Con poemas, cantos, música y testimonios de quienes vivieron el Caracazo, fue estrenado este sábado en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, el documental 27: Yo me acuerdo, de la cineasta y documentalista Liliane Blaser, con una duración de 21 minutos, a propósito de los hechos que enlutaron a miles de familias venezolanas en febrero del 89.
Texto: Angie Vélez/Alba Ciudad
Este es un trabajo de revisitación del 27, enfocado en su primer trabajo, titulado Febrero 27: De la Concertación al Desconcierto, en el que Lucía Lamanna y Blaser trataron de mostrar en 28 minutos el contexto político e histórico del Caracazo. Así lo dio a conocer la misma cineasta, quien estuvo la mañana de este lunes en el Programa Somos Cine de Alba Ciudad 96.3 FM.
Este trabajo fue llevado a una escuela de Fe y Alegría donde fue tan impactante la reacción de los niños en edades comprendidas entre los 11 y 15 años, a los cuales le consultaron, que decidieron hacer un documental, el cual fue titulado La Otra mirada: Cómo vivimos el 27, estrenado en el año 1991. Éste también fue transmitido en la sala Ríos Reyna este sábado.
Blaser explicó que en agosto del 2015 comenzaron a buscar eso mismos niños que participaron en La otra mirada. Sólo consiguieron a dos: Ingrid Payares y Andrés Marcano. Éste último causó mucha emoción en el público presente en la sala cuando en el momento de transmisión del documental dijo: “cambiar el gobierno, o no tanto cambiar al gobierno, sino tratar de cambiar la forma de gobernar”.
Fueron incluidos en el nuevo documental Roxaida Marcos, a quien le asesinaron a su madre cuando tenía 17 años de edad, y Francisca León, a quien le asesinaron a su hijo de 14 años. Además, incluyó a un joven de 14 años, a quien lo colocaron a ver los documentales anteriores para que en el actual diera su opinión al respecto.
Este es el tercer trabajo de la documentalista Blaser reseñando los hechos del Caracazo, quien comentó que el título 27: Yo me acuerdo “es una provocación a quienes quieren que nos olvidemos del pasado y vivamos el presente eterno en una posmodernidad extraña, y que vivamos supuestamente un futuro hermoso que nos están prometiendo. Pero además es una necesidad del pueblo, porque el pueblo se va renovando y quienes no existían en ese momento ahora existen”.
En ese mismo sentido, explicó que el documental se realizó para sostener la fe y la fuerza para seguir luchando y mantener este proceso revolucionario.
Planes a futuro
Blaser tiene pensando un cuarto trabajo donde se piensa entrevistar a todas esas personas ya adultas del primer documental, pero esta vez enfocado al análisis de la historia. Por otra parte, informó que hará un documental sobre Palestina, en el cual tendrá mitad de testimonios judíos y la otra mitad palestina. Como adelanto informó que tiene varios judíos anti-sionistas entrevistados.
Además, tiene planificado realizar otro documental, este trata de Europa, titulado “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (el capital, la guerra, el hambre y la ecología).
Liliane no dará descanso a sus proyecto y se sigue proyectando hacia Venezuela, con un documental que trata sobre la historia de las luchas venezolanas de raíces, “porque hay ciertos momentos en el que uno siente que el poder constituido y el poder constituyente entran en conflicto, en una revolución no debería ser así, pero sabemos que la historia es como es”.
Cómo vivió el 27
Para Blaser fue una sorpresa los hechos del 27 de Febrero de 1989. Comentó que, cuando iniciaron las protestas en las calles ella se encontraba dando clases, Fue el 28 cuando decidió salir a grabar y a tomar fotos junto a su compañera Lamanna.
“Llegó un momento en que ya las entrevistas, las grabaciones se volvían más graves. Sobre todo recuerdo en el Pérez de León ahí en Petare, viendo a las mujeres buscando a su hijo en una lista, buscando a su esposo, a su hermano, quien sabe qué, que me sentí bastante mal grabando; yo decía: pero bueno, ¿y que hago yo aquí con esta cámara ante un dolor humano tan increíble? Ese día decidí que tenía que ser una película, que no era una grabación ahí para verla, para guardar en un archivo, sino que había que hacer una película”, expresó Blaser.
Finalmente la documentalista agregó que el cine tiene que ser testimonio, esperanza y lucha.