Este 3 de mayo de 2020, las y los habitantes de Venezuela tuvieron que despertar con la noticia de que un grupo de mercenarios armados intentaron desembarcar en las costas del país con el fin de realizar acciones violentas en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Era la llamada “operación Gedeón”, que ya el pueblo venezolano conocía porque, cinco semanas antes, había sido develada con lujo de detalles por el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez. Los paramilitares fueron rápidamente enfrentados por el Estado venezolano, que ejecutó la “Operación Negro Primero, Aplastamiento del Enemigo” con la cooperación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de la Policía Bolivariana, la Milicia y las organizaciones populares. ¿Por qué se escogió ese nombre? ¿Quién fue el Negro Primero?
Texto: Alba Ciudad (Luigino Bracci Roa)
- Haga click aquí para descargar el libro “Pedro Camejo: El Hombre que simbolizó a un pueblo”, escrito por Félix Ojeda y un equipo de investigadores del Centro Nacional de Historia (CNH).
En la Operación Negro Primero, las fuerzas patriotas confrontaron a un primer grupo de mercenarios quienes, desembarcando en Macuto, abrieron fuego contra ellas. Seis fueron abatidos y cinco capturados.
Luego, un segundo grupo en otra lancha fue divisado y perseguido por un helicóptero de la Armada Bolivariana en las costas del estado Aragua.
Este segundo grupo de mercenarios se dirigió a las costas de Chuao, un pueblo cacaotero y turístico con una paradisíaca playa sólo accesible por mar, con una población de mayoría afrodescendiente. Allí, pobladores, funcionarios policiales y milicianos esperaron a la lancha, los detuvieron, amarraron y entregaron a las autoridades, en un hecho que es hoy aplaudido como un gran ejemplo de la cooperación entre movimientos sociales y las fuerzas de seguridad venezolanas en defensa de la soberanía del país ante una agresión extranjera.
Una emblemática foto, en la que un hombre afrodescendiente, pistola en mano, les da la voz de alto a los mercenarios en la lancha, se ha convertido en el símbolo gráfico de la victoria del pueblo venezolano, de la que sólo resta la captura de un tercer grupo de mercenarios que logró desembarcar.
El hombre que les da la voz de alto es un sargento segundo de la Milicia Bolivariana, miembro del Área de Defensa Integral (ADI) de Chuao, ZODI Aragua, y hoy es visto como un héroe popular del pueblo venezolano.
Arraigado en la cultura venezolana
Pedro Camejo, conocido como El Negro Primero, es uno de los más destacados luchadores de la Independencia de la nación suramericana. Está tan arraigado en la cultura venezolana que grandes músicos, como Simón Díaz, Gualberto Ibarreto u Oscar D’León, le dedicaron la espectacular canción “El Negro y el Catire”, con letra del destacado poeta y periodista Manuel Graterol Santander (Graterolacho, fallecido en 2010). Es una pieza para cantantes genuinos, que tienen una oportunidad única para demostrar el temple de su voz en el último verso: “Pero el catire lloró / Porque con el pecho abierto / El negro le dijo adiós. ¡Adiooooós, porque estaba muerto!”.
- Puede escuchar y descargar el MP3 de “El Negro y el Catire” en Alba Ciudad haciendo click aquí.
- Puede escuchar la versión de Simón Díaz en Youtube haciendo click aquí.
- Puede escuchar la versión de Gualberto Ibarreto en Youtube haciendo click aquí.
- Puede escuchar la versión de Oscar D’ León y C4 Trío en Youtube haciendo click aquí.
La canción hace referencia a la legendaria relación entre José Antonio Páez (“El Catire”) y Pedro Camejo durante las batallas en la guerra de Independencia de Venezuela en el siglo XIX. “Se conocieron los dos, por los lados de Payara. Uno levantó la voz y el otro no dijo nada. Se pusieron a luchar, no quedaba más remedio. Mucuritas, el Yagual y las Queseras del Medio. Se metieron lanza en mano, repartieron sangre grito, el catire comandando y el negro de primerito”.
Su apodo proviene del hecho de que él siempre era el primero en lanzarse a la batalla. Se cuenta que el general José Antonio Páez le increpaba diciéndole que se pusiera detrás de él, a lo que solía responderle: “Delante de mí, solamente la cabeza de mi caballo”. En los momentos de esparcimiento se divertían mucho con él, y sus chistes naturales y observaciones sobre todos los hechos que veía o había presenciado mantenían la alegría de sus compañeros.
