A partir de este viernes 1 de abril se estrenará en 22 salas de Caracas, Maracay, Maracaibo, Puerto La Cruz, Puerto Ordaz, Barquisimeto, Valencia, Porlamar y Guatire el esperado filme chileno venezolano Allende en su laberinto, largometraje de ficción escrito y dirigido por el dos veces nominado al Oscar, Miguel Littín, en el que ofrece una mirada desde la ficción, pero con base en datos reales, sobre lo que ocurrió dentro del Palacio de la Moneda, durante las últimas siete horas en la vida del presidente Salvador Allende, aquel 11 de septiembre de 1973, día del golpe de Estado que cambió la historia de Latinoamérica.
Texto: Correo del Orinoco
Además de contar lo que ocurrió dentro de La Moneda y narrar cómo fue ese combate, cruel y desigual, el filme se sumerge en el mundo íntimo de Allende para buscar los motivos que lo llevaron a tomar la decisión de luchar en unas condiciones absolutamente desfavorables.
Viaje a la intimidad
De esta manera, más allá de recrear los acontecimientos históricos a rajatabla, Littín incorpora una serie de elementos poéticos para describir, entre otras cosas, la firmeza, los valores, el carácter y el romanticismo de Allende para entender, más que justificar, esa decisión suicida y su significado, quizás más profundo, para la historia Latinoamericana y mundial.
En lineas generales, Allende en su laberinto es un homenaje a “la lucha por la democracia” a ese “combate que se renueva todos los días, que hay que seguir todos los días por mantenerla viva. La democracia no se impone, se vive, se lucha y es algo por la cual hay que dar la vida si es necesario, como la dio Allende”, declaró Littín al Correo del Orinoco cuando el film era apenas un proyecto, en octubre de 2010.
Pero al mismo tiempo, por primera vez desde la ficción apoyada en los testimonios de quienes lo acompañaron en ese momento crucial, la película pretende completar un retrato nunca antes visto de Salvador Allende, le muestra a las y los espectadores el material que aflora en este ser humano durante una situación sumamente compleja, un momento crucial en su vida y en la historia de Latinoamérica.
Ficción y realidad
En este sentido la obra no contiene meramente un discurso político llano y simplista con base en la historia. Por el contrario, sin dejar de lado los profundos principios políticos e ideológicos intrínsecos en la historia, recoge además el espíritu, el temple y la valentía de un hombre que le dio su palabra a un pueblo y cumplió con ella al entregar su vida.
Para hacer la película, “lo he inventado todo, no. Lo he visto todo, tampoco. Será el espectador el que lo defina. No estuve ahí, pero sé lo que pasó por lo que me dijo la gente que sí estuvo ahí con él (con Allende). Pero sí les prometo que si ve la película, usted creerá que así fue, es todo lo que puedo decir”. manifestó el director en febrero de 2014 en Caracas, durante el rodaje de la película en la Casa Amarilla.
Con todos estos elementos de ficción y realidad que conjugó Miguel Littín en Allende en su laberinto, el director evidentemente intenta expandir un bálsamo sobre las heridas y el pesar infligido por la recurrente, inevitable y ucrónica pregunta que abre el espacio a la especulación sobre el curso de la historia si Allende hubiera decidido permanecer con vida.
“Si Allende se rinde, muere el presidente. Si Allende muere, sin rendirse, el presidente vive”. Palabras más, palabras menos así le dice su amigo y colaborador Augusto “El Perro”Olivares a Allende, en un encuentro espectral luego de suicidarse y convertirse en una de las primeras bajas de quienes estuvieron en La Moneda para el momento del Golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet.
Y al final, en una especie de tránsito hacia el más allá, Allende se pregunta y se responde frente a un espejo “Salvador ¿Estás ahí?”, “¡Sí, Allende está aquí!”.
Como lo dijo el actor venezolano Juvel Vielma, interprete de Jano, uno de los integrantes del GAP (Grupo de Amigos del Presidente) que acompañó a Allende el 11 de abril de 1973, Allende en su laberinto parece contar con atributos más que suficientes para convertirse en una referencia importante en la tarea de revisar nuestra historia, en este caso desde la ficción, para observar con mejores luces la actualidad.
Allende en su laberinto “Es un trabajo histórico que vamos a tener como referencia. Siempre tenemos que recurrir al pasado para entender la situación en la que estamos y eso es importante. Creo que esta película la deben ver los muchachos para entender al ser humano que fue Allende, un ser humano fabuloso, un hombre namorado”, apuntó Vielma.
Talento nacional
Sobre esta historia del primer hombre que estuvo a punto de conseguir una revolución desarmada el escritor e intelectual Gabriel García Márquez escribió: Esta historia ocurrió en Chile, pero pertenece “a todos los hombres de este tiempo”.
Como para confirmar esta afirmación del Gabo, esta película escrita y dirigida por el chileno Miguel Littín se realizó en el contexto de los convenios de coproducción iberoamericanas con la participación de Chile y Venezuela.
Cerca del 95% del elenco en Venezolano e igualmente más del 90% de las locaciones está en nuestro país. Por ejemplo, la Casa Amarilla se convirtió en La Moneda, mientras que el Hotel Ávila se transformó en la residencia presidencial. Así mismo, el antiguo edificio del Tribunal Supremo de Justicia ubicado frente a la Asamblea Nacional, fue el palacio de La Moneda durante el bombardeo.
En cuanto al aspecto técnico la producción ejecutiva estuvo a cargo de la venezolana Gabriela Fuentes junto a la chilena Cristina Littín. Y la dirección de arte la realizó Yuruani Rodríguez. Esto además de la importate cantidad de técnicos de la tierra de Bolívar que hicieron posible esta obra.
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