Esta carta firmada por Bolívar, aceptando el liderazgo del Alto Perú, es subastada entre 8 mil y 12 mil dólares.
Hasta el 22 de noviembre la casa Doyle en Nueva York estará subastando manuscritos con autoría de Simón Bolívar, y otros documentos relacionados con el Libertador y otros luchadores por la Independencia de Venezuela. La Constitución de la República de Colombia, de 1822, una carta escrita diez días antes de su muerte y la carta de aceptación del cargo de líder del Alto Perú ―territorio que ocupa la actual Bolivia― escrita por el padre de la Patria en 1825, figuran entre los documentos valiosos para la memoria histórica venezolana, señaló la agencia EFE. El hecho ha generado preocupación y objeción. El escritor y bibliotecario Gabriel Saldivia se mostró sumamente contrariado, pues como director de la división de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Nacional (BN) entiende el inestimable valor que tienen las fuentes documentales para el acervo cultural de Venezuela. Es la queja sincera del custodio que ve como se degenera la mística de esos tesoros nacionales.
Texto: Prensa MPPC
“No estoy de acuerdo con que se lleven a subasta fuentes documentales, documentos, de un país que tenga unas connotaciones intrínsecas, etc. Ahora eso lo estoy diciendo porque cuando hablamos de subasta, hablamos de una compra de una mercancía, entra en el mercado, donde el que ofrezca más, a él se le vende. Una subasta puede ser de enseres, mercancías antiguas, objetos arqueológicos. Dentro de esos códigos escapan de nuestro interés como personas que custodiamos el acervo cultural y documental de un país, de una región y del mundo”, expresó.
Para Saldivia se trata de un desprendimiento sumamente contrario al espíritu de quienes trabajan con este tipo de elementos, pues los documentos de las grandes figuras de la cultura nacional se reducen a mero valor de cambio, simple dinero. “Entonces hablar de subasta es hablar de una venta de algo, desprendida de todo tipo de sensibilidad, de apego a una historia, a una idiosincrasia y a la memoria de un país”, subrayó.
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Por ello instó a quienes trabajan con archivos y fuentes a que eleven su voz de protesta, para que, junto al Gobierno nacional, se genere la legislación pertinente, a fin de que el patrimonio documental del país no puede seguir siendo vilipendiado y desatendido por sus características. “Las fuentes documentales quedan por allí y a veces se habla hasta de una manera despectiva de eso: “… no es que esos son los papeles viejos del escritor tal o del científico tal…”, ¡No!, esos no son papeles, esos son documentos ese es el acervo documental de una persona, de un país, una región y del mundo”, enfatizó.
Carta firmada por Bolívar tras la victoria en Cúcuta. La subastan entre 7 mil y 10 mi dólares.
Asimismo, introdujo como organizaciones internacionales como la Unesco se han vinculado al tema, con iniciativas de alcance global. “Todos tenemos que abocarnos a una tarea que no es otra sino la protección, para la conservación de nuestro acervo documental. Cuando hablo de él es porque ha sido el más descuidado, es por eso que la Unesco en 1992 funda el programa Memoria del Mundo, para dedicarse precisamente a la preservación, conservación y la protección de todas las fuentes documentales”, aseveró Saldivia.
El bibliotecario participa activamente en este programa, siendo el especialista designado por la Unesco para representar a nuestro país en tan importante plataforma de salvaguardia de la memoria de la especie.
Tres cartas autografiadas por Antonio José de Sucre, que subastan por un estimado de 5 mil a 8 mil dólares.
“Por el momento yo soy el especialista representante ante el Comité Latinoamericano y del Caribe para Memoria del Mundo; somos los que llevamos la voz del país como representantes de la Unesco. Llevamos a la región de Latinoamérica y el Caribe las nominaciones y postulaciones de futuros archivos que son parte del acervo documental del país para ser nombrados Memoria del Mundo”, aclaró.
Además destacó el papel fundamental del programa para la conservación y preservación de la memoria histórica de la humanidad, y aseguró que si bien los custodios pueden ser celosos con el destino de los archivos y el proceso de protección, lo cierto es que todo ese conocimiento es de la comunidad nacional, por lo que debe ser divulgado por todos los medios posibles.
“Está bien que uno sea celoso con el destino de los archivos, pero más no con la divulgación: el archivo le pertenece al país, a la región y al mundo, es memoria del mundo y tiene que ser divulgada, por medios digitales, audiovisuales, impresos, etc.”, recalcó el especialista.
El rescate de otras figuras
Saldivia contó que en este momento el comité nacional para el proyecto de la Unesco está en proceso de formación, lo que ayudará a que otros archivos de importantes personajes de la historia venezolana puedan formar parte de esta importante iniciativa.
“Se está gestionando la creación del Comité Nacional para Memoria del Mundo, precisamente para ocuparnos de estas cosas, nombrar patrimonio, que entren al registro de Memoria del Mundo muchos archivos, registros documentales, fondos que le pertenecen a la Nación y que a veces están muy ocultos”, puntualizó.
Además, aprovechó para mencionar la situación de otro de los grandes hombres de la cultura nacional, Andrés Bello, quien por su labor intelectual compartida entre el territorio nacional y Chile, debe ser propuesto en conjunto por los equipos de ambos países.
“El archivo del generalísimo, Francisco de Miranda, el archivo de nuestro Libertador, Simón Bolívar están en el registro Memoria del Mundo. Hay un registro fotográfico del siglo XIX que se encuentra acá en el archivo audiovisual de la Biblioteca Nacional, que también forma parte del registro. Es bueno también que los archivos de Andrés Bello, formen parte de Memorias del Mundo”, explicó.
Manuscrito de José Antonio Páez que subastan entre 1.500 y 2.500 dólares
Y prosiguió: “Lo que pasa con los manuscritos de Bello que se encuentran hoy en día en la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello es que esa postulación tiene que ser binacional, entre Chile y Venezuela. Por razones obvias, el intelectual, ese gran gramático, poeta, defensor de nuestra lengua, ―él habla más que todo del español de Venezuela, de Latinoamérica―, entonces su vida y obra está repartida, tiene que ver con Chile, Venezuela y Londres”.
La defensa de un país pasa por sus fuentes documentales
Finalmente, Saldivia hizo un llamado a tomar conciencia de la importancia de las fuentes documentales, a no menospreciarlas como simples papeles, y entender que ellos son soporte y expresión de una parte profunda de eso que el historiador Augusto Mijares llamó lo afirmativo venezolano, a partir de donde se construye el amor patrio.
“La defensa de un país, la reafirmación de un país no solamente tiene que ver con fuentes de riquezas minerales, tiene que tomar en cuenta las riquezas que tienen un respaldo, que es la memoria, que son sus fuentes documentales. Son sus creadores, escritores, investigadores los que le dan fuerza y reafirman la memoria de un país”, recalcó.
Saldivia recordó la intención de Francisco Javier Ustáriz, quien en 1811 apostó por concrecer las ideas revolucionarias, a la par que se hacía la guerra por la emancipación, a fin de hermanar definitivamente el proyecto práctico de la libertad latinoamericana con la conciencia de la libertad como inherente al ser humano.
“Razón tenía Francisco Javier Ustáriz cuando en 1811, lanza un documento aprobado por Juan Germán Roscio, donde dice que debe fundarse en Caracas un salón de lectura, porque él dice que las revoluciones no se hacen solamente con espadas, sino también con ideas, con pensamiento, con creatividad”, sentenció.