El verso final de “El Negro y el Catire” hace homenaje al momento en el que muere Pedro Camejo, en plena Batalla de Carabobo el 24 de Junio de 1821, la que selló el destino de Venezuela como nación independiente. Camejo era integrante de uno de los regimientos de caballería de la primera división. Narra la revista Memorias de Venezuela (publicación del Centro Nacional de Historia): “En medio del difícil acceso de la vanguardia de caballería a la llanura, bajo fuego nutrido del enemigo, Páez vio venir en repliegue al Negro Primero. En respuesta a su reproche, Pedro Camejo habría dicho: ‘Mi general, vengo a decirle adiós porque estoy muerto’“.
El relato, que procede de la epopeya romántica Venezuela heroica de Eduardo Blanco (1881), ha quedado fijado en la memoria de las y los venezolanos desde aquel entonces.
La revista Memorias de Venezuela resumió en estos párrafos parte de lo que se conoce de la vida de Pedro Camejo:
Se presume que el negro Pedro Camejo nació en San Juan de Payara, estado Apure, hacia el año 1790. Fue desde su nacimiento esclavo y llevó una vida humilde y de explotación. Sin formación ni condiciones que dignificaran su supervivencia, su vida se caracterizó por los trabajos forzados en la hacienda de Don Vicente Alonzo, su primero y único propietario.
Don Alonzo, temeroso del carácter rebelde y levantisco de Pedro Camejo, lo envió al servicio de las tropas realistas. Las circunstancias, pues, lo obligaron a luchar contra el ejército republicano, hasta 1816. En una entrevista que tuvo con el Libertador en 1818, le confesó que su militancia realista estuvo animada por la ambición de obtener los bienes de los propietarios patriotas, argumento con el cual Boves atrajo en 1814 a los sectores sociales tradicionalmente oprimidos por los mantuanos.
Páez en su autobiografía lo retrata: “Cuando yo bajé a Achaguas después de la acción del Yagual, se me presentó este negro, que mis soldados de Apure me aconsejaron incorporase al ejército, pues les constaba a ellos que era hombre de gran valor y sobre todo muy buena lanza. Su robusta constitución me lo recomendaba mucho, y a poco de hablar con él, advertí que poseía la candidez del hombre en su estado primitivo y uno de esos caracteres simpáticos que se atraen bien pronto al afecto de los que los tratan. Admitirle en mis filas y siempre a mi lado fue para mí, preciosa adquisición. Tales pruebas de valor dieron en todos los reñidos encuentros que tuvimos con el enemigo, que sus mismos compañeros le dieron el título de “El Negro Primero”. Estos se divertían mucho con él, y sus chistes naturales y observaciones sobre todos los hechos que veía o había presenciado, mantenían la alegría de sus compañeros…”
Con el grado de Teniente, el Negro Primero pertenecería al batallón de los Bravos de Apure, unidad conformada principalmente por llaneros de gran coraje e intrepidez. Participó en la acción de las Queseras del Medio en 1819, cuando una pequeña fuerza de 150 llaneros y lanceros al mando de Páez, realizaron una acción táctica extraordinaria, logrando recibir como honor la Orden de los Libertadores.
En el Panteón
El 24 de Junio de 2015, el Presidente Nicolás Maduro encabezó el acto de traslado de los restos simbólicos de Pedro Camejo al Panteón Nacional. La ceremonia se realizó bajo una lluvia torrencial el mismo día que se cumple no sólo un aniversario de la heroica batalla de Carabobo, sino las fiestas de San Juan Bautista, que son ampliamente celebradas por la comunidad afrodescendiente venezolana en los estados Aragua, Miranda, La Guaira y parte de Carabobo y que coinciden con el solsticio de verano, el día más largo del año en el hemisferio norte.
La ceremonia quedó inmortalizada en espectaculares fotos de los medios oficiales venezolanos, que puede ver en su totalidad haciendo click aquí. Abajo mostramos apenas una pequeña selección.
Ese día de 2015, el Presidente Nicolás Maduro aseguró que la llegada de Camejo al Panteón era un hecho de justicia social que vencía al racismo histórico que marcó la política de las oligarquías que sometieron y dominaron a los pueblos por 200 años. El prócer afrodescendiente «no estaba en el Panteón por la misma razón por la que no estaba el Cacique Guaicaipuro y por la misma razón que trataron de tapar y borrar la historia de Ezequiel Zamora, de manchar y hacer olvidar la historia gloriosa de Cipriano Castro y los ideales y pensamientos de nuestro Libertador Simón Bolívar».
