“Épale, convive, te habla el pueblo”. Así comenzaba el llamado que desde los parlantes se le hacía al pueblo de Guatire (estado Miranda) para que asistiera, para que tomara el bulevar. Y lo hicieron, fueron tomando de a poco, desde temprano. Lo hicieron con artesanía, con música, con deporte. Pero sobre todo con ganas de reencontrarse, de compartir lo que les identifica. Fue este sábado 25 de octubre cuando se llevó a cabo el evento que -se comentaría desde la tarima- tenía un claro objetivo: “Esto es una excusa para que nos encontremos, para que recuperemos nuestros espacios”.
Prensa MPPC (Texto: Juan Ibarra / Fotos: Gustavo Lagarde)
La iniciativa fue de Territorio Caribe, un colectivo de la zona, y el propósito es explicado con mayor amplitud por Luis Blanco, uno de sus miembros: “Rescatar lo cultural, los juegos tradicionales, la música, aquellos grupos que no son aceptados por el lenguaje, por la forma de ver las cosas, de ver lo callejero (que todavía tiene la sociedad)”.
De ahí que entre los tarantines de artesanos y la tarima se colaran patineteros, muralistas, haciendo de la cultura un hecho de calle. “Lo ideal es que la gente se familiarice con este tipo de eventos, y a la nueva cultura, a que le den más opción de pensar otras cosas, sea más amplio, el hecho de aceptar a los demás seres humanos y a sus hermanos”.
Se trata entonces de dar una posibilidad a quienes no la han tenido. “Porque uno por el hecho de tener chiva o vestirse distinto, ya somos vetados”, continúa explicando Luis, quien al tiempo prepara las pinturas para lo que sería un mural. “Pero nosotros en muchos casos servimos de rescate en lo social, y nuestra idea no es deteriorar sino más bien rescatar, construir para que mañana tengamos un país feliz”.
Pero no todo es arte de calle, porque se busca también juntar, unir esfuerzos, fuerzas. Por eso que también decía Luis de rescatar las tradiciones. Uno de los puestos de exposición y venta artesanal era representación de eso: Gloria de Manrique y su esposo, Gustavo, que tienen más de veinte años fabricando maracas, y que fueron nombrados patrimonio cultural por el IPC (Instituto de Patrimonio Cultural).
Coloridas, representativas de festividades nacionales, de expresiones culturales de tradición, las creaciones de esta pareja tienen además un lema: “Siempre lo venezolano siempre”. De ahí parte entonces lo que para Gloria representa su presencia en la toma del bulevar: “Apoyar la cultura, porque esto representa la toma de las calles, crear conciencia cultural, para que se aprenda a preservar los patrimonios, rescatar lo nuestro. Porque estamos invadidos”.
Al fondo, se escuchaban tambores, en la misma tarima donde minutos antes sonaba una canción de rap, y donde poco después bailarían niños y niñas de la Parranda de San Juan. Pero también donde habría poetas declamando. Uno de ellos fue Ángel Torres, de 85 años, quien resalta la importancia de la poesía para “despertar al pueblo”. De ahí que tenga poemas como “El oligarca”, ese que consideró como el mismo que mató a Cristo, a Sucre, a Gaitán. Pero también a luchadores como Alberto Lovera, como Argimiro Gabaldón.
Cuenta que hace años sufría por el contenido comprometido de sus poemas. Por ejemplo, en el año 84 sufrió un atentado llegando a su casa, por entonces en la zona de Prado de María (Caracas): un disparo a quemarropa le cortó la yugular, pero en el hospital Pérez Carreño le salvaron la vida.
Eso no calló su palabra, con la que sigue combatiendo 30 años después. Pero ese despertar no está solamente en la palabra, sino en la acción. Por eso conoce también de plantas medicinales, algo que ve fundamental de cara a superar la crisis y la dependencia impuestas por las farmacéuticas, por las grandes trasnacionales.
La postal de un evento como este se completa al ver, en plena calle, a la comunidad que juega una partida de pelotica de goma, con alguien que jamás se esperaría ver en eso en otros tiempos: un ministro, en este caso el de Cultura, Reinaldo Iturriza.
El mismo que, al dirigirse a los presentes, declararía su compromiso en pos de la construcción de la que hablaba al principio Luis, el de la cultura nueva: “Aquí estamos acompañando esta iniciativa de recuperación de espacios, de organización para reocupar los espacios públicos”, diría, pero para luego ir más allá: “Aquí estamos no solamente recuperando nuestros espacios sino también nuestra identidad”.
Por eso acompañar a Territorio Caribe, a los cultores, artesanos, patineteros, grafitteros, porque estas iniciativas deben ser apoyadas desde el Gobierno y sus instancias, para “fortalecerlas cada vez más”. Así lo ve Iturriza, y a eso sigue apuntando: “Vinimos a expresar ese apoyo”.
¿La importancia de eso?: “Que con nuestra presencia aquí contribuyamos a visibilizar la infinidad de expresiones del pueblo organizado, que se dan en muchos lugares”. Pero además aprender, escuchar a la gente. “Hay cosas que uno jamás va a saber si no hace acto de presencia. La presencia en las calles es insustituible”.