Este jueves 23 de junio, el Museo Arturo Michelena (MAM) inaugurará en la Sala 6 la nueva exposición “Robo – Prehispánico”, del artista caraqueño Gedguol Álvarez.
Texto y Foto: Prensa FMN
Es por ello, que la invitación es para todos a asistir a este evento que tendrá lugar a las 11:00 am en este espacio cultural, de la Fundación Museos Nacionales (FMN), ubicado en la esquina de Urapal, N°82. La Pastora, Caracas.
Es de subrayar que se solicitará el uso obligatorio de tapabocas, así como evitar aglomeraciones y el distanciamiento entre los asistentes.
Con la curaduría e investigación de Abraham Fernández, “Robo – Prehispánico” es el producto de la exploración de este emergente artista en el uso de materiales como el papel reciclado y el autofraguado, cuyo resultado es un trabajo lleno de reminiscencias y aprendizajes producido en la etapa de confinamiento derivado a la pandemia por la Covid-19.
En este trabajo plástico, Álvarez, a quien se le puede seguir en sus redes sociales ( Instagram: @Gedguol, Twitter: Gedguol2 y Facebook: Gedguol), se toma la libertad de expresar sus inquietudes a través de la reinterpretación de la cerámica valenciode combinándolas con la estética de los robots protagonistas del animé (dibujos animados japoneses).
“Gedguol tiene tiempo trabajando con el tema de las máscaras. Al incluir la variante de robots manejados por humanos, su propuesta se nutre de elementos y experiencias de su infancia enriqueciendo conceptos estéticos trabajados anteriormente”, resalta el texto curatorial de Fernández.
Con ello, el artista encuentra puntos de similitud entre dos estéticas que parecen muy dispares y lejanas, logrando paralelismos entre la modernidad y lo tradicional-ancestral de los indígenas venezolanos.
Los trabajos están realizados en papel impreso reciclado los cuales “proporcionan ‘incisiones” y puntadas a semejanzas de las decoraciones con que los antiguos habitantes de la zona del Lago de Valencia aplicaban sus figuras. “Las palabras sueltas y párrafos incompletos o cortados, fungen a su vez de pedimentos y rituales de protección que los pueblos originarios solicitaban a las fuerzas de la naturaleza y a sus deidades para el cuidado de todos”, reza el escrito.
Entretanto, en las máscaras de arena, arcilla y resinas, predominan los rasgos exagerados y algunos con expresiones grotescas, que mantienen una impresionante similitud con los tótems, cuya finalidad es alejar malos espíritus y augurios. Además las figurinas y los robots se integran cada uno a su contexto donde revelan la antiquísima necesidad de protección, así como de consuelo ante poderes y peligros mayores a nuestras fuerzas y posibilidades.