Una pequeña tienda de vestidos de novia, que se mantiene congelada en la década de los noventa dentro del Pasaje Zingg, en el centro de la ciudad, fue la locación escogida por la cineasta Efterpi Charalambidis para iniciar el rodaje de su nuevo filme Qué buena broma, Bromelia. Y es que en ese lugar se sitúa el negocio de la familia de Bromelia, donde laboran la madre, encarnada por la primera actriz María Cristina Lozada; y sus tres hijas, dedicadas a la confección de ajuares matrimoniales y donde se desarrolla una parte de este drama. Este es el segundo largo de ficción escrito y dirigido por Efterpi Charalambidis (en 2009 estrenó Libertador Morales).
Texto: CiudadCCS (Verónica Abreu Roa)
Narra la historia de Bromelia, personificada por Irabé Seguías, una mujer que ha pasado sus cuarenta y se siente muy sola por ser la única de sus tres hermanas que no se ha casado, a pesar de dedicarse a un negocio relacionado con el matrimonio. Con una madre ansiosa por que su hija vaya al altar, la llegada de un vendedor a la tienda trae consigo la esperanza de lograr el tan añorado cometido.
Sin embargo, luego del enamoramiento, las cosas no resultan como se pensaban y la vida de Bromelia se ve enfrentada a situaciones que cambian su vida por completo.
“Ella tiene que enfrentarse a situaciones como que él no es la persona adecuada para ella, o enfrentarse a su familia y decidir si traer o no al mundo a un niño con Síndrome de Down”, narró entusiasmada la directora, que prevé el estreno del filme para finales de este año.
Es así como Qué buena broma, Bromelia traerá a la pantalla grande una historia con la que muchos y muchas se podrán identificar, hecho que la directora usa a su favor para enviar un mensaje que genere una reflexión sobre temas como el quiebre de los paradigmas sociales sobre el matrimonio, la familia y el papel que juega la mujer y su derecho a sentir.
“Esta necesidad nace de mí como mujer, nace de mí como hija, como amiga, como hermana. Está muy inspirado en todas las mujeres que he conocido, amigas, hermanas, mentoras, maestras, mi mamá, mis primas. Estoy contando esto desde mí como mujer, para ti como mujer”, expresó.
Seguías, por su parte, se estrena como protagonista de un largometraje con este filme, con el que dice sentirse comprometida, al que asegura ha entregado su corazón, esfuerzo y expectativas, y del cual se siente totalmente agradecida.
“Gracias a las instituciones y a todas las personas que se han sumado hoy tenemos este día uno, este día de compromiso en un momento coyuntural de la vida histórica de nuestro país, en el que podemos soñar, hacer cine y quedarnos con las ideas más bellas para seguir construyendo”, expresó.
A Pedro, el galán de esta historia, lo interpretará el actor Rolando Padilla, quien se mostró muy entusiasmado de poder formar parte de este proyecto.
“No recuerdo la última vez que salí tan emocionado de un casting. Yo le daba gracias a Dios, sin saber si había quedado o no .Todo lo que Irabé me brindó en la improvisación, la escena. Yo salí muy conmovido y muy feliz”, relató sobre su primer encuentro con esta producción que vaticina será todo un éxito.
Amor animal
Dentro de los personajes de Qué buena broma, Bromelia resalta el de Petunia, una adorable perra callejera, que forma parte fundamental de este drama, pues despierta el instinto maternal de su protagonista, con quien desarrolla una relación que la ayuda a abrir los ojos frente al conflicto que se le presenta. La presencia de Petunia, en esta coproducción de La Villa del Cine y Paradoja Producciones con apoyo del CNAC, habla al espectador de las necesidades de los animales y pone sobre la palestra el tema de sus derechos.