Muchos conocieron al cantante Leonardo Favio, pero hoy más que nunca sigue vigente su legado como cineasta, esa faceta que los hermanos Rodríguez escudriñaron en Favio: la estética de la ternura, obra que se suma al homenaje que el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata le ha estado rindiendo al polifacético director desde el 30 de octubre, fecha en la que inició esta trigésima edición.
Texto: FVC Prensa, Elio Canache
Leonardo Favio tiene una historia muy íntima con el Festival de Cine de Mar del Plata. Su ópera prima, Crónica de un niño solo, tuvo la oportunidad de presentarse al público en 1965; en 2008 abrió la ceremonia con Aniceto, historia romántica narrada a través de escenas de ballet y tango. Para esta oportunidad, el festival conmemorará su largo recorrido dentro del cine argentino proyectando no solo el trabajo de Luis y Andrés Rodríguez, sino también su emblemática ópera prima y el documental Favio: crónica de un director, de Alejandro Venturini.
Favio: la estética de la ternura, producción de la Fundación Villa del Cine, fusiona la biografía y la recreación, la experiencia y lo ficcional, para retratar la lucidez y la honestidad que siempre caracterizó a la celebridad. El documental cuenta con dos fechas para su proyección, 3 y 5 de noviembre.
Allí también nos representan:
Dauna, de Mario Crespo.
Desde allá, de Lorenzo Vigas.
Kandire, de Rosana Matecki.
Eva, de Francisco Pareja.
A la cinematografía venezolana no le basta con Mar del Plata, Buenos Aires también le abre sus puertas a la primera edición del Festival de Cine Venezolano en esa ciudad, iniciativa que espera reunir 24 filmes de distintas nacionalidades, géneros y categorías para el deleite tanto de los argentinos, como de los más de 15.000 venezolanos que residen en tierras porteñas.
Del 12 al 18 de noviembre se estarán proyectando nuestras producciones y co-producciones:
Brecha en el silencio, de Luis y Andrés Rodríguez. Nos presenta a Ana, una chica sorda que es abusada por su padrastro y explotada por su madre. Ella tendrá que decidir si huir y buscar su felicidad, o permanecer en el infierno en el que vive con tal de proteger a sus hermanos.
Azul y no tan rosa, la ópera prima de Miguel Ferrari se enfoca en Diego, un exitoso fotógrafo que decide formalizar su relación con Fabrizio yéndose a vivir con él, pero sus planes dan un giro abrupto cuando debe hacerse cargo de su hijo Armando, que vive en España y al que no ha visto en mucho tiempo.
Nena, salúdame al Diego. Andrea Herrera Catalá nos plantea en su película un conflicto de intereses entre una madre y su hija, Isabel y Sofía, respectivamente. La primera necesita a su primogénita para levantar el rating del canal que gerencia, pero esta ya tiene sus planes de vida más que hechos. En esta diatriba ambas descubrirán que los lazos familiares son más fuertes que cualquier diferencia.
La casa del fin de los tiempos, largometraje de Alejandro Hidalgo. Dulce, llevaba una vida normal junto a su esposo y dos hijos, pero un día todo cambia y su vieja casa comienza a experimentar ciertas apariciones que la pondrán al borde de la locura.
Indudablemente, noviembre será un mes de lujo para la producciones hechas en la Villa del Cine, cinco filmes con propuestas diversas y vanguardistas, hechas para todo el público argentino.