Prensa MPPC
La amplitud de vivencias que genera la Filven fue analizada por Christhian Valles, presidenta del Centro Nacional del Libro (Cenal), a poco menos de un mes de su onceava edición.
¿Cómo ha sido la participación del público de la Filven en los últimos años?
La presencia del público es siempre creciente. En 2013, pese a que la feria se pospuso por el fallecimiento de Chávez, hubo 175 mil visitas, en 2014 fue de 240 mil. Sin embargo, seguimos apostando a que el crecimiento cuantitativo de la feria no es lo más significativo. Lo más importante es lo cualitativo: la mejora de la oferta editorial y la mejora de las actividades artísticas, literarias, de debate, el que se mantenga esta increíble presencia del pueblo en las salas.
No es que vas, ves y te sales; es que vas, ves, compras, debates, te encuentras. Es un espacio social rico, un espacio simbólico muy importante para la democratización de los servicios culturales. Estas ferias nuestras, que son populares, no son un negocio, buscan la formación de lectores, el pensamiento crítico, la apreciación de la belleza, de la poesía.
Es decir que forma parte de una política cultural del Estado, ¿no?
La Filven es un momento, dentro de un proceso, que apunta al incremento de la población lectora, a la escritura creativa, al reconocimiento de nuestra literatura, de nuestras autoras y autores, a la circulación del libro, al encuentro con la biblio-diversidad y, además, se organiza en todos los estados; por lo tanto, moviliza la economía de la cultura.
El Ministerio del Poder Popular para la Cultura es garante de los derechos culturales del pueblo venezolano. El Estado venezolano es promotor de la lectura y de la edición, tanto de lo literario como de lo no literario (material divulgativo, formativo, textos escolares, libros especializados).
Es, por lo tanto, incluyente e inclusivo: hay editoriales de las distintas instituciones, gobernaciones, existen centros de promoción y divulgación de la literatura, entes que se dedican a la distribución y venta de libros y otros bienes culturales, a la investigación literaria, a apoyar y estimular las organizaciones culturales.
¿De qué manera se busca apoyar la formación de nuevos escritores?
A través de los distintos talleres de promoción de lectura y escritura que se realizan en las comunidades, liceos y escuelas; a través de la Casa de las Primeras Letras Andrés Bello, las editoriales El perro y la rana, Monte Ávila y el Cenal. Además, se realizan concursos para autores inéditos y el Sistema Nacional de Imprentas Regionales sirve como vía de publicación local.
Este año la Filven homenajea al escritor y pintor César Rengifo. ¿Por qué recordarlo?
En virtud de la importancia que representa para la cultura venezolana, y porque es el año en que se cumple el centenario de su nacimiento. Nosotros le debemos mucho a Rengifo, no desde el teatro, sino desde el imaginario, la identidad y la creación de una simbología, de una estética que él expresa. Conocemos la obra teatral de Rengifo, no como se debería, pero se sabe; también se conoce su obra plástica. Pero ni su poesía, ni su ensayo, ni su crónica son de dominio público.
Para esta celebración se han reeditando varios libros de Rengifo, habrá foros y conferencias para analizar sus múltiples facetas, se presentarán algunas de sus obras de teatro y una pequeña muestra de su creación plástica. El homenaje a Rengifo no se agota en la Filven, sino que arranca con ella.
¿La presencia de Puerto Rico, como país invitado a la Filven, busca visibilizar la necesidad de su independencia, o va más allá de la misma?
Puerto Rico se va a mostrar en la feria como quiere mostrarse, no hay ninguna orientación del Gobierno venezolano al respecto. Todo el mundo conoce la posición política del presidente Nicolás Maduro y la que tuvo Hugo Chávez con el tema de Puerto Rico, de Oscar López, de la necesidad de su descolonización.
La invitación, que la hizo directamente Maduro, tiene que ver con una ratificación de la conciencia que tenemos como pueblo nuestroamericano. Ha habido un trato sumamente respetuoso de las decisiones internas puertorriqueñas; si nosotros pedimos respeto a nuestra autodeterminación, a la manera en que nosotros dirimimos nuestros asuntos internos, con esa misma vocación tratamos a los otros pueblos.
