Guatire despidió con aplausos al músico Néstor Blanco, uno de los fundadores de Un, Dos, Tres y Fuera

Néstor Blanco, el tercero de izquierda a derecha, junto al resto de la agrupación

Este lunes se conoció el fallecimiento de Néstor Blanco, quien en vida “fue un genio de la música popular venezolana y un tremendo innovador, que se atrevió a romper el molde del folclore con su agrupación Un, Dos, Tres y Fuera”, según informó el sitio web Café Atlántico.


Texto: Café Atlántico (Eduardo Parra Istúriz) y Lil Rodríguez

Néstor Blanco fue, como casi todos los grandes músicos de la tradición, un hombre esencialmente humilde y populachero. No era raro encontrarlo en las celebraciones del pueblo de Guatire,cercano a Caracas, en donde residía desde 1971, cuando una ola lo movió hasta allí desde Cantaura, en el oriental estado Anzoátegui.

Pero Néstor tampoco era de allá; había nacido en la capital de Delta Amacuro, Tucupita, en un tiempo en que ese territorio estaba aun más abandonado y olvidado que hoy. De su pueblo natal, en pleno delta del Orinoco, salió junto con su hermano Eudis, a descubrir y a fundar, hasta que se quedó en el pueblo guatireño.

 

En Guatire es donde se define su misión como músico, donde se convierte en un estupendo baterista, en un genio de la dirección musical, es allí donde lega para su hijo Néstor Blanco Caldera el talento musical (es profesor de contrabajo); pero también ¡Ay!, en Guatire se hizo leyenda al trascender.

¡Un, dos, tres y fuera!

La frase “Un, Dos, Tres y Fuera” es una forma muy divertida de dar inicio a las carreras cuando somos niños. Tal vez pensando en el contenido lúdico de tal expresión, Carlos Jugo y los hermanos Eudis y Néstor Blanco escogieron ese nombre para la agrupación con la que iban a revolucionar la música popular desde 1974.

Un, Dos, tres y Fuera en Pdvsa La Estancia en 2016

Tal revolución se produce mediante una fórmula que en la distancia parece simple, pero que en su momento causó bastante ruido: en vez de usar los instrumentos tradicionales, arpa, cuatro y maracas; usaron piano, bajo y batería. El sonido era completamente distinto y supieron aprovechar muy bien las ventajas del piano respecto al arpa, que es diatónica (digamos que al arpa “le faltan” las teclas negras).

Abordaron inicialmente el joropo central o tuyero, que nunca había sido interpretado de esta manera. El éxito fue rotundo y pronto incorporaron saxofón y tumbadoras, llevando a un nivel aún más complejo el ensamble.

Al respecto, plantea el laureado compositor Diego Silva Silva lo siguiente: “Fue un visionario y un innovador, en un tiempo en que los músicos populares apostaban a la salsa emergente o al rock…en este sentido, su trabajo puede equipararse al de Vytas Brenner, que también innovó llevando aires de rock a la música tradicional venezolana.”

En apenas una década grabaron 13 álbumes, entre los cuales destacaron los éxitos Desilusión, Chaparralito llanero, El totumo de Guarenas, Aquella noche, La zapoara, y el Alma llanera. Sin embargo, Carlos Jugo se retiró del grupo en 1977, dando lugar a una seguidilla de integrantes, manteniéndose siempre Néstor y Eudis como el núcleo fundacional.

La más reciente formación de Un, Dos, Tres, Fuera

A partir de 1985 no grabaron más, y su impacto se atenuó con los años, hasta que en 2006 regresaron a los escenarios junto al cantante Antonio Armas, también guatireño, el tecladista Víctor Morles y Roy Herrera en el saxofón.

La despedida de Néstor Blanco

Por la salud de Néstor Blanco se venía haciendo campaña desde el año pasado, cuando se comenzaron a recoger fondos destinados a tratamientos médicos, tras descubrirse una úlcera abierta en su estómago.  Luego se conoció que sufría de un tumor maligno.

