Como parte del Encuentro Mundial Antiimperialista, se realizó este miércoles el Foro “Industria cultural del capitalismo en la era de la globalización neoliberal” en las instalaciones de la Fundación Celarg. Allí participó como uno de los ponentes el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, resaltando los logros alcanzados por la revolución cultural durante 2019. Destacó que los poderes creadores del pueblo permitieron vencer al imperialismo estadounidense, que intentó doblegar al país a través de sanciones.
Texto: Alba Ciudad (Angie Vélez)
Al recordar el concierto “Venezuela Aid Live!”, realizado en la ciudad colombiana de Cúcuta en febrero del año pasado por la industria cultural capitalista, el ministro Villegas recordó que desde allí, algunos artistas del mundo del espectáculo llamaron abiertamente a la intervención contra Venezuela violando su soberanía, creyendo que bastaba con el relato de la mal llamada “ayuda humanitaria” para que el pueblo venezolano recibiera de brazos abiertos lo que, a todas luces, era una humillación internacional.
Aseguró que se trataba de un plan para violentar la integridad territorial venezolana, para abrir un boquete a nuestra soberanía, sentando precedentes que habrían significado el desmontaje del proyecto independentista que, desde hace 200 años, aún está inconcluso.
Considera que no es casualidad que en Estados Unidos se haya desempolvado la bandera de la Doctrina Monroe: “nunca en nuestra memoria fue tan explícita la intención recolonizadora detrás de un proyecto cultural. Monroe cantó en aquella tarima con sus cantos de sirena imperialistas y creyeron que el aparato alienante, ahora con su derivados tecnológicos, eran suficientes para desterrar la conciencia sembrada en la Patria de Bolívar y Chávez”, señaló.
Industria cultural
Para Villegas, toda la industria cultural de 2019 no pudo con la conciencia del pueblo venezolano organizado y movilizado, aún con todas las dificultades que pudiesen haber. En ese mismo sentido, aseveró que el nivel de conciencia del pueblo venezolano en la actualidad no se formó espontáneamente, sino que fue el resultado de un trabajo sostenido de la Revolución Bolivariana por consolidar la emancipación.
Hizo un homenaje a los luchadores de todos los tiempos que se tienen que sentir orgullosos de la victoria de 2019, empezando por el comandante Hugo Chávez Frías, quien aún después de haber partido a la eternidad, sigue dando la batalla, saliendo de la mezquindad que se hace presente en la derecha venezolana.
Asimismo, cuestionó la mezquindad de algunas figuras de la izquierda, quienes no incluyen las luchas del pueblo venezolano en su análisis del momento que vivimos, pretendiendo demarcarse y atacar la experiencia venezolana.
Desinformación de Venezuela
Mencionó Villegas el nivel de desinformación que hay en el mundo en cuanto a lo que ocurre en Venezuela, que “quizás lo más sencillo es hacerse a un costado para no estar respondiendo a cada segundo cuanta cosa se dice” respecto al país. “Es posible que no hayan elementos suficiente en otros países para entendernos, pero lo que no deberían hacer nunca es dejar de querernos, porque querer a Venezuela y ser solidarios con él, es una manera de quererse a sí mismos”.
Desde el foro, donde también estuvieron presentes el filósofo mexicano Fernando Buen Abad y Mariam Martínez, hizo énfasis en que la causa de Venezuela es la causa de los pueblos. Por ello, agradece a quienes se hayan solidarizado con el país ante la agresiones imperiales.
A su vez, hizo un especial reconocimiento al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, de quien dijo que él, junto al pueblo venezolano y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, “derrotó en el año 2019 al proyecto imperialista, a la restauración capitalista y la recolonización que la industria cultural decidió hacer en Venezuela, ¡y no pudieron!”.
Desarrollar una economía cultural que nos diferencie de la industria capitalista
Por otra parte, el ministro Villegas reconoció la necesidad de desarrollar en Venezuela una economía cultural y de tener sustentabilidad económica, pero “ese desarrollo debe distinguirnos (diferenciarnos) de la industria cultural capitalista, con su código, su estética, su cometido. No tenemos miedo de competir en calidad, en talento. Pero nunca jamás consideraremos los bienes culturales como simples mercancías. ¡A la hora de la chiquita, la tarima de Cúcuta es la tarima de Cúcuta, y la dignidad del pueblo venezolano es la dignidad del pueblo venezolano, con sus cantos, sus danzas su poesía y su literatura!”
“La guerra que nos declararon es, fundamentalmente, una guerra cultural. Y nosotros tenemos que hacer acopio, no a partir de herramientas melladas que el capitalismo ya domina mucho mejor que nadie, sino (…) de los poderes creadores del pueblo. ¡Es la hora de invocarlos!”, dijo citando al gran poeta venezolano Aquiles Nazoa, de quien se cumplirán 100 años de su natalicio el próximo mes de mayo.
