Maduro crecido en entrevista insidiosa

Al contrario de los comentarios, opiniones y análisis críticos aparecidos en distintos medios de comunicación vinculados a la derecha internacional, sobre el comportamiento que se esperaba del presidente de la República, Nicolás Maduro, durante la entrevista que le realizara el periodista español Jordi Évole en el Palacio de Miraflores, el jefe del Estado en todo momento respondió de manera segura y asertiva las interrogantes de un comunicador que en su propio país ha sido descrito como un amante de las preguntas manipuladas y capciosas.

Texto: Ciudad Caracas (Reinaldo Linarez Acosta)

De entrada, el jefe del Estado apeló al sentido del humor para expresarle a Évole, considerando su fama de periodista incisivo, que “yo voy a tratar de contestar todo”, y en tono sarcástico y entre risas le dijo que si preguntaba mucho, éste no iba a salir corriendo de Miraflores, sino “esposado”, una suerte de respuesta subliminal para aquellos que con frecuencia lo tildan de autoritario y dictador.

Maduro reconoció sin ningún tipo de evasivas la crisis que hay en el país, y explicó de manera precisa los distintos factores, tanto internos como externos, que han provocado esta situación, entre ellos el bloqueo financiero planificado desde Estados Unidos, la abrupta caída en los precios del petróleo y la aplicación de un tipo de cambio monetario ilegal, a través de una página web, lo que ha traído como consecuencia –explicó– un proceso especulativo en la venta de todo tipo de productos, incluso aquellos que se elaboran íntegramente con materia prima nacional, y en consecuencia, no requieren de ningún tipo de insumos en dólares.

En el encuentro con Évole, el mandatario venezolano mantuvo su discurso comprometido con las clases populares al hablar de las bolsas de comida que se reparten a través de los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), y sostuvo que esta figura no constituye una simple dádiva, sino un mecanismo para fortalecer el proceso de organización popular y el desarrollo de un modelo productivo propio, lejos de la dependencia casi exclusiva del petróleo que ha caracterizado al país durante un siglo.

Al indagar el entrevistador sobre la escasez de medicamentos en el país, Maduro recurrió de nuevo al recurso del sarcasmo, al acotar que las medicinas venezolanas se pueden conseguir sin dificultad en los anaqueles, pero de algunas ciudades de la vecina Colombia e incluso en Puerto Rico, en clara alusión al contrabando de extracción que se ha generado sobre este importante rubro.

 Semejanzas y diferencias con Rajoy

En un segmento de la entrevista, Évole trató de acorralar a Maduro al compararlo con su homólogo español, Mariano Rajoy, en el sentido de que ambos mandatarios rechazaban el que en la entrevista solo le hiciesen preguntas sobre las fallas de sus respectivos gobiernos ante los problemas.

La respuesta de Maduro fue irónica y sorpresiva a la vez. Primero dijo: “somos muy parecidos Rajoy y yo”, para luego rematar con lo siguiente: “no cerramos los ojos frente a la realidad, yo no soy un hombre del Ibex 35, no vengo de las élites, no soy de la supremacía blanca imperial, sé lo que es la realidad de un trabajador, de un hogar obrero”.

 Combatir la corrupción: Un reto

El jefe del Estado tampoco eludió el tema de la corrupción, y al respecto reconoció que en algún momento funcionarios de su gobierno, algunos desconocidos y otros de su confianza, experimentaron “un aflojamiento de los resortes éticos y morales”.

En todo caso, insistió sobre este punto que la corrupción constituye un acto de traición a la Revolución Bolivariana, al socialismo y a la confianza de un pueblo.

Expresó además con franqueza que no está conforme con lo que ha logrado hasta ahora su gobierno, y que se pueden obtener aun mejores resultados, en especial el tema económico y todo lo que ello implica.

Los distintos tipos de dictadura

Uno de los momentos más tensos de la entrevista fue cuando Évole reprodujo parte de una intervención del Presidente, en la que señalaba de manera enérgica que si tendría que convertirse en dictador para combatir la especulación y el sobreprecio en los alimentos no dudaría en hacerlo.

Al respecto, Maduro no dudó en comentar que a través de la figura de poderes especiales llevaría a la cárcel a aquellas personas que insistan en incurrir en delitos contra el derecho de los ciudadanos de adquirir alimentos a precios justos.

El Jefe de Estado, señaló que en el mundo existen y han existido distintos tipos de dictaduras, y como ejemplo describió el sometimiento de la corona española a los pueblos aborígenes de América, que además trajo consigo por siglos la esclavitud, la falta de acceso de medios de comunicación en la nación y negarle el derecho al pueblo a la salud, a la alimentación y a la educación.

También se refirió a la situación que se vivió en Venezuela durante la llamada cuarta República, en la que los estudiantes eran perseguidos, torturados y asesinados por tener ideas políticas distintas a los gobiernos de turno.

El presidente venezolano no parece ser un dictador

Luego de realizar el pasado 31 de octubre la entrevista al presidente de la República, Nicolás Maduro, Jordi Évole fue invitado a un programa radial conducido por la periodista Shirley Varnagy, de marcada tendencia opositora, para conocer sus impresiones sobre los aspectos más relevantes de la personalidad del mandatario.

El momento crucial entre Varnagy y Évole fue cuando ésta le preguntó si consideraba a Maduro un dictador, tomando en cuenta que varios gobiernos del continente y del mundo lo han calificado así.

El colega respondió de manera contundente: “no creo que sea un dictador, hay que tener mucho cuidado cuando se usa el término dictadura. He visto por las calles de Caracas paredes con escritos “tenemos hambre” o carteles de apoyo a Leopoldo. En un régimen dictatorial eso no se permitiría, y en Caracas he visto eso”.

Ante la sorpresiva respuesta, Varnagy insistió en formular preguntas tendientes a que se mostrara una imagen negativa del jefe del Estado.

Évole, que en ningún caso se puede considerar simpatizante del chavismo, fue franco al señalar que consideraba al mandatario venezolano como una persona “simpática y agradable”.

Igualmente ofreció en el mismo programa un dato interesante, y es que las personas con las que pudo tener contacto en las zonas populares de Caracas le afirmaban que a pesar de estar pasándolo muy mal, jamás iban a votar por la oposición venezolana.

“Yo pude pasear sobre todo por barrios populares de Caracas, por barrios humildes, con gente que la pasa muy mal, y a pesar de pasarlo muy mal, esa misma gente me decía que nunca se vería votando por la oposición”, acotó.

Resaltó además que “había mucha gente en esos barrios humildes, que por mala que fuese su situación, me decía que jamás iba a votar a la oposición venezolana. Algún problema de verdad tendrá la oposición venezolana, cuando no consigue, ni en una situación así, llegar a ese tipo de electorado”.

El comunicador hispano también se refirió al elevado grado de conocimiento y conciencia política adquirido por el pueblo venezolano, luego de entablar conversaciones con distintas personas.

“Es muy gratificante como periodista pasear por Caracas y encontrar a mucha gente con criterio político muy bien elaborado, eso no pasa en todos los sitios, y hay que reconocérselo al pueblo venezolano”, reconoció.

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