El legendario periodista estadounidense Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer en 1970, afirmó este miércoles que fueron buzos de la Marina estadounidense quienes colocaron los explosivos bajo los gasoductos Nord Stream en junio de 2022. Así lo reveló en su artículo ‘Cómo Estados Unidos eliminó el oleoducto Nord Stream’, publicado en su blog personal.
Texto: Actualidad RT
Aseguró Hersh que, según una fuente familiarizada con el asunto, la operación se llevó a cabo bajo la cobertura de los ejercicios BALTOPS 22 de la OTAN. Tres meses más tarde los dispositivos fueron activados de forma remota para destruir los gasoductos.
Como era de esperar, la Casa Blanca rechazó cualquier acusación que pudiera relacionar a EE.UU. con las explosiones, a pesar de que Joe Biden viera los gasoductos como un medio que permitiría a Vladímir Putin usar “el gas natural como arma para sus ambiciones políticas y territoriales”.
Adrienne Watson, una portavoz de la Casa Blanca, calificó tales suposiciones como “una ficción completamente falsa”, mientras que Tammy Thorp, portavoz de la Agencia Central de Inteligencia, comentó los hechos de manera similar, asegurando que “esta afirmación es total y absolutamente falsa”, recuerda el periodista.
Según su artículo, Biden decidió sabotear el Nord Stream después de más de nueve meses de discusiones secretas con el equipo de seguridad nacional de Washington, abordando diferentes maneras de hacerlo con el fin de encontrar la mejor.
“Durante gran parte de ese tiempo, el problema no era si llevar a cabo la misión”, sino cómo llevarla a cabo sin dejar pruebas evidentes “de quién era el responsable“, aseguró Hersh. Teniendo en cuenta que las explosiones ocurrieron en medio de las hostilidades entre Moscú y Kiev, cualquier “acción que pudiera atribuirse a la Administración violaría las promesas de EE.UU. de minimizar el conflicto directo con Rusia. El secreto era esencial”.
La elaboración del plan
A medida que las tensiones entre Ucrania y Moscú iban en aumento, la Administración Biden también se iba centrando en el Nord Stream. “Mientras Europa siguiera dependiendo de los gasoductos para obtener gas natural barato, Washington temía que países como Alemania fueran reacios a suministrar a Ucrania el dinero y las armas que necesitaba para derrotar a Rusia”, escribió el reportero, señalando que “fue en ese momento inestable que Biden autorizó a Jake Sullivan [asesor de Seguridad Nacional] a reunir a un grupo interinstitucional para idear un plan”.
“Lo que quedó claro para los participantes, según la fuente con conocimiento directo del caso, es que Sullivan tenía la intención de que el grupo presentara un plan para destruir los dos gaseoductos Nord Stream, y que estaba cumpliendo con los deseos de los presidente“, reza el artículo.
Al principio, la Marina propuso utilizar un submarino para asaltar el gasoducto directamente, mientras que la Fuerza Aérea pensó en lanzar bombas con fusibles retardados que podían activarse de forma remota. No obstante, la CIA insistió en que cualquier método tendría que ser encubierto. “Esto no es cosa de niños”, dijo la fuente, agregando que, si el ataque era rastreable hasta Estados Unidos, sería interpretado como “un acto de guerra”.
En ese contexto, el equipo de trabajo de la CIA se dedicó a elaborar un plan para una operación encubierta que utilizaría buzos de aguas profundas para provocar una explosión, pese a que al principio esa idea fue recibida con escepticismo por los miembros del grupo interinstitucional. Uno de los factores que les inquietaba era que las aguas del mar Báltico estaban fuertemente patrulladas por la Armada rusa y no había plataformas petrolíferas que pudieran usarse como cobertura para una operación de buceo.
El operativo
Para poder continuar con el plan, los estadounidenses decidieron solicitar ayuda a Noruega. “Odiaban a los rusos, y la Armada noruega estaba llena de magníficos marineros y buzos que tenían generaciones de experiencia en la exploración altamente rentable de petróleo y gas en aguas profundas”, dijo la fuente, agregando que los noruegos sabrían mantener el secreto, ya que la destrucción del Nord Stream les permitiría vender mucho más de su propio gas natural a Europa.
En marzo, algunos miembros del equipo volaron a Noruega desde EE.UU. para reunirse con el Servicio Secreto y la Armada del país nórdico. “Una de las preguntas clave era qué lugar exacto del mar Báltico era el mejor para colocar los explosivos”, explicó el periodista. Los noruegos no decepcionaron y no tardaron en encontrar el lugar adecuado.
Posteriormente, se decidió que se lanzaría al agua una sonoboya que emitiría “una secuencia de sonidos tonales únicos de baja frecuencia, muy parecidos a los emitidos por una flauta o un piano”, que serían reconocidos por el temporizador con el fin de activarlo y detonar los gasoductos.
El 26 de septiembre de 2022, un avión de vigilancia de la Armada de Noruega realizó un vuelo aparentemente de rutina y dejó caer una sonoboya. “La señal se extendió bajo el agua, inicialmente hasta el Nord Stream 2 y luego al Nord Stream 1”. Unas horas más tarde se activaron los explosivos de alta potencia y “tres de las cuatro tuberías quedaron fuera de servicio”. “En unos pocos minutos, las bolsas de gas metano que permanecían en las tuberías cerradas se podían ver extendiéndose en la superficie del agua y el mundo se enteró de que algo irreversible había sucedido“, concluyó el artículo.
¿Quien es Hersh?
Seymour Hersh es un famoso periodista estadounidense ganador del Premio Pulitzer por su cobertura de la Guerra de Vietnam. El reportero ha sido el azote de los presidentes de EE.UU. desde la década de 1960 e incluso una vez fue descrito por el Partido Republicano como “la cosa más cercana que tiene el periodismo estadounidense al terrorismo”.
Con apenas 30 años, habló sobre la masacre de My Lai en Vietnam y fue el primero en informar de los bombardeos sobre Camboya. Destapó el espionaje de la CIA en el territorio de EE.UU. contra los activistas que se oponían a la guerra y la trama del golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile. Sus artículos también ayudaron a que Washington restringiera su programa de armas químicas. Asimismo, Hersh alertó sobre la falacia de las armas nucleares en Irak y dio a conocer las torturas en la cárcel de Abu Graib.
En contexto
Los Nord Stream son dos gasoductos construidos en alta mar desde Víborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania, con el fin de suministrar y vender gas natural ruso a varios países de Europa. Fueron construidos entre 2010 y 2012, e incluyen dos ramales paralelos, cada uno con 1224 km de longitud, 1220 mm (48 pulgadas) de diámetro, 22 MPa (220 bares) de presión y 27 500 millones de m³ anuales de capacidad.
Los proyectos de Nord Stream se habían encontrado la firme oposición por parte de los Estados Unidos y Ucrania, así como por otros países de Europa central y oriental, debido a la preocupación de que los gasoductos aumenten la influencia de Rusia en Europa, y debido a la gran reducción de las tarifas de tránsito por su uso, de gasoductos alternativos en países de Europa Central y Oriental.
Como se recordará, el pasado 26 de septiembre, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo ruso, informó de una fuga de gas provocada por causas desconocidas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm. Más tarde trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas.
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló la posesión de evidencias que apuntaban a la implicación de determinados países occidentales. La Fiscalía General rusa abrió una investigación por terrorismo internacional tras los daños a las dos tuberías en una zona del mar Báltico.
En noviembre, el Servicio de Seguridad de Suecia calificó de sabotaje las explosiones de los gasoductos.