El Reverendo estadounidense Jesse Jackson se hizo presente este miércoles en las afueras de la Embajada de Venezuela en Washington DC, para entregar alimentos y agua a cuatro activistas que permanecen en el interior de la embajada previniendo que opositores al gobierno del Presidente Nicolás Maduro tomen el control de la misma.
Texto: Aporrea
La embajada ha sido durante semanas el escenario de un enfrentamiento entre partidarios de Maduro agrupados como Colectivo de Protección de la Embajada y partidarios del diputado opositor Juan Guaidó. Los partidarios de Guaidó exigen que los partidarios de Maduro abandonen el edificio y el gobierno venezolano ha catalogado el intento de ocupación por parte de opositores como una violación a la Convención de Viena que rige las relaciones diplomáticas.
La visita del reverendo Jackson es parte de un nuevo esfuerzo de llevarle suministros a los manifestantes de forma diaria.
Al acercarse al edificio, Jackson, de 77 años, llevaba bolsas con adornos rosas, un gesto simbólico al grupo al que había venido a apoyar: Code Pink, una organización de izquierda conocida por sus protestas provocativas. Con gritos de “Gracias, Jesse” los partidarios de Code Pink y del Colectivo de Protección de la Embajada le dieron la bienvenida.
“Estaban tratando de matarlos de hambre”, dijo Jackson después de ayudar a entregar los alimentos, que los ocupantes de la embajada levantaron con una soga. “La entrega de comida hoy miércoles es solo el comienzo”, dijo. “Estamos movilizando a ministros (religiosos) y personas de todo el país para que comiencen a venir aquí todos los días”, dijo Jackson.
El reverendo prometió movilizar a su organización Rainbow Push para ayudar. “Tendremos gente de la Coalición Rainbow Push aquí todos los días hasta que haya una solución a esta situación”.
Jackson, quien visitó Venezuela en 2005 invitado por el Presidente Hugo Chávez, ha criticado en varias oportunidades la política de cambio de régimen de EEUU hacia el gobierno de Maduro y ha abogado por el uso de la diplomacia y el diálogo para resolver la crisis venezolana. “Yo llamo a la reconciliación, no a la confrontación. No podemos dar nuestro dinero de forma directa o indirecta para derrocar otro gobierno, esto lo aprendimos en Chile”, dijo Jackson, en referencia a la injerencia de Estados Unidos en el golpe de Estado de 1973.
Matthew Burwick, un venezolano pro-Guaido que se ha manifestado fuera de la embajada durante semanas, afirmó a The Washington Post haber seguido a Jackson frente del edificio, implorándole que “enviara comida a Venezuela” en lugar de dársela a los activistas dentro de la embajada. “Hombre, usted está apoyando a un dictador”, le dijo Burwick a Jackson. Luego, agarró una de las bolsas. Se produjo una breve lucha entre Burwick y los miembros de Code Pink. Finalmente, dijo Burwick, la policía le dijo que se retirara.
La confrontación entre activistas se ha convertido en una lucha por el control de la misión diplomática venezolana. Las protestas dentro y fuera de la embajada han durado casi tres semanas, luego de que manifestantes izquierdistas de grupos como Code Pink comenzaron a vivir en el edificio el 10 de abril por invitación de funcionarios del gobierno de Maduro.
Pero durante la semana pasada, a los activistas a favor de Maduro se les ha hecho difícil conseguir alimentos y suministros. Desde el 30 de abril, los manifestantes en contra de Maduro han patrullado las entradas y salidas del edificio, a veces bloqueando físicamente los intentos de ingresar o entregar suministros.
Cada lado ha acusado al otro de violencia. La policía arrestó al menos a 10 personas, muchas de las cuales fueron acusadas en relación con “lanzar misiles”; en muchos casos, una referencia a alimentos lanzados más allá de las barricadas de la policía y las manos levantadas de los partidarios de Guaido.
La semana pasada, los organizadores de la protesta denunciaron que les fue cortada la electricidad al edificio por por órdenes de los diplomáticos designados por Guaido reconocidos por el gobierno de los Estados Unidos como los legítimos representantes de Venezuela. El lunes, funcionarios policiales publicaron un aviso en la puerta exigiendo que los ocupantes desalojen la embajada.