Prensa MPPC (Javier Bastardo) / Fotos: Oscar Arria y @mppcmonagas
Esta posibilidad significa una bonita oportunidad para un pueblo sumamente orgulloso de sus tradiciones. En estas tierras, la curagua es muy querida. Hay una relación entre la gente, sus costumbres y esta planta, versátil a la hora de servir de materia prima para la confección de diversos tipos de productos.
Para dar la bienvenida a la comitiva que presidió el acto, los aguasayeros les brindaron la oportunidad de sembrar curaguas, como un gesto de compromiso con el proyecto y su aceptación a nivel internacional.
Por ello, tanto el ministro del Poder Popular para la Cultura, Reinaldo Iturriza; así como el alcalde del municipio Aguasay, José Galindo Subero; junto al director de Cultura de la Alcaldía, José Malaver; y el presidente del Centro de la Diversidad Cultural, Benito Irady, sembraron en la Plaza Bolívar del pueblo, donde, como dato curioso, se mantiene el gran prócer en pie, unos hijos de la planta.
Tras este acto simbólico, las autoridades pudieron conocer parte del trabajo que se esconde tras la útil fibra de la curagua y sus tejedoras. Fue Ramona Romero, cultora del pueblo, artesana de larga historia con el material y la técnica, quien mostró parte del proceso. Según contó, tras la obtención de la fibra, a través de un proceso manual con un tortol, el material debe dejarse secar, a fin de poder confeccionar el hilo destinado al tejido.
Demostró cómo se deben hilar las fibras secas con una zaranda, empleando su muslo, involucrando su cuerpo en su arte; y además contó, llena de esa humildad que habla tanto de nuestro pueblo, que algunos de sus trabajos artesanales ya habían participado en exposiciones y evaluaciones internacionales, concretamente en el período 2011-2012, obteniendo múltiples halagos y reconocimientos.
Al inicio del acto el grupo Danzas Tricolor interpretó una quirpa para mostrar parte de la cultura del estado. Tras ello, Eduardo Morera, cronista del pueblo, afirmó que las investigaciones comenzaron en 2011, y la idea es generar un plan de salvaguarda de la tradición, ya que, para él “Aguasay tiene una cultura arraigada, auténtica y genuina”.
El turno fue para Carmen Cermeño, quien a nombre del colectivo de Artesanas de la Curagua de Aguasay, entregó el proyecto al ministro Iturriza. “Hemos hecho mesas de trabajo buscando hacer propuestas para hacérselas llegar al Ministro, y que sean tomadas en cuenta”, afirmó.
Uno de los puntos claves de la propuesta es la consecución de una escuela-museo, a través de la que se pueda dar mayor difusión al acervo cultural que significa este antiguo trabajo artesanal.
Luego habló el cacique mapoyo Simón Bastidas, quien dijo sentirse sumamente alegre debido a la posibilidad de conocer este tipo de experiencias, y agradeció la oportunidad de intercambiar saberes con otros pueblos, reivindicando a los indígenas.
Para él este tipo de espacios es único, y es un logro solo posible de la mano del Gobierno revolucionario; según contó, en otros momentos su lucha fue ignorada. “Nunca nos conocíamos, nunca nos reuníamos, no teníamos participación por ningún lado, todos nosotros estábamos fuera de esto que estamos presentando ahorita”, sentenció.
Por su parte, Benito Irady saludó el espacio, felicitando al pueblo en su conjunto por la posibilidad de traer a nuestro país una nueva distinción cultural de la Unesco. “Ustedes han hecho de esta plantación y de este artes de la curagua algo muy hermoso”, afirmó. Además, nombró las diversas utilidades de la fibra, que van desde accesorios, a hamacas, pasando por yoperas y redes de pesca.
Finalmente, el ministro Iturriza agradeció el recibimiento del pueblo ante su visita, así como el privilegio de conocer de primera mano la experiencia artesanal y cultural que significa el tejido de curagua en Aguasay.
El Ministro saludó y felicitó a las artesanas allí reunidas, pues consideró como “inminente” la declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la tradición del tejido de la curagua, que sería la cuarta luego de los Diablos Danzantes de Corpus Christi, la parranda de San Pedro y los Mapoyo.
“Eso se dice muy rápido, pero es algo realmente extraordinario. Yo quisiera reconocer una vez más el trabajo extraordinario que se viene haciendo desde el Centro de la Diversidad Cultural”, enfatizó.
La actividad culminó con la entrega de cincuenta certificados por parte de las autoridades, como parte de un reconocimiento pleno a la poderosa manifestación cultural que se oculta en las hermosas tierras de Monagas.