“Existe la necesidad estratégica de que todos miremos en la misma dirección”, sentenció el profesor de Estudios Latinoamericanos y Sociología de la Universidad Central Venezuela y promotor del pensamiento crítico socialista Javier Biardeau, en el Foro “La Izquierda Frente a la Recolonización Imperial”, que se efectuó en Caracas, promovido por la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. En su participación alertó que indiscutiblemente Venezuela y todos los países del mundo están sufriendo un proceso indetenible de colonización por parte de Estados Unidos y sus aliados y, por lo tanto, la única solución es que la izquierda se unifique como un bloque, que sea capaz de enfrentar la situación.
Texto: Prensa MPPC
“Es necesaria la unificación de las fuerzas populares revolucionarias, de las fuerzas nacionales progresistas frente a esa recolonización”, insistió.
Advirtió que las fuerzas de izquierda han pensado y actuado, de manera desintegrada todas las consecuencias que ha provocado el proceso de reconquista, mientras que lo ideal es entenderlas en su conjunto.
“No sé si pensamos que esto es simplemente un problema de penetración ideológica, que lo es; si pensamos que esto es simplemente un problema de sabotaje económico, que lo es, si pensamos que esto es un problema de presión diplomática, que también lo es, que es un problema de financiarización de la economía, que también lo es; o si pensamos en todas estas dimensiones de manera integrada en una guerra de amplio espectro que involucra dimensiones de diferentes naturalezas y que tenemos que integrar en un análisis mucho más complejo para pensar en este proceso de la recolonización”, expresó.
Recordó que el comandante Hugo Chávez tenía claro el objetivo de entender el ataque imperialista desde todas sus aristas y no como una revolución que sólo dependía de los procesos electorales y de las ansias de conseguir votos.
“El presidente Chávez, en un texto de entrevista con José Vicente Rangel, que se llama De Yare a Miraflores, plantea una cuestión para mi central. Le dice a José Vicente: como periodista, si me preguntas, me juego el destino de la revolución en la organización y movilización popular, en la unidad del pueblo, de la fuerza revolucionaria, en la unidad cívico-militar, en la consciencia de hacia dónde vamos, en la ideología. Las elecciones serán un evento más, pero no creo que allí se determine el destino de la Revolución Bolivariana”, rememoró.
Con este planteamiento, el profesor hizo una crítica a la mirada actual que se tiene de la unificación. A su juicio, existe una mirada aldeana del proceso que comenzó hace 17 años, que invalida las ideas de Chávez de considerar como eje fundamental la integración de todos los pueblos invisibilizados por las potencias extranjeras.
“Esto lo digo porque creo que hemos estado pensando el proceso bolivariano desde una visión extremadamente electoralista y desde una visión aldeana también de la lucha de Venezuela en el concierto de la defensa del proyecto de la Patria Grande, en la defensa del internacionalismo revolucionario que tanta falta hace en este momento, en la defensa de proyectos de integración que superen precisamente esta visión aldeana”, explicó.
Dijo que precisamente para evitar llegar a este punto, Chávez planteó en todos los espacios de orden internacional la necesidad de la discusión de una nueva geopolítica.
“No podemos pensar a Venezuela desde una visión aldeana, desde una visión parroquial de las luchas, como si nosotros no tuviésemos que ver, en este momento, con las estrategias de pinza que el imperio global está activando a través de (…) los proyectos de integración continental subordinado a los Estados Unidos y si dejamos de ver la progresiva instalación de bases militares en el continente que ellos han promovido”, señaló.
Para contrarrestar esto, propuso una izquierda capaz de ver en una misma dirección y capaz de crear mecanismos e instancias que sean competentes de actuar de una manera contundente contra los avances del capitalismo.
“No puede haber una izquierda mirando, generalmente, hacia una crítica desgarradora y corrosiva de los gobiernos progresistas, desconociendo al mismo tiempo la realidad de la recolonización imperial. No podemos tener, a la vez, una izquierda de signo progresista que permanentemente se duerme en los límites del arte de lo posible y no trate de ir más allá de plantear, por lo menos, las articulaciones y los eslabones de estas reformas radicales con proyectos hondos de transformación social y que pongan en riesgo el orden mismo del capital”, agregó.
