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Foto: Gregorio Terán, AVN
Este Miércoles Santo, los feligreses de Caracas y de varias partes del país, realizaron al tradicional procesión del Nazareno de San Pablo, en un recorrido que tomó varias horas lleno de fe y oración en agradecimiento a los milagros concebidos. Esta procesión, de 1.5 kilómetros, se efectuó, como todos los años, en el centro de la ciudad. Comenzó a las cinco de la tarde y partió desde la Puerta Santa Ana de la Basílica, hacia la esquina Cruz Verde, luego la esquina Miranda, paso por la avenida Baralt e hizo un recorrido por el Teatro Municipal y a las ocho de la noche retornó al centro religioso.
Texto: AVN / Fotos: Gregorio Terán, AVN
Como parte de los preparativos de esta actividad, los creyentes se congregaron a partir de la noche de este martes en la Basílica donde se realizó una eucaristía permanente, hasta la procesión de este miércoles. El acto contó con el despliegue de 300 funcionarios de seguridad, que resguardaron a los asistentes en varios puntos de control.
El Nazareno, que viste una túnica morada con detalles bordados en oro, fue adornado con más de 4.000 flores moradas como orquídeas, las mismas empleadas para construir un arco que en el medio de la estatua del santo católico.
Para tal fin, devotos procedentes de diferentes regiones del país se apersonaron desde el pasado lunes 26 de marzo a las instalaciones del centro religioso, para entregar una orquídea como muestra de agradecimiento por los milagros recibidos.
Agradecimientos al Nazareno
Horas antes del inicio de la procesión, miles de creyentes rodearon la Basílica para pedir por la paz, la salud, el amor y por valores para unir a las familias.
Carlos Briceño relató que desde hace cinco años acude al templo porque tiene un tumor cerebral y su fe en el santo le ha ayudado a mejorar. “Me siento mucho mejor que antes gracias al Nazareno”, expresó en declaraciones a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
A esta tradición también se suma la señora Danny Suarez, quien lleva 30 años asistiendo a la iglesia de Santa Teresa junto a su familia, para rezar por el bienestar y salud de cada uno de ellos, y también “orar por la unidad del pueblo venezolano y la paz en el país”. Mientras que el joven de 20 años, Nomar Aponte, señaló que es devoto del Nazareno porque desde pequeño su madre le inculcó su fe en el santo venerado por los caraqueños.
“Pido salud para mi familia, hermanos venezolanos y por mi país para que haya más paz y unidad entre nosotros”, expresó a AVN.
Dentro del templo destacan los integrantes de la cofradía de cargadores del Nazareno, que acuden cada año a la procesión del miércoles santo. “Ofrecí mi promesa por la salud de mi mamá, lamentablemente hoy en día no está, pero sigo pagándola igualmente porque uno tiene que ser agradecido con Dios”, destacó Melvin Oropeza, quien desde hace 25 años carga la imagen del Nazareno.
Esta tradición se instauró en Caracas hace más de 400 años, luego de un acto milagroso ocurrido en la esquina Miracielos, en Caracas. En aquella ocasión, un conjunto de pobladores decidió sacar en procesión la imagen del Nazareno para rogar por la sanación de los enfermos por una epidemia de escorbuto. Durante el recorrido, la imagen tropezó con un limonero, del cual se desprendieron frutos con los cuales se elaboró una bebida que dio la cura inmediata a las personas que padecían la enfermedad. Desde entonces, la feligresía le rinde tributo por sus favores.
