El esfuerzo público y notorio del gobierno de Donald Trump para derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro tuvo algunos éxitos esta semana en el área de relaciones públicas, ya que los principales medios de comunicación occidentales se hicieron eco de su afirmación simplista y preempaquetada de que el gobierno venezolano estaba “bloqueando sin piedad el ingreso de ayuda humanitaria”.
Texto: FAIR (Adam Johnson)
Traducción: Alba Ciudad (Luigino Bracci Roa)
Aquí, algunos ejemplos:
- Aumenta la tensión a medida que Venezuela bloquea un puente fronterizo en disputa por la ayuda (CNN, 07/02/19)
- Maduro bloquea ayuda crítica enviada a Venezuela (CNN, 07/02/19)
- Ayuda llega a la frontera con Venezuela, Estados Unidos exige que Maduro la deje entrar (ABC News, 07/02/19)
- Crisis en Venezuela: Pompeo exige la apertura del corredor de ayuda (BBC , 07/02/19)
- Estados Unidos dicen que Maduro bloquea la ayuda a personas hambrientas: El venezolano dice que su pueblo no es mendigo (Washington Post , 08/02/19)
- La ayuda humanitaria llega a Venezuela, pero Maduro la bloquea (NPR , 08/02/19)
Todos los artículos anteriores, y otros muy parecidos, repiten el mismo guión: Maduro supuestamente bloqueó la ayuda enviada por Estados Unidos “por su negativa a renunciar al poder”, prefiriendo “matar de hambre a su propia gente” en lugar de permitir el ingreso de la ayuda para alimentarlos. Lo presentan como un caso del bien contra el mal: un dictador tirano y paranoico que no permite el ingreso de ayuda para alimentar a una población hambrienta.
Pero hay tres piezas ausentes en el contexto de la noticia que, si se presentaran a un observador neutral, socavaría gravemente la narrativa caricaturesca que presentan los medios estadounidenses.
- Tanto la Cruz Roja como la ONU advirtieron a los EE.UU. que no se embarquen en esta aventura, pues la ayuda está siendo usada como un truco de relaciones públicas.
- El puente en cuestión es una metáfora visual creada por la administración Trump, que en la práctica tiene muy poca relevancia.
- La persona a cargo de las operaciones estadounidenses en Venezuela tiene antecedentes camuflando entregas de armas a mercenarios de derecha, dentro de envíos de ayuda humanitaria.
Lo que dijeron la Cruz Roja y la ONU
(1) Por un lado, a las organizaciones de ayuda internacional no se les ha solicitado la “ayuda”. Pero además, esta semana tanto la Cruz Roja Internacional como las Naciones Unidas advirtieron a los Estados Unidos que no participen explícitamente en este tipo de aventuras de relaciones públicas. Como señaló Vincent Bevins, colaborador del Washington Post , el cinismo transparente de estos esfuerzos fue advertido por organizaciones que sí trabajan de forma seria para alimentar las personas hambrientas:
La Cruz Roja advierte sobre los riesgos de enviar ayuda a Venezuela ( PBS NewsHour , 1/2/19):
El Comité Internacional de la Cruz Roja advirtió a Estados Unidos sobre los riesgos de entregar ayuda humanitaria a Venezuela sin la aprobación de las fuerzas de seguridad leales al presidente Nicolás Maduro.
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La ONU advierte sobre politizar la entrega de ayuda humanitaria en Venezuela (Reuters , 6/2/19):
Las Naciones Unidas se manifestaron el miércoles contra el uso de la ayuda como herramienta en Venezuela, luego de que Estados Unidos enviara alimentos y medicinas a la frontera del país y acusara al presidente Nicolás Maduro de bloquear su ingreso al país con camiones y contenedores.
De hecho, como Bevins también señaló, la Cruz Roja ha estado trabajando con las autoridades locales dentro de Venezuela para brindar alivio a las personas, y la semana pasada duplicó su presupuesto para lograrlo. Tenemos amplia evidencia de que el gobierno de Maduro está más que dispuesto a trabajar con ayuda internacional cuando se ofrece de buena fe, no cuando se trata de un mecanismo apenas disimulado para estimular la guerra civil y lograrle victorias de relaciones públicas a aquellos que buscan derrocar al gobierno.
Los medios de comunicación occidentales afirman que es Maduro quien se opone al convoy de ayuda estadounidense, pero no es sólo él; también lo hacen la ONU y la Cruz Roja. ¿Por qué ninguno de los informes anteriores tomaron nota de esta información clave, en lugar de darle al lector la impresión de que es la postura de un loco sádico y hambriento de poder?