En Puerto Rico se conformó un comité amplio, coordinado por el Consulado venezolano en ese país. Tiene en su seno representantes gubernamentales, universidades, editoriales alternativas, librerías, escritores y escritoras de Puerto Rico. Está previsto que vengan más de 30 autores, intelectuales y artistas.
¿Cuál es el tema central de la Filven este año?
La bibliodiversidad, la identidad y la soberanía cultural. Ese eje temático abarca foros y mesas de trabajo diarias. Se busca analizar cuál es la situación actual de la circulación de libros en un país que ratifica la necesidad de descolonizar y ejercer la soberanía nacional. No podemos estar ajenos a que las grandes corporaciones de libros, en los últimos quince años, han absorbido a las pequeñas editoriales.
Los conglomerados empresariales del libro están impactando en lo que se lee, en cómo circula el libro, cuáles contenidos se privilegian e incluso coaccionan a algunos autores para orientar ciertas líneas de trabajo. Estos cambios, replantean el mapa editorial en el mundo.
Cuando tú vas a las cifras, los volúmenes de dinero que movilizan los libros, duplican o triplican los del cine, los de los videojuegos, los multimedios en general. El libro sigue siendo el motor más poderoso de la industria cultural, entendida como industria de contenidos. De un libro sale un video juego, sale una película, de un libro sale otro libro.
Hay que analizar qué es lo que está pasando en el mundo, ver cuáles son las posiciones militantes, no en defensa de un sector sino de la diversidad de las publicaciones, de las voces, de la construcción de una hegemonía cultural que le plante cara a la simbología del capital y sus contenidos.
¿Cómo es la situación en Venezuela en relación a esa concentración de las editoriales mundiales?
En Venezuela la concentración editorial no ha impactado con seriedad porque tenemos una edición pública fortalecida. La mayoría de las editoriales que participan de la Filven son independientes (Trinchera, A.L.E.M., Vadell Hermanos, Galac) o alternativas (La Mancha, Tere Tere, Florilegio, La Espada Rota). Ellas están sobreviviendo, no a los embates del capitalismo, sino a las políticas públicas en Venezuela.
El propio Cenal tenía un programa de financiamiento a las editoriales alternativas, eso murió siendo yo Presidenta del Cenal. También hay que reconocer que los presupuestos son cada vez más ajustados y los precios de los insumos cada vez más elevados. No había apoyo suficiente para que se sostuviera.
Asumo el deterioro de la relación con las editoriales alternativas e independientes, el único espacio que tienen real es la Filven. Sus libros están en nuestras librerías también. Pero decir que hay una política clara de financiamiento, de sostenimiento de las editoriales independientes y alternativas, no es cierto. Ojo, las editoriales públicas son incluyentes. Muchos de los libros que ahora publica El Perro y la Rana antes eran de editoriales independientes, son la visión alternativa desde lo público.
Es parte del debate que vamos a dar este año. Seguramente recibiremos críticas muy duras y reclamos justos. Esperamos que la feria nos produzca esa sacudida que merecemos. El Ministerio está intentando generar un sistema de economía de la cultura. Entre las editoriales alternativas e independientes y el Gobierno revolucionario tiene que haber una relación cualitativamente distinta que les permita a ellas seguir solas después, porque tampoco puede haber una relación absoluta de dependencia.
¿Qué representa la Filven para Venezuela?
La feria es un símbolo de estabilidad de la Revolución Bolivariana. Es el espacio en que el pueblo venezolano muestra una vez más su felicidad. Es el compromiso que tiene la Revolución Bolivariana con el pueblo, con la cultura, con la sensibilidad, el estudio, la belleza y la bondad. Para nosotros es la feria de Chávez: él la creó, amó, inauguró, se refirió a ella todos los años.
Chávez nos leía poesía, coplas, clásicos. No nos condenaba a estudiar. Nos solicitaba, pedía, que leyéramos para enriquecernos. Nos estaba diciendo que ese es el camino para alcanzar el conocimiento, y la suma del conocimiento es la consciencia. Al final lo que quería es que fuéramos un pueblo consciente, sólo un pueblo consciente puede ser sujeto de una revolución.