Reflexiones sobre los Diablos de Naiguatá en el Museo de Bellas Artes por Gabriel Pinto

Esta noticia fue publicada hace mucho tiempo

Usted está leyendo una publicación de nuestros archivos de noticias, hecha hace 1 año. Cerciórece siempre de la fecha de publicación de una noticia y no permita que personas inescrupulosas la hagan pasar como actual.

Foto: FMN

Como una actividad paralela a la exposición Retratos y patrones de los diablos de Naiguatá de Gabriel Pinto, artista del mes del Museo de Bellas Artes, se llevó a cabo una charla a cargo del propio artista que permitió la reflexión acerca de distintos aspectos de esta tradición venezolana.

Texto y Foto: FMN

Pinto, en su discurso hizo un recorrido por todo el territorio explicando las variantes de esta manifestación dependiendo del origen y la zona como Yare, Miranda;  Tinaquiillo, Cojedes; Patanemo, Carabobo; Cuyagua, Aragua y San Rafael de Orituco, Guárico, entre muchos otros, aproximadamente más de once cofradías.
Luego se enfocó en los Diablos Danzantes de Naiguatá,  en el estado Vargas. Habló del devenir del tiempo y cómo fueron desarrollando una identidad propia a través de diversos elementos como las máscaras que primero fueron fundamentalmente zoomorfas hechas de barro, luego se hicieron con papel y posteriormente, se incorporó el alambre en las estructuras.

El significado del vestuario pintado a mano en una tela absolutamente blanca fue otro punto abordado, ya que a través de éste se pueden comprender muchos mensajes. Refirió los círculos pintados en las telas que son portales por si se presenta el diablo se vaya por ellos.

Igualmente, ofreció detalles sobre el significado de los velos que le cubren el rostro a los diablos, de las cintas y las protecciones como el cinturón o campanario, entre otros accesorios.

Foto: FMN

Enfatizó que a partir de 1960 las mujeres se involucraron en esta manifestación, siendo años más adelante que su papel fue totalmente activo: “antes le daban la promesa al diablo y luego ellas mismas podían danzar para cumplirlas”.

Explicó que con la incorporación de los niños y las mujeres los Diablos de Naiguatá no sólo crecieron en número sino que se fortalecieron las raíces para que esta importante tradición religiosa perdure en el tiempo.

“Dentro de las tradiciones también son necesarios los cambios, el hecho de que cada quien cómo individuo pueda aportar”, argumentó.

Luego de un ameno rato donde los participantes estuvieron inmersos en el universo del diablo mayor, diablos y devotos, Pinto mostró una de sus fotografías impresa en la suerte de tul que utilizó e interactúo con los presentes, reiterándoles que les dió este formato a sus fotografías de los Diablos de Naiguatá para transmitir la sensación de ver a los diablos desde su visión, desde las mallas y viceversa.

Suscribirse
Notificar en
guest

0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios