El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) condenó este lunes las sanciones injerencistas impuestas por los gobiernos de Suiza y Panamá en contra de la soberanía de Venezuela.
Texto: AVN
Mediante un comunicado, el TSJ calificó estas acciones como “grotescas”, así como enfatizó que estas sanciones — que se suman a las impuestas por la Unión Europea (UE) y por el bloqueo económico de Estados Unidos — “violan los extremos del ámbito internacional, y de manera frontal y flagrante la honorabilidad de las naciones y la reciprocidad de las buenas prácticas del Derecho de los pueblos libres y soberanos, las cuales insistentemente han sido reconocidas por los Estados civilizados; conductas como estas tratan de amedrentar constantemente la soberanía nacional, y pretenden soslayar y lesionar el sagrado principio de autodeterminación de los Pueblos”.
El pasado 22 de marzo, Suiza impuso sanciones contra el país. En la medida prohíben la venta, exportación y tránsito de bienes de equipamiento militar e insumos supuestamente con “fines represivos”. Por su parte, Panamá sancionó 55 funcionarios venezolanos entre los que se encuentran el presidente de la República, Nicolás Maduro, así como a 16 empresas venezolanas que no podrán mantener relaciones comerciales ni financieras con la nación centroamericana.
A continuación el texto íntegro:
TSJ rechaza medidas coercitivas tomadas por gobiernos de Suiza y Panamá
El Tribunal Supremo de Justicia expresa su más enérgico rechazo ante las ilegales medidas coercitivas que han sido tomadas por los gobiernos de la República de Panamá y de la Confederación Suiza, demostrando una conducta reprochable e indigna contra la República Bolivariana de Venezuela, el pueblo, las instituciones legalmente constituidas, sus funcionarios y funcionarias, protegidos bajo los principios y garantías constitucionales que preservan la soberanía e independencia, con el más alto patrimonio moral fundado en sus valores de libertad, igualdad y justicia que fortalecen la paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Esas grotescas medidas violan los extremos del ámbito internacional, y de manera frontal y flagrante la honorabilidad de las naciones y la reciprocidad de las buenas prácticas del Derecho de los pueblos libres y soberanos, las cuales insistentemente han sido reconocidas por los Estados civilizados; conductas como estas tratan de amedrentar constantemente la soberanía nacional, y pretenden soslayar y lesionar el sagrado principio de autodeterminación de los Pueblos.
Las autoridades de Panamá y de la Confederación Suiza demuestran a la Comunidad Internacional el descaro de su subordinación a la política injerencista del gobierno supremacista de los Estados Unidos de América, convirtiéndose así en cómplices de una potencia guerrerista que busca aniquilar la democracia venezolana y a sus instituciones.
En vísperas de un nuevo proceso electoral, libre, transparente y democrático, que tendrá lugar en Venezuela el 20 de mayo de 2018, el gobierno suizo y el gobierno panameño se han sumado a las condenables prácticas desestabilizadoras e intimidatorias auspiciadas por la administración estadounidense y sus aliados, con el espurio propósito de someter al tutelaje a un Pueblo libre y soberano como el venezolano.
Asimismo, el Tribunal Supremo de Justicia reitera a la opinión pública nacional e internacional, que defenderá, dentro del ámbito de las competencias que le son inherentes, la institucionalidad democrática de Venezuela, consagrada en la Constitución Nacional y en las leyes de la República, y rechazará contundentemente toda acción, interna o externa, que pretenda socavar la sagrada soberanía e independencia de Venezuela.
Finalmente, el Tribunal Supremo de Justicia, en nombre del Poder Judicial de la República Bolivariana de Venezuela, expresa su solidaridad al heroico Pueblo venezolano, y a los demás Poderes Públicos Nacionales que han sido objeto de la arremetida del gobierno supremacista estadounidense, expresada a través de países que, al adoptar vergonzosas posiciones de vasallaje, han mancillando la dignidad de sus respectivas naciones.