Transcripción de discurso del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, en el Encuentro Mundial Antiimperialista.
Foro “Industria cultural del capitalismo en la era de la globalización neoliberal”.
Junto a Kintto Lucas (Uruguay/Ecuador) y Fernando Casado (España/Venezuela/Ecuador)
Fundación Celarg, Caracas.
Miércoles 22 de enero de 2020.
Estimados compatriotas e invitados a este foro:
Sean todos bienvenidos y bienvenidas.
En el pasado las intervenciones imperiales comenzaban con los Marines y detrás venían los periodistas para cubrir la guerra y los artistas para entretener a las tropas extranjeras. Ahora se ha invertido el esquema. Lo vimos el 23 de febrero de 2019, cuando un concierto de las estrellas mundiales de la industria cultural pretendió ser el preludio de una nefasta intervención en Venezuela. Vimos a celebridades que se toman el “permiso”, entre comillas, de jugar con nuestras emociones, a través de las distintas disciplinas del arte, particularmente la música, el teatro. Los vimos desfilar, a más granado del espectáculo internacional, por aquella tarima de Cúcuta, clamando abiertamente por la intervención de un país soberano, sirviendo de teloneros de una agresión violenta a la soberanía del pueblo venezolano. Creyendo que bastaba con el relato de la mal llamada o falseada ayuda humanitaria, para que el pueblo venezolano recibiera de brazos abiertos lo que, a todas luces, era una humillación internacional. Un plan para el socavamiento de la integridad territorial venezolana. Para abrir un boquete en nuestra soberanía y sentar el precedente que, sin duda, habría significado el desmontaje del proyecto independentista que, desde hace 200 años, todavía está inconcluso.
No por azar, abiertamente fue desempolvada por ese club cavernícola que hoy gobierna los Estados Unidos la bandera de la Doctrina Monroe. Nunca en nuestra memoria fue tan explícita la intención recolonizadora detrás de un proyecto cultural. Monroe cantó en aquella tarima, con sus cantos de sirena imperialistas. Y creyeron que el aparato alienante de la televisión, ahora con sus derivados tecnológicos, era suficiente para desterrar la conciencia sembrada en la Patria de Bolívar, en la Patria de Chávez. La gran noticia del 23 de febrero y del año 2019 es que toda la industria cultural, toda, en un monopolio homogéneo, sin fisuras, totalitaria; toda esa industria cultural no pudo con la conciencia del pueblo venezolano.
Y aquí en Venezuela se demostró que esa industria cultural capitalista es derrotable, con conciencia popular, con amor a la Patria, con un pueblo movilizado, organizado y en unión cívico-militar. Con muchas carencias, dificultades, errores que corregir, pasivos, omisiones, desviaciones, sí. Pero con conciencia infinita de su vocación libre, independiente y soberana. Ningún plato de lentejas y mucho menos una hamburguesa será más valiosa que la conciencia del pueblo venezolano.
Es una conciencia que no se hizo presente por generación espontánea. Es el resultado de un trabajo sostenido de la Revolución Bolivariana por consolidar la emancipación de nuestras conciencias.
Yo quiero aquí hacer un homenaje a todos los luchadores, de todos los tiempos, que tienen que sentirse orgullosos de la victoria del año 2019. Comenzando por el gran emancipador, el gran descolonizador, Hugo Rafael Chávez Frías. Que después de haber partido a la eternidad, sigue ganando batallas.
Y quiero salirle al paso a la mezquindad que se hace presente obviamente en la derecha, porque no podemos esperar del enemigo imperialista flores a quienes le han derrotado. Pero también se hace presente en el campo de la izquierda. ¡Mezquinas visiones que cunden en el campo de la izquierda, o de las izquierdas, para relativizar, subestimar, la importancia que aquí tiene la batalla en desarrollo! Muy mezquinas aquellas figuras de izquierda que no incorporen en su análisis del momento en el que vivimos las luchas del pueblo venezolano, y que pretendan, chantajeadas por la industria cultural, desmarcarse lanzando piedras contra la experiencia venezolana.
Es posible que no nos entiendan, Kintto (Lucas), Fernando (Casado), porque es tanta la intoxicación informativa, o desinformativa que hay en el mundo respecto a lo que sucede en Venezuela, y tan compleja la realidad que nosotros vivimos, que quizás lo más sencillo en cualquier otro país del mundo es hacerse a un costado, para no tener que estar respondiendo a cada segundo cuanta cosa se dice respecto de Venezuela. Es verdad. Es posible que no haya elementos suficientes en otros países para entendernos. Pero lo que no deberían hacer nunca es dejar de querernos. Porque querer a Venezuela, querer al pueblo venezolano y ser solidarios con él, es una manera de quererse a sí mismos, de ser solidarios consigo mismos. Hacerse a un costado y dejar que el Imperialismo se salga con la suya en Venezuela, a la mediana o a la cortísima se le devolverá a todos aquellos que, desde la izquierda, prefieran mirar a otro lado. La causa de Venezuela hoy es la causa de los pueblos. Por eso yo le salgo al paso a la mezquindad, que no podemos esperar que no esté presente en el campo de la derecha porque es natural que lo esté, pero que es imperdonable cuando se presenta en el campo de la izquierda.
