El representante permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas, Samuel Moncada, presentó este jueves una carta enviada al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en la que expresa el rechazo del Gobierno Bolivariano a las reiteradas declaraciones parcializadas de su portavoz sobre el despliegue militar estadounidense frente a costas venezolanas.
Texto: Telesur y Alba Ciudad
La carta denuncia la inacción por parte del titular del organismo sobre el tema, la cual expresa ha sido notificado en varias ocasiones de manera privada sobre estas actitudes. El funcionario venezolano declaró que la carta busca hacer pública la denuncia «con la esperanza de que se ponga fin de una vez por todas a esta práctica».
La carta rechaza los comentarios realizados este jueves por el portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, quien hizo un “llamado a la distensión de la situación”, dirigido sorpresivamente a Estados Unidos y Venezuela.
Venezuela considera este llamado “una grave desfiguración de los hechos y una equiparación inmoral entre el agresor y la víctima”, e indica que son “comentarios sesgados (…) a la hora de abordar cuestiones relativas a la escalada de la situación frente a las costas de Venezuela, como resultado del creciente despliegue militar estadounidense en el mar Caribe y la perpetración de ejecuciones extrajudiciales en aguas internacionales”.
Moncada subrayó que no es Venezuela quien realiza maniobras provocadoras cerca del territorio estadounidense, ni quien despliega submarinos nucleares, portaaviones o bombarderos estratégicos. Tampoco es Venezuela quien ha ejecutado ataques aéreos contra embarcaciones civiles, con un saldo de aproximadamente 70 víctimas en aguas internacionales.
Las acciones de defensa realizadas dentro del propio territorio venezolano en respuesta ante una amenaza “extranjera explícita e inminente”, es un derecho que poseen en virtud de la Carta de las Naciones Unidas, señaló el representante venezolano. Esos ejercicios no pueden ser comparados con los de carácter ofensivo llevados a cabo por los Estados Unidos, por lo que no es la República de Venezuela la que agrava la situación en la región.
Moncada afirmó que poner en paridad ambas naciones equivale a respaldar la agresión en curso de Estados Unidos contra Venezuela, que busca fabricar un conflicto; y cuestionar la preparación defensiva llevada a cabo por el gobierno venezolano dentro de sus fronteras.
Las reiteradas declaraciones del portavoz sobre las agresiones reflejan un firme patrón en el que ignora la verdadera situación sobre el terreno, que son “las acciones ilegales y coercitivas del gobierno de los Estados Unidos de América, como parte de un ejercicio destinado a destruir nuestra forma republicana de gobierno e imponer un régimen títere”.
Según señala la misiva, las declaraciones son una violación del artículo 100 de la Carta de las Naciones Unidas, «al abandonar peligrosamente la neutralidad, la imparcialidad y el rigor que se espera de un funcionario internacional». El llamado a una «distensión de la situación» por parte del portavoz del secretario general de la ONU es un incumplimiento a su deber de defender los principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, en específico, el que refiere a la prohibición del uso o la amenaza del uso de la fuerza contra la integridad e independencia política de cualquier territorio.
La carta hace un llamado a tomar medidas inmediatas y públicas en orden de “aclarar la situación, identificando sin ambigüedades la fuente de la escalada y condenando el provocativo despliegue militar estadounidense en el Caribe, frente a las costas de Venezuela”.
La misiva también llama a «exhortar al gobierno de los Estados Unidos de América a retirar de manera inmediata sus activos militares de la región, que cese sus amenazas de uso de la fuerzas contra Venezuela y sus políticas de ejecuciones extrajudiciales, y que asuma la diplomacia y la cooperación como la única vía para tratar asuntos de contención».
Por último, el representante venezolano convoca a garantizar que las próximas declaraciones del portavoz sean imparciales sin equiparar “a la víctima de la agresión con el agresor”. Samuel Moncada señaló al cierre de la misiva, que este asunto “tiene que ver directamente con la preservación de la integridad, la neutralidad y la independencia de las Naciones Unidas como organización internacional”.

