Trabajo especial: entrevista a Edmundo Guerrero, científico del mes de agosto del Museo de Ciencias

Desde tiempos históricos, los seres humanos han sentido fascinación por los insectos; ya sea porque son grandes aliados o debido a que pueden causar plagas, destrucción y muerte. De hecho la palabra “entomología” proviene del griego éntomos, que significa insecto, y su conjugación con el término logos (ciencia) derivan en esta palabra que describe a esta especialidad de la zoología dedicada al estudio de aproximadamente 1,3 millones de especies descritas hasta los momentos.

Texto: Prensa FMN   

Los insectos, cuya aparición se remontan al Devónico (era Paleozoica), hace unos 400 millones de años, es el grupo animal más numeroso del planeta Tierra. La clase Insecta ha sido testigo de la aparición de los vertebrados, el surgimiento y extinción de los dinosaurios, así como la evolución de los humanos, desde los primeros homínidos hasta el Homo sapiens actual.

Edmundo Guerrero es un profesional de la Biología y ecólogo, especializado en la entomología. En la actualidad desarrolla su trabajo académico e investigativo en el Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Facultad (IZET) de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV). “Desde los 5 años he sentido fascinación por los insectos, tuve la oportunidad de aprender y trabajar con importantes investigadores del área de la entomología, refiere el investigador, quien agregó que su fascinación por las ciencias se cimentó cuando en el año 1992 hizo trabajos con el entomólogo John Lattke y el geólogo Onésimo Núñez, en el Museo de Ciencias Naturales (actual Museo de Ciencias).

Es debido a su trayectoria, a la dedicación a su trabajo y a su constancia que Guerrero ha sido elegido como el científico del mes de agosto por parte del Museo de Ciencias (MUCI) de la Fundación Museos Nacionales (FMN).

De hecho, Guerrero (nacido en Caracas, el 24 de diciembre de 1975) apunta que ha estado vinculado con el Museo de Ciencias (MUCI) a través de su colección de invertebrados, de la cual, afirma tiene especial cariño. Además, realizó pasantías en el Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (Manaos, Brasil).  En  la actualidad el científico realiza un postgrado en Entomología en el núcleo de la UCV, ubicado en Maracay, estado Aragua.

Alas cortas

En su laboratorio, ubicado en el IZET – UCV, Guerrero continúa su pasión por los insectos.  Al ser Venezuela uno de los países con mayor biodiversidad del planeta, este profesional de la ecología, tiene un amplio y fértil campo de estudio al alcance de la mano.

“Actualmente, en este laboratorio estoy llevando un trabajo con insectos vectores, pero por el trabajo que traje de la Facultad de Agronomía llevo una investigación con saltamontes de la familia Romaleidae, y también estoy dedicado a la parte de la biodiversidad”.

La muestra de saltamontes, de la cual Guerrero está haciendo la taxonomía, fue colectada hace treinta años en el estado Táchira, y pertenecen a la colección del Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez (MIZA). Ubicado en la capital aragüeña, esta institución posee una colección de más de 3,5 millones de ejemplares montados y etiquetados, la más grande del país y una de las más importantes de América Latina.

“El material que estoy estudiando forma parte de mi trabajo de ascenso y en el transcurso de ello, descubrí una especie nueva. Otra parte de ese material permanece en Maracay”, detalló el científico quien adelantó datos sobre esta nueva especie. “Es un espécimen interesante porque tiene las alas reducidas, por lo cual están confinados a un área particular porque su movilidad es reducida, lo que lo diferencia de algunos otros saltamontes que tienen mayor campo de movimiento por tener alas más desarrolladas. Esta nueva especie tiene colores crípticos, es decir, lo usa como camuflaje que imitan la hojarasca, las hojas secas”, explicó.

IZET

Fundado en 1965, el Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET) de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), está ubicado en el campus de la máxima casa de estudios del país (Los Chaguaramos, Caracas, D. C.). Su importancia radica en que su objetivo es el estudio, clasificación, investigación y difusión de la riqueza y el patrimonio de la biodiversidad de Venezuela, todo con un sentido científico y conservacionista.

“Es importante porque estudia las especies del país, tenemos un centro donde se almacenan colecciones importantes de la fauna nacional. Como todo centro investigativo y de colección, es una biblioteca abierta para la biodiversidad”, afirmó.

El IZET está integrado por Centro de Ecología Aplicada (CEA), que se encarga de la investigación científica y la formación en ecología aplicada con responsabilidad social; el Centro de Ecología y Evolución (CEE), el cual agrupa laboratorios que llevan a cabo investigaciones relacionadas con biología, genética, evolución y ecología y el Centro Museo de Biología de la Universidad Central de Venezuela (MBUCV), que está dedicado a generar y difundir conocimiento en zoología, con especial énfasis en las líneas de investigación.

Guerrero relató que gracias a los esfuerzos mancomunados por parte de particulares y personal del IZET se logró en fechas recientes el reacondicionamiento del laboratorio de entomología, donde en la actualidad realiza sus estudios e investigaciones. En esa labor cuenta con el apoyo de 5 estudiantes de la institución.

“Hay dos nuevos estudiantes que están a la espera para ingresar, este espacio ya se quedó pequeño. La idea es enseñarles el amor por las ciencias naturales y por la naturaleza, mi guía es la entomología”, resaltó.

Esta institución, al igual que muchas en Venezuela y el mundo, comparte relaciones y hace intercambios con organización, fundaciones y grupos similares. Destacó que cada área de la zoología es un mundo, muy extenso por demás. Explicó que en el caso de la entomología, están concentrados en la parte de la entomología médica por lo cual en tiempos recientes han estrechado lazos con organismos como, por ejemplo, el Instituto de Medicina Tropical de la UCV, entre otras instituciones enfocadas al área de la medicina, pero en especial con el Museo del Instituto de Zoología Agrícola Francisco Fernández Yépez (MIZA), de Maracay.

