En el marco de la 17° Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2021), se presentó el domingo 7 de noviembre, el libro “Conspiración en el mercado”, autoría de Cósimo Mandrillo, de la colección “Continentes” de Monte Ávila Editores Latinoamericana, la cual contó con una elocuente disertación del profesor Carlos Sandoval, quien describió esta obra como una novela de aventura, dirigida a jóvenes lectores, que narra la historia de Taluha, un niño wayuu, cuyas vicisitudes al dejarse encantar por el imaginario de la capital boyante y petrolera del estado Zulia, con las cotidianidades que se viven en el mercado de las Pulgas de Maracaibo, son abordadas por el autor, quien proviene de Italia y llegó a estas tierras cuando era niño.
Crédito: Prensa Alba Ciudad
Sandoval narró de forma jocosa que “Conspiración” en el mercado se integra al grupo de obras narrativas venezolanas sobre niños y jóvenes que buscan abrirse paso en el camino de la vida, con las situaciones que se le puedan presentar, para lo que se refirió a la novela La dolida infancia de Perucho González, escrita por José Fabbiani Ruiz en 1946, así como “A vuelo de Ángel”, de Marco Tulio Socorro, publicada en 1993, como piezas narrativas que toman el territorio de La Guajira como un tema para desarrollar sus historias.
“De igual manera, la obra se inserta en el registro de las cuentas de las llamadas novelas de aprendizaje, en las que el protagonista padece las consecuencias de sus actos, como resultado de su desconocimiento del mundo, y debido a esos lamentables tropiezos aprende por los golpes de la vida”, acotó sonriendo Sandoval.
Por su parte, el autor explicó que esta novela se desarrolla en un espacio de suma importancia, con particularidades económicas y sociales de la capital zuliana, se trata del Mercado de las Pulgas, donde se toman importantes decisiones de todo el territorio maracaibero, convirtiéndose en una ciudad dentro de otra.
“Construir este libro me resultó muy fácil, porque escribí sobre lo que soy, lo que conozco y lo que amo, así que siempre pretendí que fuera una novela que respondiera a un importante mandamiento que me enseñó un amigo: no aburrir, por lo que intenté que fuera lo suficientemente hábil, interesante y breve, para que se convirtiera en una lectura de disfrute”, aseguró Mandrillo.