Ayudar a asumir la palabra como herramienta liberadora e impulsar la defensa de la búsqueda de la equidad y justicia frente a los efectos reales del mundo capitalista, fue la tarea que asumieron este jueves Rubén Wisotzki y William Castillo en el quinto foro del ciclo “La comunicación en tiempos de bloqueo”. En la actividad, inscrita en la 16° Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), Wisotzki se paseó por figuras como Zygmund Bauman, Sigmund Freud y Goethe para indicar que los tiempos que vivimos hoy “requieren más que otros de la palabra que es aliento, que es mesura, la palabra que opera como un bisturí a la tendencia de bajar los brazos cuando deben estar más arriba”.
T y F: Prensa Cenal
Esa visión tiene en Venezuela un significado particular, porque la palabra se ha convertido en el mecanismo para desarticular el bloqueo, entendido como la intención de paralizar las capacidades mentales de una población.
“La palabra del venezolano está intacta, para bien o para mal, y la realización de una feria de libro en medio de dificultades y adversidades es una muestra implacable de ese don, de ese bien, de ese patrimonio invaluable,de esa fuerza que Goethe celebraría junto a Simón Rodríguez por los pasillos de Gradillas”, indicó.
Mientras Wisotzki reivindica el poder del verbo, William Castillo se adentra en las distopías que viven las sociedades hoy, es decir, los efectos reales que sufren por la búsqueda de los escenarios considerados ideales, sin pensar en sus matices. Ello se refleja desde el concepto de progreso, que viene del iluminismo y que se entronca con el capitalismo. “Esa idea de progreso, sin embargo, si uno la analiza a lo largo de la historia, veremos que está confrontada con los efectos que genera esa idea absoluta de progreso, es decir, la desigualdad social”.
Ello también aplica a la noción del crecimiento económico, que se confronta con los límites que tiene ese concepto, y los avances digitales, que llevan a la sociedad vigilada y a las brechas sociales, económicas y tecnológicas, con una élite de súper millonarios.
“Esta sociedad que siempre ha buscado la idea de mejorar, que siempre ha pensado que debe ser mejor, se confronta con realidades económicas, tecnológicas y ambientales de un modo distópico, es decir, un mundo indeseable”. Y ese marco de lectura puede aplicarse en Venezuela, donde se busca la utopía de la sociedad de iguales a través de la Revolución Bolivariana. “Ese modelo, que está en construcción, con sus errores humanos, con sus fallas, con sus carencia, se ve enfrentado a un proceso de destrucción de esa posibilidad, y eso es el bloqueo”.
El bloqueo es la coordinación de poderosas fuerzas para construir un modelo nuevo, y para ello se parte de un discurso distópico que muestra a un país en retroceso, en emergencia humanitaria, sin posibilidades de desarrollo para el ser humano. Y frente a ese panorama, Castillo destaca el valor de la palabra como elementos de liberación y desbloqueo. Para ello debe propiciarse un diálogo social, para ir a un consenso con todos los sectores.
Venezuela tiene el reto de superar el bloqueo entendiendo el concepto “como la superación de las trabas para una sociedad nueva”, emulando a Antonio Gramsci, para que nazca finalmente lo nuevo y termine de morir lo que está en ese proceso, “y podamos construir una sociedad de convivencia, de paz, de bienestar, donde podamos sentirnos todos igual. Ese es el gran desafío de la comunicación en tiempos de pandemia”.
Indicó que el discurso pesimista de productos mediáticos audiovisuales es repudiado por la práctica heroica del pueblo venezolano y el cubano. Lo mismo aplica en el proceso que hemos vivido este 2020 con la pandemia por covid-19, que ha invisibilizado los efectos de otras realidades como la desnutrición infantil.
Si bien el coronavirus es una realidad que debe confrontarse, se ha levantado un discurso que hace olvidar que los grandes problemas de la humanidad siguen estando “en la desigualdad, la pobreza, el hambre, la explotación de los recursos naturales, en la explotación de la pachamama, que son las grandes distopías creadas en el siglo XX del modelo liberal, capitalista, y contra el cual es necesario insurgir con modelos nuevos”.
Por ello, plantea la necesidad de reencontrarnos en las verdaderas redes sociales, que son los entornos reales en los cuales se mueve el humano. Venezuela cuenta con una red social de este tipo, que nos permitirá “convertir a 2021 en el año de la recuperación de la utopía bolivariana con bases materiales recuperadas”. Para ello, se necesita de la sangre de la cultura para que perviva en el tiempo y sea un modelo para el resto de la región, sostuvo Castillo.
El ciclo de foros “La comunicación en tiempos de bloqueo” comenzó el pasado 15 de noviembre para abordar los desafíos que plantea el ejercicio comunicacional y las herramientas que puede usarse, como el humor o la reivindicación de las herramientas del periodismo impreso.