El Gobierno de Calle continúa consolidando el Poder Popular en cada rincón de Venezuela

A una semana de haber sido electo por la mayoría del pueblo venezolano, el Presidente Nicolás Maduro Moros inició el Gobierno de Eficiencia en la Calle desde el 25 de abril de 2013, para detectar directamente las necesidades del pueblo y así darles una solución inmediata. Con un tren ministerial renovado, arrancó esta novedosa forma de llevar el Gobierno Nacional al pueblo, con el apoyo de gobernadores, alcaldes y comunidades organizadas.

Maduro inició esta manera de gobierno para atender prioritariamente las áreas de salud, educación, vivienda, poder popular y seguridad. En alocución por Venezolana de Televisión del día miércoles 17 de abril del presente año, el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, reiteró que su Gobierno trabajará en función del plan de la patria, diseñado y elaborado por el comandante supremo Hugo Chávez Frías, que tiene cinco objetivos estratégicos: defender, expandir y consolidar la Independencia Nacional; continuar con la construcción del socialismo bolivariano del siglo XXI; convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político; contribuir con el desarrollo de una nueva geopolítica internacional y por último preservar la vida en el planeta para salvar a la especie humana.

La cultura no se queda atrás

Con el lanzamiento del Gobierno de Eficiencia en la Calle, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura tomó la Eficiencia como bandera en su gestión y aprovechó cada espacio en las comunidades visitadas. Es así que en cada estado visitado se fueron constituyendo los Consejos Estadales de Cultura para que se articulasen con los Gabinetes Estadales de Cultura.

Con la moral a mil, el entonces Ministro de Cultura Pedro Calzadilla, en marzo de 2013 enfatizaba que “los Consejos Estadales de Cultura no vienen a sustituir otras instancias, sino por el contrario, impulsarán iniciativas y abrirán espacios para la participación del pueblo”.

Pedro Calzadilla, ministro de Cultura a comienzos de este año (Foto: Archivo/Correo del Orinoco)

Luego de que el dignatario venezolano, Nicolás Maduro, fuese elegido presidente por el pueblo venezolano el 14 de abril, designó en la cartera de Cultura al músico y profesor universitario Fidel Barbarito. Como un impulso de la nueva gestión revolucionaria, el ministro Barbarito destacó la implementación del plan Cultura para Vivir la Patria, siendo éste una iniciativa política de trabajo conjunto del gobierno revolucionario, en el marco del Plan de la Patria, destinada al acompañamiento cultural en los nuevos urbanismos, que articula y unifica las distintas fortalezas del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y sus entes adscritos.

Fidel Barbarito (Archivo)

El carácter dinámico y flexible del plan Cultura para Vivir la Patria, permite ajustar su aplicación, de acuerdo a la realidad y especificidad de cada zona de abordaje, urbanismo o ámbito de acción.

Líneas de trabajo del Plan Cultura para Vivir la Patria

• Sensibilización comunitaria e interacción inicial: Genera un acercamiento e interacción con los líderes comunitarios para la sensibilización en torno a los propósitos y objetivos del plan Cultura para Vivir la Patria.
• Diagnóstico y planificación cultural comunitaria: Permitirá la caracterización y diagnóstico en conjunto con la comunidad, identificando las fortalezas, potencialidades y debilidades sociales, culturales y políticas, a fin de construir la planificación y la justa distribución de recursos (financieros y no financieros), para el desarrollo de la acción cultural en el entorno de la comunidad.
• Creación y construcción teórico-practica: Es el ejercicio permanente de la transformación de la cotidianidad a través de espacios de reflexión y praxis ideológica, filosófica y política, donde la comunidad construye la nueva simbología de la liberación cultural.
• Declaración de libertad por la defensa de la Patria: Presenta el resultado del proceso de organización de la comunidad, alcanzando a través del ejercicio protagónico de la política y del arte, asumiendo una nueva cultura participativa.