Este martes, gente de Guatire, de Guarenas e incluso músicos de Caracas y La Guaira se trasladaron hasta la funeraria Santo Rostro de la capital del municipio Zamora para ofrecer su afecto y brindar su hasta pronto a Néstor Blanco, uno de los bateristas de más larga vida activa y fecunda en su instrumento en Venezuela. No hubo autoridades presentes.

Con infancia en su ciudad natal, Tucupita, en el estado Delta Amacuro, adolescencia en Cantaura, estado Anzóategui y resto de su existencia en Guatire, Néstor Blanco será recordado eternamente como uno de los grandes innovadores en la música de Venezuela.

La funeraria se llenó de pueblo, mucho pueblo, porque Guatire enmudeció cuando se anunció la partida física de ese hijo adoptivo que le dio tantas satisfacciones, amor y notoriedad.

Músicos como Enrique Culebra Iriarte y Antonio Armas, así como cultores de tradición, muñequeras como la extraordinaria Rosa Córdova y dulceras de alta calidad como Enma Machado, además de artesanos del cuero, como Taylor Pérez, integrantes de la Parranda San Pedro, representantes del CEA (Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco), los familiares del músico que partió, y periodistas conversaron en torno a lo que deja como herencia cultural Néstor Blanco.

Enrique «Culebra» Iriarte y Antonio Armas

“Es una pérdida tremenda porque Néstor fue artífice junto a Eudis y Carlos Jugo de un sonido y una forma de mostrar la música de Venezuela, sobre todo la del mismísimo estado Miranda, asombrando al mundo. A los instrumentos musicales nacionales venezolanos le anexaron la sonoridad de los instrumentos del rock, del pop, y por si fuera poco, incorporaron fragmentos de música académica, sinfónica, generando la suma de un público joven que vibró con su propia música rejuvenecida por una generación que supo ver un poco más allá.»

«Temas como El totumo de Guarenas o Desilusión no logran salir del favoritismo venezolano interpretados por 1,2,3, y Fuera, porque fueron abordados desde el afecto a lo tradicional y las ganas de llevarlos a otras dimensiones”.

Este fue un comentario general en conversación sostenida con Marlon Zambrano, periodista (Premio Nacional de Periodismo), Emma, Taylor, Rosa, y Carlos Istúriz, documentalista de la zona y la periodista Lil Rodríguez, autora de esta nota.

Pedro Blanco (hermano de Néstor) y Lil Rodríguez

Contaba Miguel Alciro Berroterán, presidente del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco de Guatire que esos tres músicos (Néstor, Eudis y Carlos) conformaron el trío experimental Rafael Borges tutelado por grandes luminarias de la cultura de la zona. “Esa fue la génesis de 1,2,3, y Fuera”

Pasado el medio día de este martes se hizo silencio mientras los restos mortales de Néstor Blanco eran trasladados al vehículo en el cual sería trasladado a su acto de cremación. Mucho dolor, tanto como los aplausos (ovación) que se le tributó para despedirlo.

El último paseo por (y con) su pueblo

La caravana recorrería junto a Néstor algunas calles de su amada Guatire, la ciudad que lo recibió para que trabajara en sus sueños. Habrá que contar, para la historia de la música en Venezuela, con la impronta de 1,2,3 y Fuera, tanto en su génesis como en su actualidad cuando conforman al grupo Antonio Armas, cantante de alto valor, con una trayectoria de alto rango nacional e internacional, Roy Herrera, reconocido saxofonista, Víctor Morles, extraordinario pianista y tecladista, y Eudis.

“Hace apenas dos días tuvimos un ensayo general y jamás vimos mejor a Néstor desde sus achaques de hace más de un año. No soltó las baquetas. Estuvo inmejorable. Y mira: creo que nos hizo una trampita”, señaló Antonio Armas, el vocalista del grupo.

Cuando la caravana partió muchas personas quedaron llorosas caminando por el bulevar de Guatire mientras en diversas emisoras de la zona sonaba la batería de Néstor Blanco junto a la tremenda agrupación que es 1,2,3, y Fuera.

Descanso eterno a su alma y reflexión nacional en torno a nuestros valores culturales, los genuinos.

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