El ministro del Poder Popular para la Cultura, Reinaldo Iturriza, escribe un breve artículo con cinco puntos en torno a las recientes elecciones del PSUV y la guerra económica, comenzando con una comparación entre el impacto producido por el video viral de Vanessa Senior reclamando en un local de Farmatodo, en comparación con el video viral de Esteban, un niño de 4 años que lloró desconsoladamente en 2012 cuando su tío le informó que Chávez ganó las elecciones de aquel año: ambos videos publicados por opositores horas después de grandes victorias del chavismo, y en su opinión “esta reacción puede interpretarse como el desesperado intento de una parte del antichavismo, acaso el más fanatizado, para encontrar sentido en medio del desconcierto, independientemente de la motivación de quienes grabaron los videos”. Le invitamos a leerlo.
Texto: Reinaldo Iturriza
- El impacto que ha tenido el video de una mujer reclamando en un establecimiento comercial porque no puede comprar una cantidad equis de tubos de crema dental, equivale al que produjo el video de Esteban, un niño de unos cuatro años, que llora desconsoladamente cuando su tío le informa que ha ganado Chávez. Ambos se hicieron virales inmediatamente después de contiendas electorales: primarias del PSUV del 28 de junio de 2015 y presidenciales del 7 de octubre de 2012, respectivamente. Esta reacción puede interpretarse como el desesperado intento de una parte del antichavismo, acaso el más fanatizado, para encontrar sentido en medio del desconcierto, independientemente de la motivación de quienes grabaron los videos. Ambos ilustran el patetismo de la derrota, y nos demuestran cómo la incultura política se expresa inevitablemente como estupidez, haciendo daño a quienes amamos o humillando al otro, no importando en lo absoluto si éste es responsable de la propia desgracia. El video de octubre de 2012 fue publicado cuando la mayoría del pueblo venezolano aún celebraba la victoria electoral, y sin embargo pretende encarnar la tristeza popular. En el video más reciente, la mujer que reclama airadamente encarnaría la lucha contra la pasividad ciudadana, justo cuando el chavismo acaba de movilizarse por millones, dando una lección política a quienes lo consideraban desmoralizado, una fuerza inerte.
- El chavismo que acaba de movilizarse por millones ha dado una lección política a quienes lo consideraban desmoralizado. Tal es la clave de lo acontecido hace un par de domingos. Todo lo demás es secundario.
- Contra el intento oligárquico de despolitizar el conflicto a través de la guerra económica, el chavismo ha respondido políticamente, movilizándose como un aluvión hacia los centros electorales, y en algunos casos haciendo colas hasta la madrugada. Un dato que nos ofrece otra oportunidad para revisar nuestra noción, muchas veces simplista, de lo electoral. Para el chavismo, lo electoral no es un mal necesario, un trámite indeseable que debe cumplir para que prevalezca la democracia. Lo electoral está en la base de la democracia chavista, lo que no implica hacer una concesión a la democracia burguesa, sino subvertirla permanentemente. El chavismo se toma muy en serio la posibilidad de decidir, y esta posibilidad la festeja como sólo se festejan las fiestas más animadas. En la “fiesta electoral” que organizaba cada cinco años la vieja clase política sólo celebraba una minoría. Para el chavismo, lo electoral es una fiesta popular.
- El chavismo ha respondido políticamente, lo que nos exige revisar nuestros presupuestos sobre la despolitización popular. Estamos obligados a indagar cuánto de eso que interpretamos como despolitización no es en realidad desconexión popular con lo político formal: con el conjunto de instituciones que estarían llamadas a funcionar de acuerdo a los intereses populares.
- El clima que se respiraba en las colas de votación era el de un pueblo que no está dispuesto a dejarse vencer en las colas para comprar alimentos. El pueblo desea luchar. Nosotros deseamos luchar.