Sobre el puente que el gobierno de Venezuela supuestamente cerró
(2) A pesar de que docenas de medios de comunicación sugieren (y algunas veces lo dicen directamente) que el gobierno venezolano cerró una autopista que permite ingresar al país desde Colombia, la verdad es que el puente en cuestión lleva años sin ser abierto.
Es cierto que el gobierno venezolano parece haber colocado un camión cisterna y dos contenedores de carga en el puente para evitar la entrada desde el lado colombiano hacia el venezolano, pero las otras barreras y vallas, como señaló el sscritor y desarrollador de software Jason Emery, han estado allí al menos desde 2016.
Según el diario cucuteño La Opinión (5/2/16), el puente nunca ha estado abierto tras su construcción en 2015. ¿Cómo puede Maduro, como sugirió la BBC , “reabrir” un puente que nunca estuvo abierto?
La realidad es que la BBC y otros medios de comunicación occidentales apoyaron la narrativa impulsada por el senador Marco Rubio y el secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, sin molestarse en verificar si la narrativa presentada por ellos se basa en mala fe y en un truco de relaciones públicas.
Este punto puede parecer superficial, pero en una batalla de relaciones públicas a largo plazo que busca conquistar a los liberales occidentales para luego escalar a un conflicto militar, lo superficial sí importa, y mucho. Rubio y la administración de Trump elaboraron una metáfora visual falsa, y casi todos los medios de comunicación lo difundieron de forma acrítica, a menudo haciendo suposiciones inexactas. El Departamento de Estado de Trump y la CIA, quienes coordinaron estos esfuerzos, sabían muy bien que los medios harían estas suposiciones.
Elliot Abrams camuflageó armas en los años 80 como ayuda humanitaria
(3) El gobierno venezolano tiene una razón completamente racional para sospechar que EE.UU. podría usar la ayuda humanitaria como camuflaje para contrabandear armas y fomentar un conflicto armado: la persona que encabeza la operación de Trump en Venezuela, Elliot Abrams, hizo exactamente eso hace 30 años.
Aquì presentamos los dos primeros párrafos de un artículo de AP / The New York Times de 1987 sobre Elliott Abrams, titulado: “Abrams niega haber cometido un delito al enviar armas a los Contras nicaragüenses” (17/08/87 – por Kevin Gosztola):
El subsecretario de Estado Elliott Abrams defendió su papel al autorizar el envío de armas en un vuelo con ayuda humanitaria a los rebeldes nicaragüenses, y dijo que la operación siguió “estrictamente los manuales”.
Abrams habló en una rueda de prensa el sábado en respuesta a las declaraciones de Robert Duemling, ex jefe de la oficina de asistencia humanitaria nicaragüense del Departamento de Estado, quien dijo que había pedido dos veces aviones para transportar armas para los Contras en aviones de ayuda bajo la dirección de Abrams, a principios de 1986.
Es exactamente la misma persona. No es que Maduro se haya vuelto paranoico porque EE.UU. esté desempolvando sus manuales de los años ochenta sobre los Contras y la Guerra Fría, o que haya hecho alguna suposición sobre uno o dos altos mandos en el Departamento de Estado. Literalmente, es la misma persona a cargo de la operación que conocemos, con una certeza del 100 por ciento, porque él lo admitió: tiene un historial de uso de convoyes de ayuda humanitaria para encubrir la entrega de armas de fuego a milicias de derecha.
Todo está ocurriendo en este momento, en tiempo real. Los mismos actores, los mismos trucos, la misma preocupación evidentemente deshonesta con los pobres hambrientos. Y los medios de comunicación de los Estados Unidos lo están despojando de todo este contexto esencial, presentando a estos operadores radicales de cambio de régimen como personas humanitarias y con gran corazón.
Los mismos medios de comunicación estadounidenses que han realizado campañas publicitarias asegurando que ellos sí dicen verdades sobre Donald Trump, han aceptado misteriosamente todo lo que la Casa Blanca de Trump y sus aliados neoconservadores han dicho en su campaña para derrocar al gobierno de Venezuela. La brigada de “verificación de hechos” auto-engrandecida que surgió para confrontar a la administración Trump ya repentinamente no existe, ya que se unieron a una campaña de relaciones públicas cínica y abierta para deslegitimar a un gobierno latinoamericano, que están tratando de derrocar.