En una entrevista con Txema Gutiérrez, del circuito radial Onda Vasca (de Euskadi, España), el ministro del poder popular para la Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas, resaltó las particularidades de la cultura venezolana y el nacionalismo identitario que existe en nuestro país, distinto al que se suele ver en naciones europeas y que se refuerza en momentos como éste, cuando circula una campaña antivenezolana.
Texto: Alba Ciudad (LBR)
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En la entrevista, Gutiérrez y Villegas conversaron sobre la Casona Cultural Aquiles Nazoa, en Caracas, los visitantes que ha tenido y la utilidad que tiene hoy. El entrevistador mostró curiosidad por el Credo de Aquiles Nazoa, que aparece en una de las paredes de La Casona, y por la frase “Creo en los poderes creadores del pueblo”.
El ministro Villegas resaltó que gracias al constituyente Gustavo Pereira, esa expresión está incluida en el preámbulo de la Constitución venezolana de 1999. “El invocar los poderes creadores del pueblo de manera constante nos ha permitido superar adversidades de toda índole. Confiamos plenamente en las capacidades de creación de nuestro pueblo”, dijo. Citó a Simón Rodríguez y su frase: “O inventamos o erramos”, y señaló que la inventiva popular ha servido en etapas de resistencia y de ofensiva.
“Nosotros decimos que el pueblo es la cultura. Al lado de la creación de los artistas consagrados, o los artistas reconocidos por el mercado, hay una creación artística popular, muchas veces anónima, que pasa de generación en generación en forma de saberes y haceres, que tiene un protagonismo muy importante para la República Bolivariana de Venezuela”.
Qué es la cultura
Recordó que, en Venezuela, se considera que “la cultura es todo aquello que el ser humano realiza en relación con otros seres humanos y el planeta, el mundo, el universo al que pertenecemos. Toda creación cultural, desde la manera en que nos organizamos para producir, para reproducirnos, para amarnos, incluso para hacer la guerra, lamentablemente; todo eso forma parte de la cultura”.
“Cuando rompes esa mirada exclusivamente concentrada en el arte y miras el hacer humano como parte de la cultura, encuentras unos motivos adicionales para llevar adelante el cometido de una humana humanidad y de apelar a los poderes creadores del pueblo”.
Consideró que “una desviación es considerar que la cultura es aquello que el mercado determina que es cultura, o que es valioso. Pero resulta que, al lado de las consideraciones mercantilistas que confunden el arte o la creación con mercancía, hay un proceso cultural inmenso que se da”.
En contra de los supremacismos
Destacó el ministro de cultura venezolano que a los venezolanos “nos inspira, por ejemplo, Alí Primera, que cantó invitando a la construcción de ‘una humana humanidad’. Y ese concepto nos acompaña en un tiempo de deshumanización de las políticas públicas, de las relaciones sociales y humanas, de la tecnología” que ocurre en muchos lugares del mundo. “Es muy importante recordarnos el carácter humano de la especie a la que pertenecemos, sin distingo de clases sociales, de adscripciones ideológicas, de proveniencias étnicas o de credos religiosos. Nosotros no creemos en los supremacismos“.
“Yo tengo una tesis: Si la naturaleza —o Dios, para los que son creyentes— hubiera deseado que una parte de la humanidad fuese superior a otra, le hubiese bastado con colocar unos cromosomas adicionales para impedir el cruce entre los superiores e inferiores. Pero no. Al permitirnos que nos crucemos entre todas las etnias de esta misma especie humana, eso quiere decir que todos somos exactamente iguales, y que no cabe ningún supremacismo entre nosotros”.
Sincretismo
Explica que el calendario festivo venezolano es muy sincrético (término que se refiere a la fusión de dos o más tradiciones culturales), porque se alimenta de la Iglesia Católica, pero está impregnado de las raíces indígenas y africanas.
Dio como ejemplo las fiestas de San Juan Bautista, que en Venezuela son sinónimo de tambor y de África, en medio del contexto cultural religioso católico. “Ese es el gran momento de nuestros pueblos afrodescendientes; esas manifestaciones de San Juan las vemos más desde una mirada cultural que estrictamente religiosas”, por lo que se le da protagonismo al tamborero, a la mujer que se dedica a enseñar el baile, “a recordar al África sufriente de sus abuelos, que fueron secuestrados y traídos a América en contra de su voluntad, (y que) está latiendo de alguna manera en ese tambor que suena y en esa cadera que se quiebra”.
