En la sede del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) ubicado en Caño Amarillo, se llevó a cabo la primera jornada del Gabinete de Economía Cultural, sector Artesanía, Fotografía y Artes Visuales, con la presencia del ministro del Poder Popular para la Cultura, Freddy Ñáñez; la presidenta del Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio (lartes), Morella Jurado y otros participantes que instalaron varias mesas para ofrecer propuestas para la construcción de este nuevo modelo de economía para el país.
Texto: Alba Ciudad (Angie Vélez y Yehinmis Martínez)
Fotos: Prensa MPPC (Miguel Angel Pereira)
¿Por qué un foro de economía cultural? El ministro explicó que apunta a la idea de reunir por sectores al amplio país cultural con los procesos económicos y micro económicos. Además, apunta a pensarse desde la historia, ya que la Revolución Bolivariana en sus últimos tres núcleos, ha logrado revertir el carácter elitesco y privativo de las artes, convirtiendo la cultura en un derecho fundamental para la sociedad.
“Habría que ser demasiado mezquino para no reconocer que estos últimos tres núcleos han posibilitado que más personas accedan a los teatros, más personas accedan a la expresión artística en general, museo, librerías, bibliotecas, etcétera”, aseveró el ministro.
Explicó que esta segunda etapa de la economía cultural tiene entre sus objetivos visibilizar la labor de los cultores y artistas, creando mecanismos para que puedan auto-sustentarse con su trabajo; además de realizar un diagnostico para develar las carencias que tiene cada sector y así generar soluciones, propuestas y planteamientos que ayuden a la construcción del nuevo modelo socio-económico del país, ajustado a la Agenda Bolivariana y sus 14 motores.
Se busca que “los creadores puedan vivir de lo que hacen. Quizá, planteado así, es un tema hasta lógico, porque en la sociedad contemporánea el arte no sólo está devaluado desde el punto de vista de su factibilidad en la transformación de la sociedad; se le es considerado una actividad accesoria, una actividad que se hace después del trabajo”.
Explicó que el trabajo de la artesanía, desde el punto de vista económico, es condenado a ser visto como un oficio que está fuera de lo esencial y prioritario en nuestra sociedad. Por ello destaca la importancia de combatir ese aparente vicio propio de las sociedades tecnocráticas y consumistas, dominadas por un solo tipo mercado.
También proponen la necesidad de elaborar una teoría de la economía cultural y del arte, en los oficios artísticos como trabajos que producen riquezas simbólicas pero también riquezas materiales.
Ñáñez, colocó como ejemplo que una película no sólo produce 120 minutos de contenido, sino que hay un proceso económico múltiple que involucra distintos sectores de la sociedad. De esa manera impacta el Producto Interno Bruto de un país. Esto es lo que se busca con el área de las artes plásticas, artesanía, danza y literatura, “es parte de la transformación material de nuestro mundo y es parte de las dinámicas esenciales de nuestra economía”.
El ministro instó a reconocer al artista y al cultor como un trabajador para comenzar a reconocer sus derechos. Para ello, el estado venezolano debe sumarse al reconocimiento de sus capacidades productivas, su necesaria inversión en las dinámicas comerciales, del intercambio simbólico y material de nuestro mundo.
“Nosotros creemos que estamos en un momento para la construcción verdadera, para la construcción concreta del nuevo procedimiento en materia política cultural, que puedan sostener lo que hemos hecho en estos últimos tres lustros, porque definitivamente se tiene que pensar junto con el sector las nuevas políticas culturales que generarían -ahora sí- las posiciones para que los artistas puedan vivir de lo que hacen”, enfatizó.
Para Ñáñez este foro promueve a la innovación de lo que se debe resolver; es decir, cómo las artes plásticas pueden buscar las posibilidades de un mayor ingreso.
“No hay ninguna razón para pensar que un banco no pueda financiar un proyecto de artes plásticas o que un banco no pueda financiar una película independiente o pueda financiar la investigación de un intelectual, porque finalmente el trabajo productivo de estos sujetos es tan esencial, tan importante y tan sustentable como el panadero, el mecánico o cualquier comerciante. Hay que desprejuiciarnos y empezar a entender la economía cultural como algo muy anterior a los conceptos modernos de mercado y de cultura”, expresó Ñáñez.
Recordó que siempre los luthieres y los músicos fueron artesanos en los periodos clásicos, fue en el periodo del romanticismo cuando comenzaron a reconocerlos como sujetos aislados a la sociedad.
Asimismo, manifestó que la creación de este nuevo modelo es una gran responsabilidad. “Nosotros evitamos a toda costa hacerlo y diseñarlo de espalda a los sectores culturales, porque hubiese sido de alguna manera desperdiciar las posibilidades que tiene el tema de la economía cultural, no solo en cuanto a la construcción efectiva de una economía para nuestro sector, sino desperdiciar sobre todo la posibilidad de crear en conjunto nuevos procesos, nuevos métodos y nuevas ideas para la economía cultural venezolana”.
Investigaciones
Por su parte, Ñáñez invitó a las mesas de trabajo a añadir un tema que a su criterio es transversal en toda la economía “no solo cultural, sino a la economía nacional que esta despertando y tiene que crearse, que es la línea de investigación. Hemos investigado muy poco sobre el sector y nuestras posibilidades. En casi todos los foros, cuando nosotros evaluamos los resultados nos damos cuenta que hay un gentirismo interesante, pero nos llama la atención que no tengamos a estas alturas del partido, un conocimiento más científico de nuestro sector, de nuestras necesidades concretas”, expresó.
El Ministerio del Poder Popular para la Cultura, dentro de la Agenda Económica Bolivariana ha desplegado un temario para desarrollar a lo interno de los distintos sectores para plasmar las condiciones necesarias de forma que los artistas puedan trabajar de lo que hacen. Además para que sean considerados trabajadores, haciendo mejor cultura y a su vez sosteniendo la vocación social y de servicio que la Constitución Bolivariana le ha otorgado al ámbito cultural.
Entre los temas a tratar en las diferentes mesas de trabajo, estuvo la sustitución de la importación y lograr exportar los productos elaborados por las manos de nuestros artesanos. El saber qué puede aportar el sector petroquímico a las artes plásticas, esto en la mesa del acceso a las materias primas
Finalmente el ministro indicó que los venezolanos son capaces y emprendedores a salir adelante con un nuevo modelo de economía fuera del modelo rentista petrolero.