En un discurso emitido de manera virtual, el titular de la cartera cultural en Venezuela, Ernesto Villegas, llamó a todos los países participantes en el VII Congreso Iberoamericano de Cultura a hacer valer el respeto, la igualdad, la sostenibilidad de la vida, la tolerancia, la unión multicultural existente en nuestros pueblos. “Desde Venezuela estamos convencidos de que la actual coyuntura internacional debe dar nacimiento a una nueva conciencia colectiva que nos permitan trascender el debate en torno al desarrollo sostenible para comenzar a discutir sobre Civilizaciones Sostenibles, así en plural, o una Humanidad Sostenible, en singular, basada en la cooperación, la solidaridad, el multilateralismo, el derecho internacional y el apoyo entre las naciones”, afirmó el ministro.
Texto: Prensa MPPC
“La sostenibilidad de la humanidad necesariamente diversa implicaría que ninguna nación este sometida al bloqueo, a la persecución económica comercial financiera de ninguna potencia, un congreso iberoamericano como este dedicado a la cultura y a la sostenibilidad bien podría pronunciarse en contra de la aplicación de las medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo económico contra países participantes, medidas explícitamente aplicadas para tornar insostenible la vida de los pueblos incluidos el ejercicios de sus derechos culturales con miras además a la imposición de un modelo hegemónico en la economía, en la política y también en la cultura”, sostuvo.
Del mismo modo, el ministro pidió la solidaridad con el pueblo venezolano que ha sido víctima de diversos ataques financieros, económicos, sociales y culturales en los últimos años, que han sido impulsados por el gobierno de Estados Unidos en alianza con varios mandatarios y ha afectado la estabilidad del país en los últimos años.
En su intervención pidió a todos los participantes en el congreso que la cultura forme parte del desarrollo humanístico para el desarrollo sustentable que ayude a preservar la paz y el respeto patrimonial de nuestros pueblos, el rescate ancentral, el reimpulso de los valores culturales que evite la transculturización o modelos culturales que no son tradicionales en nuestra región.
Transcripción del discurso del ministro Villegas
Distinguida Secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto; distinguida secretaria general Iberoamericana, Rebeca Grynspan; distinguido secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Mariano Jabonero; distinguidos ministros y ministras, autoridades participantes.
Quiero extenderles desde Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela, un afectuoso saludo en nombre del presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros, y del pueblo venezolano, que en medio de la actual coyuntura de pandemia ha mostrado una vez más su carácter y disciplina en el combate al Covid-19.
Nos encontramos en este VII Congreso Iberoamericano de Cultura para compartir reflexiones, posiciones, experiencias y propósitos en torno a la cultura y sus implicaciones en un modelo de “desarrollo sostenible”, que además se enmarca en un contexto de pandemia ya mencionado que nos obliga a realizarlo de esta manera virtual.
Desde Venezuela estamos convencidos de que la actual coyuntura internacional debe dar nacimiento a una nueva conciencia colectiva que nos permita trascender el debate en torno al “desarrollo sostenible” para comenzar a discutir sobre “civilizaciones sostenibles”, así en plural, o una “humanidad sostenible”, en singular, basada en la cooperación, la solidaridad, el multilateralismo, el Derecho Internacional y el apoyo entre las naciones.
Civilizaciones sostenibles o una humanidad sostenible que rechace el uso de la fuerza o la amenaza de su uso, que rechace el chantaje económico y las mal llamadas sanciones o medidas coercitivas unilaterales, que rechace la lucha por el control de las fuentes primarias de energía, que rechace las guerras de rapiña, las guerras de conquista; que rechace el terrorismo de Estado.
Para esta “humanidad sostenible” nuestras culturas del sur -con su profundidad y radicalidad- tienen muchísimo que aportar.
En este sentido, la República Bolivariana de Venezuela, con su Constitución aprobada en referéndum popular en 1999, avanza en la construcción de modos de vida armónicos y de respeto de los derechos de la Madre Tierra y de todos sus habitantes, sin distingos, desde la celebración de la diversidad, el rescate y la promoción del patrimonio cultural venezolano y nuestroamericanos, desde los saberes ancestrales indígenas y afroamericanos para descolonizar y transformar nuestros modos de vida de cara a esa “humanidad sostenible”.