“Todo ese relato es mucho más rico que aquel que circunscribe la cultura a unas frías salas de museo, que hay que tenerlas, mantenerlas y promoverlas, pero tienen que ser equilibradas con respecto a estas otras expresiones de la cultura, que son muy valiosas y son las que nos dan identidad”.
Nacionalismo
Villegas fue interrogado por Txema Gutiérrez sobre el nacionalismo en Venezuela, término que en España y otros países suele ser mal visto por el uso que dictaduras y gobiernos de derecha le dieron para imponerse sobre otros pueblos e intentar eliminar tradiciones e idiomas de las diferentes regiones. De hecho, Francisco Franco intentó eliminar el idioma euskera y las tradiciones vascas durante su dictadura entre 1936 y 1975.
Al respecto, Villegas acotó: “El nuestro no es un nacionalismo supremacista, ni excluyente ni discriminador. Nos sentimos venezolanos, pero también nos sentimos nuestroamericanos, nos sentimos latinoamericanos, abrimos las puertas de nuestras casas a todos los pueblos del mundo. Venezuela ha sido un país muy solidario en distintas épocas”. Enfatizó que “no existe en Venezuela un sentimiento xenófobo con respecto a otras nacionalidades”.
Campaña de xenofobia contra Venezuela
Sin embargo, resaltó que existe una campaña internacional contra Chávez, contra el chavismo y ahora contra el Presidente Nicolás Maduro y la revolución bolivariana, la cual “tiene una carga antivenezolana muy grande, lamentablemente. Y se ha visto en estas expresiones de xenofobia contra todos los venezolanos pobres” pues hay un componente social y de clasismo, denominado aporofobia.
“Cuando un país es sometido a una campaña que le pretende arrebatar sus rasgos identitarios, nuestro orgullo por la venezolanidad se reafirma como respuesta”. Negó que fuera chovinismo, sino “un nacionalismo identitario en defensa propia, porque si no lo hacemos nos barren”.
“Cuando te metes con la dignidad de un pueblo, te puedes topar con un enemigo inesperado; con un adversario indestructible. Porque la dignidad de un pueblo no se mide en divisas, en monedas o en lingotes”. enfatizó el ministro de cultura venezolano. “No nos creemos más que nadie, pero tampoco menos, que es lo que lamentablemente intentan establecer como una norma, tratando de convertir la palabra ‘venezolano’ o la palabra ‘Venezuela’ en una mala palabra”.
“¡Tenemos que defender nuestra historia, el legado de Bolívar!”, enfatizó. Aprovechó para saludar de forma afectuosa a la puebla de Bolívar, en Vizcaya, País Vasco, de donde proceden los antepasados del Libertador Simón Bolívar.
“El proyecto nacional venezolano hay que defenderlo, y eso pasa por la identidad territorial, pero también por la identidad cultural y espiritual de una nación. No aceptamos que nos usen como un mal ejemplo en el mundo”.
Potencia musical
Interrogado por Gutiérrez sobre una gran fortaleza cultural de Venezuela qué recomendar a sus oyentes, Villegas eligió la música. “Tenemos unas fortalezas en el campo de la música, que habría que ser muy mezquinos para negarlas. No somos chovinistas. Defendemos nuestras músicas, cantos, bailes, ritmos y danzas de raíz tradicional venezolana. Defendemos nuestra música de origen africano que trajeron nuestros abuelos esclavizados. Defendemos los ritmos de nuestros abuelos indígenas y defendemos el aporte cultural de nuestros abuelos y hermanos europeos, y eso ha dado como resultado una cosa maravillosa en el campo de la música”.
Citó, por ejemplo, a las y los niños de El Sistema de Orquestas. “Hay muchas músicas, por lo que procuramos pluralizar el concepto”.
También hizo énfasis en la diversidad cultural que se vive en Venezuela. “Nosotros somos una mina de diversidad cultural, y respetamos a todos los pueblos del mundo y a todas las culturas. Queremos dialogar con todas esas culturas, en pie de igualdad, sin supremacismos de ninguna naturaleza, porque entendemos que somos de una misma especie humana y luchamos porque esa especie deje de canibalizarse y podamos asistir a un tiempo de una humana humanidad, construida entre todos y todas con respecto a la diversidad”, dijo para concluir.