Equipo de la película “Qué buena broma, Bromelia” se sumó a la celebración de los 56 años de la Cinemateca Nacional

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Luego de su estreno a principios de febrero y después de un recorrido por las principales salas comerciales del país, se proyectó este miércoles en la Sala MBA (Museo de Bellas Artes) de la Cinemateca Nacional, la película Qué buena broma, Bromelia, en un cine foro que contó con la intervención de algunos integrantes del equipo de realización que hizo posible el segundo largometraje de ficción de la cineasta venezolana, Efterpi Charalambidis, cuya primera producción fue Libertador Morales, El Justiciero (2009).


Texto: Prensa Cinemateca Nacional

La actividad que formó parte de la programación especial con motivo del aniversario 56 de La Casa del Cine, también sirvió como una suerte de preámbulo y buenos augurios antes de que la película asista el próximo julio -en representación de Venezuela- a la edición 18 del Festival Internacional de Cine con Valores que se desarrollará en Guadalajara, México; un espacio de encuentro enfocado en producciones con contenidos relacionados a los valores humanos universales y con potencial para mostrar las posibilidades que tiene el cine de aportar y construir el bien, la verdad, la belleza, la felicidad y la virtud, dentro de la sociedad, según describe el Instituto Mexicano del Cine en su página web.

El festival mexicano, es un evento que busca presentar un cine que fomente el diálogo, la cultura y la comunión entre los hombres de distintas razas, lenguas, religiones, creencias, estrato social y formas de pensar. Justamente, el filme de Charalambidis concentra una buena batería temática con tópicos sensibles que estimulan la reflexión sobre las relaciones humanas dentro de cualquier sociedad.

Riqueza temática

¿Es estrictamente necesario que una mujer se establezca con una pareja y tenga hijos para sentirse, como dicen, “realizada”? ¿Puede una mujer encontrar otras formas de ser feliz fuera de la configuración familiar “tradicionalmente establecida”? Son algunas de las preguntas que plantea Qué buena broma, Bromelia, un filme que invita al espectador a acompañar a una mujer -con cerca de 40 años interpretada por Irabé Seguías- en el proceso de autoconocimiento y autodeterminación que debe transitar en medio de un contexto marcado por la presión del entorno, el cual exige seguir el esquema convencional para alcanzar la felicidad: casarse y tener hijos, una ecuación que decide romper para entregarse a un amor más puro y encarar la vida junto a su hijo Benito, un niño con Síndrome de Down encarnado por Matthias Mejías.

Como era de esperarse en un cine foro con una película que, sin grandilocuencias pero con un certero discurso audiovisual, abarca una buena cantidad de temas que conectan con el público, este fue uno de los eventos de la Cinemateca Nacional más concurridos de los últimos tiempos.

María Brito, visitante de la sala, más allá de resaltar la riqueza temática de la película, manifestó agrado por la multitudinaria convocatoria del público y mucho más tratándose de una película venezolana.

“Ojalá siempre fuera así (la respuesta del público) tenemos que apoyar el cine nuestro”, consideró. En cuanto a la película propiamente “me pareció importante lo que tiene que ver con la familia, con los preconceptos, los prejuicios, todas las cosas de las que habla la película, que además nos cuenta a nosotros mismos como venezolanos”, percibió.

Para Juan Rivas, quien se autodefine como un habitual visitante de la Cinemateca Nacional, el cine foro fue como una actividad de formación cultural. La película “toca grandes temas”, con “elementos cotidianos como la desunión de la familia, el aborto, el amor hacia los animales y otros”.

Con mirada de mujer

El público siempre agradece la oportunidad de intercambiar ideas directamente con los protagonistas de la historia, en este caso con la propia Irabé Seguías, a quien le resultó una tarea sumamente complicada definir la película de Charalambidis en una sola palabra.

“Yo diría que amor. Amor a la vida, amor al arte, amor al otro, al diferente, el amor como gran concepto”, reflexionó la actriz, quien aprovechó la oportunidad para desearle un feliz cumpleaños a la Cinemateca Nacional.

A decir de Seguías, la entidad adscrita al ministerio del Poder Popular para la Cultura, es un espacio en el que “hemos crecido artísticamente tantos, y tantos, y tantos venezolanos. Cada rincón está lleno de historia, cada lugar de este espacio tiene una referencia en cuanto a la formación, al aprendizaje, nos recuerda a amigos que se han ido, y otros que felizmente permanecemos haciendo arte en las distintas disciplinas que estemos, en mi caso particular, en el tema de la actuación”.

Para la directora de arte del largometraje, Tania Pérez Santana, uno de los elementos más importantes de la película, es el doble juego entre los temas de exclusión y la inclusión desde la diversidad.

“El que seamos diferentes no implica exclusión, podemos incluirnos si nos damos el permiso de expandir nuestra conciencia y asumir la relación con el otro de una manera más amorosa. Eso me parece algo muy importante”, reiteró.

Destacó el abordaje de todos estos temas desde lo femenino. Desde su perspectiva, la película refleja una mirada diferente al mundo que nos rodea, que toma como punto focal la necesidad de Bromelia de romper con las estructuras convencionales y optar por su libertad, por sentirse libre.

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