Si algo ha quedado claro en este 2020 es la necesidad de una nueva economía que respete la vida, las condiciones y tradiciones de los pueblos, una economía con políticas para la gente, con la cual podamos afirmar con propiedad que “aquí cabemos todos” y -para ser coherente con los postulados de este Congreso Iberoamericano de Cultura- tendríamos que poder decir también “todas”.
Necesitamos, en fin, una economía de cultura para la vida, que supere la economía del mercado para el capital.
La República Bolivariana de Venezuela reitera su denuncia por la imposición de medidas coercitivas unilaterales e ilegales del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo venezolano.
La sostenibilidad de la humanidad, necesariamente diversa, implicaría que ninguna nación esté sometida al bloqueo, a la persecución económica, comercial, financiera, de ninguna potencia.
Un congreso iberoamericano como este, dedicado a la cultura y a la sostenibilidad, bien podría pronunciarse en contra de la aplicación de las medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo económico contra países participantes. Medidas explícitamente aplicadas para tornar insostenible la vida de los pueblos, incluido el ejercicios de sus derechos culturales, con miras además a la imposición de un modelo hegemónico en la economía, en la política y también en la cultura.
En este sentido, solicitamos que la SEGIB y los países que integramos este congreso se incorporen a este llamado de forma activa, como ya lo han hecho otros actores internacionales, tales como el Papa Francisco, el secretario general de las Naciones Unidas y la Cepal, entre otros, quienes se han pronunciado a favor de la suspensión de estas medidas en medio de la pandemia que azota a la Humanidad.
No podemos hablar de la dimensión social de la cultura para el desarrollo sostenible en Iberoamérica, no podemos afirmar que “aquí cabemos todas y todos” si algunos de nuestros países miembros -como sucede con Venezuela, Cuba o Nicaragua- son víctimas de dichas medidas imperialistas que buscan hacer insostenible la vida humana.
En Venezuela, la cultura es, además de un derecho, una potencia popular que parte de la memoria y permite las transformaciones históricas que como colectivo generamos. Las culturas determina la espiritualidad y la corporalidad que somos. Por tanto, reconocemos y respetamos la interculturalidad y la multiculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas. La reflexión sobre la cultura en los pueblos del Sur va superando las nociones producidas desde el racismo, desde el eurocentrismo, desde el antropocentrismo, cargadas de individualismo, competitividad y negación de lo diverso, para dar cabida a contenidos más cercanos a nuestra cosmovisiones, donde la relacionalidad, la correspondencia, complementariedad y reciprocidad son principios que nos permiten entendernos, no como entes individuales relacionados entre nosotros mismos, sino como un sistema de entes relacionados con el cosmos, inhabilitados para vivir sin garantizar la vida de todo el planeta.
Recientemente, el presidente Nicolás Maduro Moros, en el marco de la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas, ha reiterado su compromiso, el compromiso del pueblo y del Gobierno Bolivariano, en la necesidad de fomentar y fortalecer el diálogo y la cooperación construyendo puentes entre los pueblos, respetando las diferencias culturales y religiosas, a través de la prevención de conflictos, la reconciliación y la construcción de la paz. Ese debe ser el fin último de nuestra generación, pensando en nuestras hijas y en nuestros hijos, en nuestras nietas y en nuestros nietos.
Nos toca a todas y a todos trabajar arduamente para evitar que la intolerancia política e ideológica tenga preeminencia en nuestra región y, muy especialmente, en el espacio cultural iberoamericano. Debemos evitar que situaciones como la sucedida durante el año 2019, en el marco de la celebración de la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura, que tocó organizar a Colombia, donde se negó el acceso a la delegación venezolana designada para participar.
Es tiempo de pensar en las culturas, más allá de cualquier tipo de mapa. Es tiempo de pensar en civilizaciones sostenibles o -insisto-, más aún, en una Humanidad sostenible, en singular. El tipo de Humanidad en el que nos debemos convertir para garantizar, además de que quepamos todas y todos, garantizar, reitero, la sostenibilidad de la vida en este planeta.
Para decirlo en palabras del cantor venezolano Alí Primera: “Que sea humana la Humanidad”.
Muchas gracias.
Ernesto Villegas Poljak
Ministro del Poder Popular para la Cultura
Caracas, 6/11/2020