La agenda provisional de la decimocuarta reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial resultó adoptada con 24 puntos a discutir, según el orden del día expuesto por el secretario de la Convención, Tim Curtis. La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, quien llega a Bogotá después de visitar la ciudad de La Habana, estuvo presente en el inicio del acto de apertura.
Texto: Prensa CDC
Este importante encuentro que, por primera vez, se realiza en América Latina, cuenta con un total de 1.300 personas inscritas y 138 países participantes. Venezuela está presente a través del Centro de la Diversidad Cultural, fundación adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Su presidente, Benito Irady, y el coordinador de la Oficina de Enlace con la Unesco, George Amaiz, ocuparon desde muy temprano los puestos reservados a nuestro país en el Centro de Convenciones Ágora de la capital colombiana.
El día martes 10, en horas de la mañana serán examinados los informes de los Estados miembro sobre el estado actual de los elementos inscritos en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas de Salvaguardia Urgente. En este caso, Venezuela participa con el primer informe periódico sobre la “Tradición Oral del pueblo Mapoyo y sus referentes simbólicos en el territorio ancestral”, entregado desde el pasado año a la Secretaria del Comité en la ciudad de París.
Acto seguido, se inicia en horas de la tarde del martes y hasta el día jueves 12, el análisis a las nominaciones que aspiran formar parte de las Listas en 2019. Se estiman 12 minutos de promedio para el examen a cada candidatura. Nuestro país participa con la presentación del “Programa biocultural para la salvaguardia de la tradición de la Palma Bendita en Venezuela”.
En el acto de instalación tomó la palabra la ministra de Cultura de la República de Colombia, Carmen Vásquez, quien señaló que durante los seis días previstos de diálogos y debates saldrán fortalecidos cada uno de los países presentes, considerando que el patrimonio cultural que se transmite de generación en generación, trasciende fronteras y se ha logrado reconocer la diversidad de los territorios y apostar por su salvaguardia.