La clave para Biardeau es la unificación de las luchas para hacer posible la detección del enemigo principal, de sus aliados y de quienes se ubican en instancias próximas que, a veces, hace improbable su localización.
Planteó que esta guerra ya declarada desde hace muchos años por las fuerzas extranjeras sólo se puede ganar si la izquierda cambia su forma de pensarse como entes individuales.
“Nosotros tenemos el deber político y moral de salvar este proceso. Estos procesos están severamente amenazados, no solamente por la fortalezas que conserva el enemigo principal, el imperialismo global y norteamericano, sino que nosotros seguimos repitiendo los viejos errores y cegueras de las izquierdas que se piensan a sí mismas desde el ombligo, como si fuesen fuerzas que pudiesen por ellas solas construir un nuevo bloque histórico para desafiar, precisamente, a las arremetidas imperiales”, criticó.
Ratificó el llamado a seguir las ideas de Fidel Castro, Chávez y García Linera, quienes proponían que el pasado no podía seguir mandando en esta nueva geopolítica. “Ellos pueden enseñarnos todavía a repensar que esta lucha no puede ser una lucha que nos desgarre internamente en viejas divisiones y en viejos resquemores sino que nos encuentre en la mirada hacia un horizonte estratégico común”, dijo.
Trajo a colación una gran frase del líder cubano para dar entender que la permanencia de la revolución no depende de los países que se oponen a sus objetivos sino, únicamente, de quienes están inmersos en los ideales de su defensa.
“Fidel también dijo, hablando del caso cubano: este país puede autodestruirse por sí mismo, esta revolución puede destruirse, lo que no pueden destruirla hoy son ellos -apuntando al imperio-, nosotros sí podemos destruirla y sería culpa nuestra”, evocó.
“Por eso reitero, todas las izquierdas tenemos que mirar hacia una misma dirección, no podemos estar mirando cada una hacia los errores de la pequeña otras izquierdas antes de ver le problema estratégico global que ha sido una de las deficiencias fundamentales. Es necesario ver nuestros errores y trabajar sobre ellos”, recomendó.
Dijo que por ningún motivo hay que entregar el poder. Alertó que existen personas que piensan que la coyuntura política actual se puede resolver imitando la solución sandinista que implica entregar el poder para luego retomarlo con procesos de resistencia.
“No creo posible perder este proceso sin que los Estados Unidos y el imperialismo global posiciones una ofensiva de tal naturaleza. Miremos el espejo de países que no avanzaron tanto como Venezuela: el caso de Argentina o de Brasil. Esos eran progresismos muy blandos, progresismos desde el punto de vista comparativo con Venezuela que avanzaron muy poco en determinados espacios”, comparó.
Indicó que, si la recolonización se materializa, Venezuela sufrirá el aleccionamiento político y moral que se vivió en Haití luego de 1805 y que los seguidores de la revolución serán enterrados bajos las piedras.
“Ellos irán no sólo por los recursos naturales sino por nuestra consciencia, irán por la herencia de lo que el proyecto bolivariano y la figura de Chávez sembró en cada parte, encada espacio, en cada territorio de nuestro país”, advirtió.
Propuso que cada persona se convierta en un líder en el espacio en el que se desempeñe porque los protagonistas de la historia que ahora se están desarrollando debemos ser todos y no sólo los gobiernos y líderes que se ubican en lo más alto de la pirámide del poder.
“Todos somos responsables. Obviamente tenemos que reclamarle y exigirle al gobierno, pero también tenemos que exigirnos y reclamarnos más de cada uno de nosotros, creo que nuestro papel no es solamente estudiar, nuestro papel es crear situaciones de avance transformador y revolucionario y tenemos que picarle adelante a la recolonización imperial”, insistió.