Oscar López Rivera, ¡al fin libre!

Escoltado por la alcaldesa sanjuanera, López realiza una señal de que todo estará bien. (Foto: Teresa Canino)

El líder puertorriqueño Oscar López Rivera, quien estuvo detenido en Estados Unidos por su lucha a favor de la independencia de su país, disfrutó este miércoles de la libertad por primera vez en 35 años. López Rivera salió esta mañana del apartamento de su hija en Santurce a dar su primer recorrido en libertad con una gran sonrisa en su rostro y mucho empeño para luchar por la independencia de Puerto Rico.


Texto: El Nuevo Día y Telesur

Lo primero que hizo fue darle las gracias al pueblo por haber luchado por su excarcelación. “Yo vengo a luchar y a trabajar… Mi espíritu, mi dignidad y mi honor están muchos más jóvenes hoy que el día que ingresé a la prisión”, afirmó el ex preso político a la prensa, mientras el coro de la Universidad de Puerto Rico entonaba varias canciones.

Entre otras cosas, dijo estar feliz con poder tener una agenda llena, la cual incluye una conferencia de prensa a eso de las 11:00 a.m. en la playa del Escambrón, así como por su viaje de mañana a Chicago.

“Voy a ver el mar y voy a ver si me cuelo por allí”, sostuvo. Eso sí, dejó claro que “esto es para estar en Puerto Rico y que nadie me moleste”.

López Rivera fue recibido a su salida del apartamento de su hija Clarisa López por un centenar de personas, quienes le regalaron margaritas blancas y amarillas, así como rosas rojas. Estaba ataviado de negro, con tennis rojas. Llevaba un botón de la bandera de Puerto Rico en el pecho. Ya no tenía el grillete electrónico que le colocaron a finales de enero pasado cuando el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, le conmutó su sentencia. Se lo quitaron ayer en la tarde, según reveló.

Justo al extinguirse su condena, el ex prisionero político reafirma su compromiso con la descolonización e independencia de Puerto Rico. Sus acompañantes llevaban unas camisetas que leían: “Libertad”. “Feliz por poder disfrutar de la libertad de mi papá”, afirmó, por su parte, su hija cuando el grupo salía hacia algún lugar desconocido.

López Rivera fue trasladado el 9 de febrero a Puerto Rico, en reclusión domiciliaria en el hogar de su hija Clarisa, en el sector capitalino de Santurce, después de que se autorizara su regreso a la isla y en enero pasado le fuera conmutada por el presidente Barack Obama la pena a cambio de que cumpliera cuatro meses más de su condena a 70 años.

Tres horas después que firme el documento requerido por el Buró de Prisionero de Estados Unidos, acontecerá en el sector universitario de Río Piedras ‘La fiesta de Oscar’, en la que participarán diversos artistas, como parte del recibimiento de pueblo.

Su abogada Jan Susler aclaró que el combatiente puertorriqueño podrá reencontrarse con sus antiguos compañeros de lucha, a los que podrá abrazar.

Al día siguiente estará en Chicago, ciudad estadounidense en la que radicó desde los 15 años hasta su encarcelamiento, donde la comunidad latina le rendirá reconocimiento y pondrá su nombre a una calle en el área de Humboldt Park.

Después regresará a Puerto Rico para estar el sábado en el municipio de San Sebastián, en el centro montañoso de la isla, donde nació y creció hasta su adolescencia. López Rivera planifica viajar a varios países como Cuba, Nicaragua y Venezuela, entre otros, para agradecer la solidaridad que brindaron a la lucha por su liberación.

Este independentista, nacido el 6 de enero de 1943, fue acusado de conspiración por la justicia estadounidense tras ser vinculado con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización que luchaba por la independencia de la isla, territorio convertido en colonia del gobierno de EEUU desde 1898.

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