Entramado

Al ser Venezuela un país megadiverso, hay zonas del país donde la diversidad natural sorprende por su variedad. Incluso cada año son descubiertas especies nuevas para la ciencia. En el caso de los insectos, Guerrero afirma que hay grupos que han sido muy bien estudiados.

Destacó que hay muestras biológicas colectados en biomas nacionales y resguardados en instituciones venezolanas o extranjeras, algunos no han sido estudiados, otros en cambio, ya fueron descritos en su totalidad. “La idea es seguir descubriendo especies nóveles e indagar aun más sobre la biodiversidad. En el caso de nosotros es continuar con la taxonomía, que es área más basal de la biología, es decir continuar en la clasificación y ordenación de las especies”, indicó.

Guerrero afirmó que la región amazónica es la más interesante y rica en cuanto al estudio de los insectos, no obstante aseguró que toda Venezuela posee áreas muy relevantes que merecen la atención de los científicos. “Hay zonas que presentan muchas dificultades para su estudio, debido a problemas como la orografía del lugar, la accesibilidad” dijo y afirmó que se necesita cambiar la dinámica del científico como sujeto y actor de la sociedad venezolana, como por ejemplo, contar con un mayor apoyo de las instituciones del Estado para así facilitar su labor. “Para desarrollar un país, tenemos que trabajar todos juntos y el científico debe formar parte de este entramado”, afirm´ó.

La otra pasión

Para documentar su trabajo, Guerrero también fotografía insectos en su laboratorio con una técnica denominada  Focus Stacking o apilamiento de imágenes. Con este método elimina la profundidad de campo a la hora de realizar gráficas de los insectos.

“La profundidad de campo va hacer que en algunos puntos, al momento de fotografiar la muestra, no se verán tan nítidos. Entonces, hay que bajar a diferentes distancias para encontrar los distintos puntos de enfoque, la idea es ir fotografiando los diferentes ‘anillos de nitidez’ del objeto hasta ‘colapsar’ la imagen en una sola”, aclaró.

A fin de lograr el ‘colapso’ de esa imagen, es decir, editarla en una, Guerrero utiliza un  programa informático que resuelve el problema del enfoque y genera una gráfica de una muy alta resolución, que le permite a los entomólogos observar detalles de la muestra y le ahorra al científico largas horas de trabajo.

Es de resaltar que Guerrero tiene el mérito de trabajar con un equipo que ha adaptado el mismo para las necesidades de su trabajo, producto de su habilidad en el equipamiento de dispositivos electrónicos.

Extinción

Como científico y ecologista, Edmundo Guerrero también levanta su voz de alarma ante la disminución de la biodiversidad del Planeta Tierra. De hecho, la comunidad científica ha informado en reiteradas ocasiones que la pérdida de la biodiversidad –es decir la disminución o desaparición de seres vivos que habitan el mundo en sus distintos niveles de organización biológica (plantas, animales, hongos, microorganismos, con sus respectiva variabilidad genética) ya afecta de forma notable los patrones de los ecosistemas. La situación es tan grave que ya la denominan “la sexta extinción masiva” con tasas de extinción 100 a 1.000 veces mayores que las consideradas “naturales”.

“En todo el mundo se está viendo un declive en la población de insectos, ya no son tan comunes en algunos sitios. La comunidad científica afirma que dentro de 30 años llegaremos a un ‘punto sin retorno’ en esta situación. La idea ahora es que debe prevalecer la conservación. Aunque muchos no les gusten los insectos, resulta que 70 por ciento de la comida que consumen los seres humanos está mediado por los insectos, son los obreros de la naturaleza. Obvio que hay otros organismos que intervienen en la producción de alimentos, pero los insectos tienen una acción directa en ese proceso. Un declive en la población de insectos, puede traducirse en una escasez de alimentos y hambrunas globales en un futuro”, refirió.

Guerrero detalla que el proceso más amenazado es la polinización. No son solo las abejas las que cumplen un rol de polinización en la cadena natural (de la cual disfrutamos a través de la miel), sino que moscas, escarabajos, mariposas, y entre muchos de estos animales invertebrados forman parte esencial de la generación de las plantas y semillas). El investigador pone como ejemplo la producción de carne: “El ganado consume pasto, ese pasto es consumido por el ganado vacuno del cual extraemos la carne para nuestra dieta. Si no hay polinización, no hay pasto, si no hay pasto, no habrá ganado y, por ende, si no hay ganado no habrá carne para los seres humanos”.

Divulgación

Como parte de la comunidad científica, Edmundo Guerrero también muestra interés en la divulgación de su trabajo, así como de la concienciación sobre ecología y conservación a través de su investigación. Es por ello, que entre sus proyectos, está el diseño de una publicación digital que le permita a él, así como a otros investigadores, la divulgación de sus trabajos académicos entre la comunidad científica y público atraído por estos temas.

No obstante, para aquellos interesados en el Instituto de Zoología y Ecología Tropical (IZET) pueden consultar la página webhttp://izt.ciens.ucv.ve/izet/ donde pueden hacer consultas académicas, históricas e informativas sobre este organismo.

Edmundo Guerrero es prueba fehaciente de una nueva generación de científicos, hombres y mujeres entregados a la pasión y al amor por las ciencias, por la ecología. Unidos por la fuerza que dan los hechos sobre la necesidad de hacer más sostenible la coexistencia del resto de los seres vivos del planeta: plantas, animales, hongos, microorganismos, ellos dependen de nosotros, pero nosotros dependemos mucho más de ellos.

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Publicado por Angie Vélez
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