matices como Francisco de Miranda, contar su historia desde una visión infantil y cinematográfica.
Lo que comenzó en abril en diez escuelas, culminó con diez cortometrajes que se mostraron el 14 de julio en la ciudad patrimonial de Coro, para conmemorar los 200 años de la desaparición física del Generalísimo Francisco de Miranda.
Experiencia innovadora
Norma Courlaender, directora de la Asociación Cultural Audiovisual “Francisco de Miranda”, está al frente de la coordinación del trabajo de sentar a los niños a producir desde el aula, estos cortometrajes del prócer venezolano.
El Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), incentivó la creación del programa “Hacia una cultura de paz a través de la educomunicación” y facilitó a los encargados de estos centros talleres de formación en las áreas de elaboración de guiones, cine digital, animación, edición digital y apreciación cinematográfica.
“Yo fui uno de los privilegiados”, dice Giovanny Gómez quien antes de entrar a un Centro Bolivariano de Informática y Telemática (CBIT) hace 12 años, dirigía un cineclub en su comunidad.
“Esta es una experiencia innovadora porque nos han brindado la oportunidad de formarnos con todo lo que tiene que ver con los medios audiovisuales para los niños. Esta es una herramienta innovadora, dinámica y entretenida para ellos”, comentó Giovanny.
Preservar el acervo cultural
El 14 de julio, los jóvenes cineastas y sus tutores no sólo mostraron sus obras, sino que también recibieron cada uno, su certificado por su inspiradora labor ante un público de aproximadamente 700 personas, en su mayoría niños.
Para Norma Courlaender, el trabajo es una forma de preservar el acervo cultural y a futuro quiere integrar a todos en esta actividad, porque para ella la meta “es que cada escuela tenga una producción audiovisual y aquí hay unas 6.000 escuelas”.
En el encuentro con los niños que se realizó en el Teatro Armonía, estuvo presente el presidente de Transfalcón, Andrés Maldonado quien entregó certificados a los alumnos de la Escuela Bolivariana César Arteaga, por su cortometraje “Transfalcón: un maravilloso autobús”.
Otro de los invitados fue Simón Petit, presidente del Instituto de Cultura del estado Falcón, quien alabó el trabajo de los niños.
“Sabemos que con el audiovisual siempre ha existido muchas limitaciones, pero en la oportunidad que nos ha dado la Revolución ha hecho posible que eso sea una realidad y ha sido posible el día de hoy, con 117 niños que se están graduando como cineastas y este ensayo se ha hecho en diez escuelas y ha dado un resultado extraordinario”, señaló Petit.
Hablan los protagonistas
Guillermo Humbría, tutor del Centro Bolivariano de Informática y Telemática (CBIT) de la Escuela Bolivariana César Arteaga, ayudó a perfilar el cortometraje “Miranda, el navegante”, dando un primer paso: comenzó a detallar la historia y a dar libertad a los niños a su cargo, para que ellos contaran la película con voz propia.
Esto fue lo que más disfrutó Anny Montilla de 11 años de edad, “me dijeron que tenía que hacer un corto de Francisco de Miranda y que no lo sacara de internet, ni de los libros, sino que lo sacara de mi inspiración, era mi historia y mi cuento, esto fue lo que más me gustó”.
En “Miranda, el navegante”, Anthony Wuer estudiante de 6to grado prestó su voz al personaje de Miranda, niño, su inspiración fue “el pensamiento a futuro de sus conquistas que él tuvo, y ese pensamiento nació en el país”.
Risjelys González asumió el reto audiovisual con mucho entusiasmo y llegó a una conclusión, “pudimos aprender mucho de Francisco de Miranda y que nosotros mismos lo podemos hacer, ¡porque no es difícil!”
Desde la Escuela Primaria Simón Bolívar, ubicada en La Velita, Andrés Pérez y Jennifer Méndez, de 11 años, participaron en todo el proceso, desde recortar los personajes elaborados con materiales reciclables hasta terminar el proceso de postproducción.
Para Jennifer fue una experiencia integral porque aprendió del prócer y a realizar cortometrajes en stop motion, “¡no tenía ni idea de cómo se realizaban!”
La responsabilidad de Andrés fue crear dos ratas que salen en una escena, “lo mejor del corto es que hicimos nuevos amigos, yo ni siquiera conocía a los de 5to grado y me encantó mucho porque aprendimos a hacer películas”.
Alizar Dahdah Antar, en representación del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, expresó que gracias a este programa que desarrolla la Asociación Cultural Audiovisual “Francisco de Miranda”, una vez más presenciamos la graduación como cineastas de 117 niños y niñas falconianos, luego de un proceso de formación, en esta ocasión para celebrar este 14 de julio de 2016 el Bicentenario del paso a la inmortalidad del Generalísimo Francisco de Miranda, “seguiremos apoyando iniciativas que incentiven el desarrollo de una generación de cineastas de relevo, para asegurar el continuo desarrollo de una cinematografía propia, nuestra y esperanzadora”.