Aunque la oposición venezolana y la administración del presidente Donald Trump exigieron mantener la opción militar sobre la mesa, el comunicado aprobado este lunes por los países integrantes del Grupo de Lima rechaza el uso de la fuerza militar para derrocar al Presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, aunque sí insiste en diferentes fórmulas injerencistas contra el país, incluyendo el golpe de Estado.
Texto: Alba Ciudad (LBR)
Específicamente en el punto 16, el texto aprobado fija su posición de que la llamada “transición a la democracia” debe ser impulsada por los propios venezolanos en paz y “en el marco de la Constitución” y el derecho internacional, con el apoyo por políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza.
El grupo, formado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía, pero que pareciera estar dirigido por el gobierno de Estados Unidos, se reunió este lunes en Bogotá, en una “cumbre” en la que participó el diputado Juan Guaidó, quien dice ser “presidente interino” de Venezuela tras autoproclamarse el pasado 23 de enero en una plaza, así como el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, quien fue recibido como invitado de honor.
Guaidó, sin embargo, violó una prohibición de salida del país emitida por el Tribunal Supremo de Justicia y salió de Venezuela ilegalmente, por lo que no está claro qué ocurrirá si intenta ingresar de nuevo al país.
La oposición venezolana insiste en que la opción militar se debe contemplar contra el gobierno del Presidente Nicolás Maduro, según señala el medio colombiano El Espectador. Guaidó pidió el domingo a la comunidad internacional dejar “abiertas todas las opciones para lograr la liberación”, un eufemismo para indicar que la opción militar debe seguirse considerando. Lo mismo hizo su supuesto embajador ante el Grupo de Lima, Julio Borges, quien, en un comunicado citado en el Miami Herald, dijo que iría a la reunión junto a Juan Guaidó “para presentar posiciones firmes que signifiquen una escalada en medidas diplomáticas, políticas y de uso de la fuerza en contra del régimen”.
Mike Pompeo, secretario de Estado de la administración de Donald Trump también amenazó el domingo pasado, cuando dijo que Maduro supuestamente “tiene los días contados” tras los disturbios registrados el sábado en la frontera colombo-venezolana.
Sin embargo, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, afirmó este lunes en Bogotá que la opción militar nunca estuvo sobre la mesa en el caso de Venezuela, sino que han abogado por “soluciones pacíficas”. Indicó que, “para nosotros la opción militar nunca fue una opción. Brasil siempre aboga por las soluciones pacíficas de cualquier problema que ocurra en los países vecinos. Abogamos por la no intervención”.
El viceministro de relaciones exteriores del Perú, Hugo Zela Martínez, dijo “con absoluta claridad”, que el uso de la fuerza en cualquiera de sus formas “es inaceptable” en el caso de la crisis de Venezuela. “El uso de la fuerza no es una solución para lo que ocurre en Venezuela. Aquí, en el Grupo de Lima venimos luchando para que esa solución se dé en forma pacífica (…) Quiero aclarar que eso es falso, que estamos apoyando el uso de la fuerza; simplemente eso no ocurre”, dijo el vicecanciller peruano en su intervención.
El propio Iván Duque, presidente de Colombia, si bien manifestó que hay que “arreciar” el cerco diplomático contra el Presidente Nicolás Maduro, instó a no dejarse llevar por “discursos belicistas”.
El Gobierno de Chile también reiteró su apuesta por una “solución política y pacífica” a la crisis que vive Venezuela.
La Unión Europea también se pronunció. “Se ha establecido la posición de la UE en este contexto, es muy clara: hay que evitar la intervención militar“, señaló la portavoz comunitaria de Exteriores, Maja Kocijancic.
Instan al golpe de Estado
Esto no significa de ninguna manera que el Grupo de Lima haya dejado sus posiciones intervencionistas contra Venezuela. Uno de los puntos aprobados en su comunicado convoca textualmente “a todos los miembros de la Fuerza Armada Nacional a reconocer al Presidente Encargado, Juan Guaidó, como su Comandante en Jefe”, lo que es un abierto llamado a que den un golpe de Estado. Igual solicitud realizan “al Poder Judicial y el Sistema de Justicia de Venezuela”.
A las Naciones Unidas piden la designación de un “experto independiente o una comisión de investigación sobre Venezuela” y a la Corte Penal Internacional, que agregue la denegación de la ayuda humanitaria al caso que tiene en sus manos contra Nicolás Maduro por crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo, diferentes medios, como el diario El Mundo de España, señalan que la posición antibelicista “seguramente decepcionó a muchos venezolanos”, ello tras un conflictivo fin de semana para el que Guaidó había prometido que comenzaría el ingreso de ayuda humanitaria al país.
“Busquen la libertad, luchen por ustedes y vayan con Dios”, fueron las palabras finales del discurso de Pence en la cumbre, tras conocerse la posición en contra de una intervención. La frase “Vayan con Dios” se convirtió en tendencia en las redes sociales venezolanas, debido a que muchos opositores percibieron que eran una especie de despedida y abandono por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Las fuerzas revolucionarias, aunque celebran la no intervención militar, permanecen cautas, pues saben que los planes intervencionistas siguen presentes.
Finalmente y sin fecha por confirmar el denominado Grupo de Lima saludó el ofrecimiento de Chile para una próxima reunión.
México insiste en el diálogo
Por otro lado, el Gobierno de México, que también forma parte del Grupo de Lima, insistió en su postura de dialogar para lograr una salida pacífica a la situación de ese país, e hizo caso omiso al llamado de Mike Pence de reconocer a Juan Guaidó como supuesto presidente interino de Venezuela.
En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México indicó que el Mecanismo de Montevideo, promovido por México y Uruguay, es una opción de diálogo viable e incluyente y con un plan estratégico concreto que se mantiene como una alternativa hacia una solución pacífica.
Aseveró que éste, planteado el pasado 6 de febrero para exhortar a las partes en Venezuela a garantizar una solución pacífica al conflicto, tiene aún mayor pertinencia a la luz de los acontecimientos más recientes. “De existir un acuerdo entre ambas partes para dialogar, México reitera su disposición para apoyar y desplegar un instrumento efectivo de diplomacia diseñado para la resolución de conflictos de forma pacífica”, expresó la Cancillería.