Durante el acto en homenaje a los Palmeros de Chacao en El Pedregal de Caracas, el presidente del Centro de la Diversidad Cultural (CDC), Benito Irady, propuso al gobernador de Miranda participar en el Expediente del Joropo que irá a la Unesco.
Texto: Centro de la Diversidad Cultural
El Estado Bolivariano de Miranda es cuna de tres tipos de joropos diferentes, y de distintas edades, afirmó el Irady quien solicitó la autorización del gobernador Héctor Rodríguez para exponer públicamente la idea de un acuerdo con el ente regional en apoyo al Expediente del Joropo, el cual será el décimo que la República Bolivariana de Venezuela remitirá a la Unesco, desde que se inició el tránsito a las Listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En este caso, debe incluir los tres modelos de joropos mirandinos: el llamado Joropo Tuyero, que tiene el arpa con cuerdas de metal como instrumento protagonista; el llamado Joropo Coloniero o Joropo Jarillero, que obedece al acordeón como instrumento guía, y es compartido con la Colonia Tovar en Aragua, y, además, un tercer tipo de joropo, que es el Joropo Yabajero, el de la famosa bandola de ocho cuerdas, que se asentó con gran fuerza en el estado Guárico.
Explicó el residente del CDC que ha recibido solicitudes de distintas comunidades y regiones del país que dan fe de ocho tipos de joropos diferentes en todo el territorio.
Además de los tres citados en Miranda, aparecen el Joropo Horconeao o Joropo con violín, que abarca los estados Carabobo, Cojedes, Yaracuy y parte de Guárico. El Joropo Guayanés con bandola y con arpa, característico del estado Bolívar. El Joropo Andino, llamado también caracoleado, y que está presente en Mérida, Táchira y Trujillo, con denominaciones de polka y de fandango. El Joropo Oriental o Joropo con estribillo, o cotorreado, propio de los estados Sucre y Monagas, y, por último, el Joropo Llanero, o Joropo Sabanero, que goza de mayor difusión y pertenece a los cinco estados de los llanos occidentales.
La Bandola que llegó de la Isla de Margarita a Río Chico
Durante su intervención, el profesor Benito Irady señaló que está suficientemente documentado el tránsito de la bandola margariteña a tierra firme, aclimatada definitivamente entre Miranda y Guárico, gracias a las antiguas rutas de cabresteros.
Hizo referencia al músico neoespartano Ángel Matute, al instalar su taller de instrumentos musicales en Río Chico, y quien hace noventa años introdujo este instrumento en Guárico a través de sus discípulos. Es Alejandro Arzola Parairá el encargado de reproducirlo en la población de Guaribe. Se cuenta que, con los maestros Juan Rebolledo y Manuel Marcano, procedentes de El Guapo, Juan Esteban García descubrió la bandola, y se hizo el más célebre de los ejecutantes guariqueños. Para referirse al lugar de donde llegó la bandola, virando la mirada hacía Barlovento, desde la montaña siempre se repetía “de allá abajo”, hasta afincar el término “Yabajero” en caseríos como La Cubanera, Los Cantiles y el propio San José de Guaribe.
Todavía entre los pueblos mirandinos de El Guapo y Cúpira se sigue ejecutando este instrumento de ocho cuerdas, y se mantienen las características del baile, conocido como “pataeperro”, que alude a uno de los movimientos de los pies. Yaguazos, guabinas, pasos valseados, media vuelta y vuelta entera también figuran en las denominación del importante repertorio, donde se lucen músicos y cantantes por sus improvisaciones frente a las parejas de baile.
Después del relato de Benito Irady, el gobernador Héctor Rodríguez señaló que seguirá apoyando este tipo de iniciativas para visibilizar cada vez más el patrimonio de los mirandinos y de todos los venezolanos.