En contraste, no es casual que algunas personas, como el ministro de Comunicación venezolano y médico psiquiatra Jorge Rodríguez, hayan destacado «el supremacismo blanco» y la llamada «teoría del Rambo» de parte de los mercenarios que intentaron la agresión en las playas de Macuto y Chuao, que es una de la explicaciones que se dan ante el hecho de que hayan intentado un plan tan descabellado para intentar derrocar a Maduro, con apenas 80 personas en dos lanchas, con las cuales pensaban llegar a los edificios de la Contrainteligencia militar venezolana (Dgcim), el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y el Palacio Presidencial de Miraflores, para someter a todos sus ocupantes y ejecutar el golpe de estado.
Según Rodríguez, la industria hollywoodense hace creer que «uno sólo de estos mercenarios gringos puede contra todo un ejército (…) Estos guiones de Hollywood son aderezados con un fundamentalismo religioso; de allí viene el nombre de Gedeón, y las batallas de los israelíes como pueblo ungido de Dios“, explicó Rodríguez. “Ellos creen que van a llegar, y como los venezolanos somos indios y negros, iban a lograr controlarnos, según ellos. ¡Están profundamente equivocados en su percepción!».
Las declaraciones de Rodríguez pueden parecer exageradas, pero quienes han analizado las continuas declaraciones de índole racista y xenofóbico del actual presidente estadounidense, Donald Trump, y su desprecio hacia los latinos y afrodescendientes, saben que muy probablemente es así.
Simón Bolívar siempre admiró a Pedro Camejo, porque representaba los sentimientos de lucha del pueblo venezolano, dijo Maduro en 2015. «Camejo era objeto de admiración de Bolívar y de quienes lo rodeaban. Sabía que era una leyenda entre sus compañeros de armas por su ímpetu de lucha; cuando se iban preparando para una batalla, Bolívar lo llamaba y soñaba con llevarlo a Caracas para presentárselo a sus amigos, porque representaba la cultura viva y alegre del pueblo».
La nueva epopeya
Alguien dijo que la lucha del pueblo venezolano en estos momentos, cuando se enfrenta de forma simultánea a la pandemia del coronavirus Covid-19; a graves problemas económicos producto en parte de las sanciones y el bloqueo estadounidense; y a los ataques de mercenarios en contra de su país, es una lucha sólo comparable con la que vivió el pueblo venezolano hace 200 años, cuando peleó por su independencia frente a las fuerzas imperiales de aquel entonces. Es el vivo ejemplo del espíritu bravío de próceres como el Negro Primero, Guaicaipuro o Luisa Cáceres de Arismendi, entre muchas y muchos otros.
Hace 200 años, muchas promesas quedaron por cumplirse y muchos sueños fallaron en realizarse. El pueblo venezolano continúa luchando en esta nueva epopeya, en la que miles de personas sienten que el espíritu de los auténticos héroes venezolanos fluye en sus venas, impulsándolos a luchar para cumplir esas promesas y sueños pendientes y dejar un país y un mundo mejor a las nuevas generaciones.
El pueblo de Chuao es vivo ejemplo de ello, como puede verse en el video que dejamos para concluir:
Son los mismos cantos de libertad e independencia que oían asustados los terratenientes realistas y sus cipayos en las casonas de haciendas. El pueblo de Chuao canta como digno heredero del Ejército Libertador, el mismo que comandó Simón Bolívar. CANTO DE ALERTA Y VICTORIA! pic.twitter.com/4ZfyGJH0j6
— Francisco Ameliach (@AmeliachPSUV) May 6, 2020
El libro
En 2015, el Centro Nacional de Historia publicó el libro “Pedro Camejo: El Hombre que simbolizó a un pueblo”, escrito por un equipo de investigadores de la mencionada institución: Félix Ojeda, Gradielys Urbano, Carolyn Martínez, William Martínez, Yelitza Rivas, Osman Hernández, Noelis Moreno Peña y Romer Carrascal. Queremos compartir dicha publicación de 80 páginas, en formato PDF, para las y los interesados en conocer más sobre El Negro Primero.
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