La sala San Juan Bautista Plaza de la Biblioteca Nacional de Venezuela fue el escenario perfecto para que el joropo, el tambor y la parranda de las burriquitas se hicieran presentes este viernes en el primer encuentro de animadores de danza del área metropolitana de Caracas, denominado “Sumando Tradiciones”.
Texto: Misión Cultura (Brayan García) y MPPC
Fotos: Eddy Cárdenas
José Luis Gago, animador sociocultural de danza tradicional en la parroquia 23 de Enero, explicó que en la actividad se mostraron los resultados de la primera etapa de los talleres metodológicos impartidos por la Misión Cultura para impulsar las manifestaciones culturales con menor proyección o, incluso en algunos casos, en peligro de extinción.
Participaron animadores venezolanos pertenecientes a las parroquias Sucre, Caricuao, Macarao, El Paraíso, Santa Rosalía, San Agustín y 23 de Enero; junto a colaboradores cubanos para un total de 40 personas.
El espectáculo inició con la presentación de joropo oriental de la agrupación “Son y Corazón”, la cual viene realizando los talleres desde junio. Esta manifestación es representativa de los estados Sucre, Anzoátegui, Monagas y Nueva Esparta; se basa en una elegante ejecución en un entorno familiar y girando al contrario de las manecillas de las agujas del reloj. La bandola de ocho cuerdas, la cuereta, el bandolín, la marimbola, la caja, la tambora, el cuatro y las maracas son los instrumentos ideales para ejecutarla.
Niurka Sanchez, animadora socio cultural en la parroquia Macarao y bailarina de joropo oriental, comentó sentirse feliz de poner en valor las tradiciones venezolanas y explicó que los talleres han sido importantes para el desarrollo artístico de los animadores y animadoras.
El profesor Eduardo Matos, cultor y miembro del comité organizador, explicó que con estas acciones formativas se busca el cultivo cultural de todos los participantes para generar mayor sentido de identidad y convertirlos en entes multiplicadores de la música y la danza tradicional.
Informó que se ha cumplido la primera fase luego de dictar por 6 semanas 11 clases de los géneros joropo oriental, joropo andino y el tambor de Guatire, los cuales necesitan más impulso. Además, prevén continuar con 6 etapas más de formación.
Seguidamente la agrupación “Ensamble 23”, de la parroquia 23 de Enero, mostró en escena el joropo andino. Esta danza popular de los estados Mérida, Táchira y Trujillo se caracteriza por ser muy jocosa, adoptar posturas con pasos muy peculiares propios de la región, buscar el centro del escenario para entre juegos, bullas, risas y divertidos gritos, ir diseñando la manera de enrollar y desenrollar un espiral o caracol. Los instrumentos necesarios para su desarrollo musical son el violín, la guitarra, el cuatro y las maracas.
Cecilia Alcántara, animadora y cultora de la parroquia El Valle, quien interpretó a una bailarina andina, expresó sentirse orgullosa de poder demostrar por primera vez en un escenario el compromiso y entusiasmo que desde hace 6 años le viene dedicando a la Misión Cultura.
Luego vino la muestra explosiva de los tambores de Guatire. Esta tradición, de la que se tienen testimonios desde 1701, está en peligro de desaparecer, por lo que los trabajadores de Misión Cultura se han dado a la tarea de rescatarla y conservarla a partir de la práctica.
Esta tradición incluye hasta 15 bailes, con sus diferentes toques y coplas, lo que habla de una complejidad y una riqueza que, hasta el momento, había sido dejada de lado.
Una palmá, El Corozo o El Cachicamo son algunos de los toques y bailes que interpretaron los cultores de la Misión, quienes ataviados con el colorido de la cultura nacional se apoderaron del público, que supo responder al espectáculo con una merecida lluvia de aplausos.
La puesta en escena culminó con la celebración del nombramiento de la Burriquita como patrimonio cultural de la nación, efectuado este viernes en el Panteón Nacional con la presencia de más de 600 exponentes de esta manifestación.
Sumando Tradiciones supone un esfuerzo conjunto y también un proyecto común, pues quienes laboran en la Misión saben que sin cultura no hay patria y que el ámbito cultural es punta de lanza dentro de la férrea lucha que libra la Revolución junto al pueblo, en estos momentos coyunturales. La puesta es a revalorizar lo nuestro, pero dándole un sentido prospectivo y de identificación, que eche bases sólidas en el presente para sostenerse en el futuro.
“Me parece muy importante que se den este tipo de espacios y sobre todo que existan personas que se dediquen al rescate y sostenimiento de lo que somos. Sin cultura no podemos hacer nada y creo que es importante que esto se sostenga en el tiempo”, aseguró Zobeida Linares, quien se acercó desde la parroquia 23 de Enero.