Y por eso yo agradezco a todos esos compañeros, como Kintto, como Fernando, que se hacen presentes aquí, a contracorriente de lo que algunos pudieron haber esperado, porque cuando ellos regresan a los países donde les toca desarrollar su cotidianidad, seguramente lo que les espera es una factura gigantesca de parte de la industria cultural. Y no tienen miedo de rayarse, ni de venir aquí, con el pueblo venezolano, a decir presente y hacerse solidarios con ese pueblo. ¡Muchas gracias, Kintto! ¡Muchas gracias, Fernando!
Y esa mezquidad hace que, incluso en los discursos solidarios con la lucha del pueblo venezolano, en los discursos antiimperialistas, revolucionarios, cueste en algunos casos escuchar el reconocimiento a quien nosotros tenemos el deber de hacerle un reconocimiento, que es a Nicolás Maduro Moros, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, quien ha estado al frente de cruciales decisiones y puede sentirse hoy como parte de aquellos que, en otras épocas, han derrotado al imperialismo.
Nicolás Maduro Moros, junto al pueblo venezolano, junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, derrotó en el año 2019 al proyecto imperialista, la restauración capitalista y la recolonización que la industria cultural decidió hacer realidad en el año 2019. Y no pudieron con Venezuela, con Maduro, con el pueblo venezolano, con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y con ese Chávez que, en efecto, vive en la conciencia del pueblo venezolano.
¡Es mucho más que una consigna eso de que ‘Chávez vive’! Chávez vive en la mujer venezolana, en el joven, en el campesino, en el estudiante, en el trabajador, en el soldado venezolano, en su conciencia, en su dignidad. Palabras, por cierto, que hay que defender: La dignidad del pueblo venezolano.
Podemos tener muchas carencias. Nos pueden faltar muchas cosas materiales. Pero no nos falta dignidad, amor propio, estima por nuestra historia y por el destino de victoria que tiene escrito el pueblo venezolano en su frente. Por eso la tenemos en alto, y no nos chantajean ni nos da pena, y sí: somos orgullosamente venezolanos, y hemos vencido en el año 2019. Tenemos que consolidar las victorias de 2020, de 2021 y mucho más allá. Y por eso es muy importante el tema que hoy nuestros compañeros invitados van a desarrollar, porque la batalla, en última instancia, es una batalla cultural.
Ustedes recuerdan que, muchas veces, se han hecho críticas -y aquí tengo a expertos en la comunicación- al tema de la política comunicacional. Ustedes han oído mucho eso, que se ha repetido hasta la saciedad: “Es que no tenemos una política comunicacional”. Bueno. Yo diría que debemos saltar esa queja, y reconocer que, detrás de una política comunicacional, lo que debe haber es una clara y transparente política cultural. Porque es allí, en el terreno de la cultura, mucho más amplio que el de la comunicación, donde al final del día se definen las victorias o las derrotas.
Tenemos la necesidad de que nuestras dinámicas culturales puedan insertarse también en la necesaria sustentabilidad económica. Tenemos que desarrollar una economía cultural. Pero ese desarrollo debe distinguirnos de la industria cultural capitalista, con su código, su estética, sus cometidos. No tenemos miedo de competir en calidad, en talento. Pero nunca jamás consideraremos la cultura, los bienes culturales como simple mercancía. A la hora de la chiquita, la tarima de Cúcuta es la tarima de Cúcuta, y la dignidad del pueblo venezolano es la dignidad del pueblo venezolano, con su canto, con su danza, con su poesía, su literatura, sus libros, sus mimos.
La guerra que nos han declarado es, fundamentalmente, una guerra cultural. Y nosotros tenemos que hacer acopio, ya no de herramientas melladas que el capitalismo ya domina mucho mejor que nadie. Sino que tenemos que hacer acopio de aquello que nos recomendaba un venezolano que este año cumple 100 años: el gran Aquiles Nazoa: ¡Los poderes creadores del pueblo! Es la hora de invocar los poderes creadores de nuestro pueblo. Con ellos venceremos. ¡Muchas gracias, compatriotas!
Buena tarde,mi nombre es wuilmarú perez de 13. Años de edad canto musica llanera recia y me gustaria participar en talento de corazon 2020 ,puede ubicarme por facebook wuilmaru perez